Aestas alturas cualquier adjetivo que le pueda incorporar a lo vivido el pasado domingo, resultaría minimizar lo acontecido. Ríos de tinta y minutos de transmisiones se desplegaron para resaltar una vivencia social única. ¡Por fin se logró dar el paso!. El Depor vuelve a estar situado dentro de la estructura profesional del fútbol español, de donde nunca debió salir.
Ahora, como ya vine trasladándoles en anteriores epístolas, todo el esfuerzo debería estar centrado en conseguir que la estructura deportiva y de gestión de la Entidad consiga consolidarse para construir un Deportivo grande y con miras puestas en objetivos ambiciosos.
Cuando el proceso de celebraciones pasaba por los puntos naturales, la decisión del Consejo de Administración de renunciar a rendir visita a la casa consistorial, rompió los cauces de una conexión que debería ser balsámica en intereses. Por experiencia propia, cuando la política se sumerge en aguas deportivas, las consecuencias no son nada propicias para generar y mantener proyectos serios y de calidad. El Deportivo en estos momentos dispone de un resorte al que muy pocas entidades pueden llegar. Abanca, fuera de demagogias idealistas, es una verdadera sinfonía para volver a lograr metas de alta exigencia. La auténtica realidad es que si no llega a ser por la entidad financiera y la decisión personal de su presidente, no se estaría donde se está. Es obvio que la gran coraza que tiene este Deportivo, generada por el apoyo increíble de su masa social, propicia tal situación. Sin el uno y sin el otro, nada sería igual.
Un repaso por tierras británicas, refleja lo que podría ser este Deportivo. El poderío económico de los Arsenal (Barrio de Londres), Manchester (550.000 habitantes), Liverpool (500.000), no solo está fundamentado en las propias bases sociales. Su estructura financiera reside en grandes movimientos económicos.
La propiedad blanquiazul hace ver, que se tienen que tener miras más altas de gestión y en consecuencia, deportivas. Por ello, es imprescindible abrir vías de financiación que posibiliten proyectos ambiciosos.
Observo que desde el Ayuntamiento, se utiliza la clásica táctica inmovilista. No vengan a complicarme la vida, que estando como estoy, la vida fluye de maravilla. Todo lo que sea salir en la foto, estupendo. Apoyan cuando el viento es favorable, pero se descontrolan cuando ven que se puede crear una “entidad” a la que no pueden controlar. Pues aquí estamos. En pleno órdago. La solución es muy fácil, o se llegan a acuerdos favorables con ambición de miras o esto será una historia ya conocida. Las demagogias no sirven para proyectos con longitud de miras.
Sigo con el Ayuntamiento. Escuchaba estos días al concejal deportivo de Doña Inés. No lo veo preparado para pasar la “oposición” a la que se tiene que enfrentar en el día a día. ¿En que estará pensando este buen hombre?.¿ No se dará cuenta que la estructura inmobiliaria deportiva por la que debería de mirar, está a años luz del requerimiento que tiene el deporte de la ciudad?.
Es una vergüenza, por ejemplo, que el fútbol de base, incluido el de alto nivel, tenga que estar entrenando a lo largo de la temporada en mitad de campos. Es clara la desventaja con equipos de otras localidades gallegas. Un equipo de división de honor (juvenil, cadete…) solo puede disfrutar de un campo entero cuando juega. Y que no me diga ahora que no lo sabía cuando asumió el cargo. A mí me daría vergüenza ajena…
Finalizo. No pretendo ir de puritano por la vida, pero en las celebraciones, post partido, el locutor oficial de turno utilizó, reiteradamente, la frase: “A Coruña se va de borrachera”, para animar a los presentes. Que quieren que les diga, pero teniendo en cuenta la gran cantidad de juventud que había presente, no me pareció de lo más oportuno. Un buen ejemplo no es. Un borrón que espero no se repita.
Como siempre, un placer.