Las famosas expectativas pueden jugar malas pasadas. Acostumbrados a plantillas hechas para tener en cada jornada el cartel de favorito encima, el Deportivo transitó más allá del muro del fútbol profesional durante cuatro largos años. Durante ese período, fue siempre el equipo más caro, el que más presión tenía y el que estaba obligado a lograr el objetivo. Pero esas expectativas solo se cumplieron en el último de esos cursos.
El ansiado ascenso, con el lema “Aquí comeza outra historia” devolvió al Dépor a una realidad que había olvidado. Dejó de ser cabeza de ratón para ser cola de león. En una competición llena de equipos históricos y de plantillas hechas con muchos millones, el proyecto coruñés se tropezó con su tozuda nueva realidad. Ya no era el favorito cada semana. Ya no tenía siempre la mejor plantilla. Sin embargo, el escudo pesa más que todo eso. Y las expectativas siguieron siendo similares. ¿Se pudo haber confeccionado mejor equipo con el músculo económico actual del club? Ese es otro debate. El próximo mercado y el futuro resolverán esas dudas.
Mientras tanto, y con la temporada en marcha, ya rodaron las primeras cabezas. Antes de terminar noviembre, el Deportivo ya tenía entrenadores nuevos en sus principales equipos. Y esto no es precisamente una buena noticia. Los sacrificados fueron Idiakez y Ferreras: los dos entrenadores de los ascensos dieron el relevo a sus sustitutos. Una vez más nos topamos con las expectativas. El Dépor femenino prescindió de Irene por los resultados. Y porque tampoco era una figura especialmente querida en la zona noble del club. Era un secreto a voces. Lo mismo que le pasó a Imanol.
Y aquí entra en juego el titular que elegí para esta columna de opinión en dxt campeón: es lo que hay. Quizás sería bueno calibrar cuál es el nivel de las plantillas. La del Depor Abanca está probablemente para luchar por una salvación de la que no está más lejos que a dos puntos. Una plantilla no muy distinta a la que militaba en segunda. La del Dépor masculino está, honestamente, para una salvación holgada. Pero no para grandes alardes. Es una plantilla que lo da todo. Un equipo con brillantes individualidades y enorme entrega cada fin de semana. Bien dirigido, pero que tiene una clara falta de pegada y de fútbol en la medular. Es lo que hay. De momento.
Adrián Candal
Periodista de Radio Coruña