Héctor Hernández, uno de los nuestros
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Héctor Hernández, uno de los nuestros


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N o es lo habitual el que yo me moje en esta columna con algún futbolista. Es más, nunca suelo hablar de tácticas, de maneras de jugar, de si éste o el otro son los más idóneos para ser titulares. Y tampoco suelo hablar de entrenadores, siendo éste un tema muy recurrente desde hace ya bastantes años. Al final no soy más que un aficionado al que le gustan más unos jugadores que otros y que cuando ve la alineación pues se disgusta más o menos según quien juegue.. 
 

Creo que a lo largo de mi vida sólo me he pronunciado en dos ocasiones sobre la continuidad de algún jugador. La primera de ellas fue en la temporada 2016-2017, cuando en la web digital Fedellando.com de mi gran amigo Fede Poncet, escribí un artículo titulado “Yo también te renovaría, Lux”. El cancerbero argentino finalizaba contrato y yo era uno de los que quería que se quedase algún año más y así lo escribí. No hubo suerte. Lux no fue renovado, se marchó, el equipo se quedó sin sus famosos asados y al año siguiente tuvimos hasta cinco porteros jugando y acabamos descendiendo a Segunda.
 

La segunda vez fue ya en este mismo diario cuando Somma, aquel central italiano que vino en 2018, se lesionó de gravedad a principios de 2020. Volví a escribir pidiendo que se le renovara y volví a fracasar. Pero esta vez no fue porque el club no quisiera sino porque fue el propio jugador el que quiso irse. Un chasco mayúsculo fue el que me llevé. Qué se le va a hacer.
 

Y confiando ciegamente en que a la tercera va la vencida, hoy quiero pedir que Héctor Hernández no se vaya. Así de claro. No hace mucho escuché decir que los jugadores que llegarían este año serían para mejorar el equipo. Perfecto. Se fueron futbolistas que habían jugado poco, que no rindieron lo esperado o que habían ido de más a menos. Y han llegado otros que esperemos que mejoren a los que se fueron. 

 

Pues bien, no creo equivocarme si digo que Héctor ha sido estos dos últimos años de los mejores de la plantilla. Vino para competir en Segunda B y tanto hace dos años como el año pasado les ganó claramente la partida a sus rivales por el puesto, Salva Ruiz y Diego Aguirre. No se trata de un futbolista al que haya que dar la baja por lo caro que sale, como sucedió el año pasado con los casos de Borges, Uche, Rolan, Keko Gontán, etc. Ni tampoco es un futbolista que haya dado el más mínimo problema, como ya tuvimos la desgracia de padecer en temporadas anteriores con jugadores que reventaban los vestuarios. Héctor Hernández es una persona entregada. Se le ha visto comprometido con el equipo desde el primer día que llego. Cada vez que el Deportivo marcaba un gol era de los más efusivos en celebrarlo y no dudaba en compartir esa efusividad con la grada, que es algo que nos viene muy bien. Hacía mucho tiempo que no disfrutábamos de esa conexión equipo-afición, y Héctor es uno de los grandes culpables de ello. ¿Qué el año pasado tuvo algún partido malo? Pues claro que sí. He leído por ahí que el día del 3-0 ante el Badajoz fue uno de los señalados. Pues claro que sí, aunque creo que aquel día no se salvó nadie. Pero vaya, que puestos a buscar defectos podríamos decir que Mackay se tragó algún balón alguna vez, que Álex algún día estuvo perdido por el campo, o que Quiles llegó a chupar banquillo en más de una ocasión. Y no queremos que se vaya ninguno, ¿verdad? 
 

Su rendimiento ha sido excelente, ha sido un puñal por la banda izquierda. Bastantes goles han llevado la firma de su pase. ¿De verdad nos sobra un futbolista así tal y como estamos?
 

Héctor, tío, ojalá no te vayas. A ver si hay suerte.

Héctor Hernández, uno de los nuestros

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