El Deportivo tiene un problema en el eje, en su timón, en esa zona donde se cocina y elabora el juego. Y este se evidenció, más allá de sensaciones y subjetividad, de forma numérica contra el Mirandés, ante el que el equipo llegó a alinear hasta a cinco pivotes diferentes.
Empezó el encuentro con Mfulu y Mario Soriano en la medular. El de Alcalá de Henares dio un paso atrás desde la mediapunta hasta el mediocampo, debido al regreso de Lucas Pérez, que pasó a actuar de enganche.
Con el 0-3 en el marcador entró en el 57 Diego Villares por Mfulu. Un cambio de piezas manteniendo ese doble pivote pese a que el equipo blanquiazul seguía por debajo en el luminoso. En el 70 mudaba completamente el centro del campo deportivista con el ingreso en el verde de José Ángel por Soriano. El mediocentro andaluz, que no había tenido minutos en la victoria contra el Castellón, acompañaba al de Villalba, conformando una dupla defensiva y en la que el Dépor perdía poder de creacción.
Pero aún llegaría un quinto recambio en las filas coruñesas, debido a la expulsión por roja directa del propio Villares.
Entraba en el 83 Jaime por Lucas para reforzar ese centro del campo y evitar que el equipo continuase desangrándose, aunque el 0-4 ya era desde el minuto 63. “La última ventana era para tratar de dar calma al equipo, mantenernos en el partido, no loquear y con uno menos tener tranquilidad”, comentaba Gilsanz precisamente sobre ese trueque y el de Gauto por Yeremay, en ese tramo final del choque.
El partido contra el Mirandés fue la viva imagen de ese déficit de futbolista creativo del que adolece el Dépor en el mediocampo. Una figura que seguro buscará incorporar en este próximo mercado de fichajes. Y que hará aún a costa de tener jugadores en su plantel para esa demarcación y que ni siquiera ha explotado, como es el caso de Charlie Patiño. El ex del Arsenal ha disputado solo 64 minutos en esta campaña.
Los últimos partidos ya ni siquiera ha salido a calentar y curiosamente es uno de los jugadores que este año no ha tenido minutos en Riazor. Si finalmente sale en esta ventana invernal de fichajes se quedaría sin llegar a debutar en el campo coruñés, uno de sus sueños desde niño.
Además, el propio Patiño ha visto como jugadores del filial, como Álex Alfaro, iban por delante de él en las rotaciones. Aunque no es un futbolista específico de esa demarcación sí que llegó a ejercer de mediocentro en pretemporada Hugo Rama, entonces bajo las órdenes de Imanol Idiakez.
Con Gilsanz, al margen del partido de Copa del Rey ante el Ourense, solo ha jugado 64 minutos. La última vez que compitió en liga con el Dépor fue el 17 de noviembre, en la derrota a domicilio contra el Almería
(2-1). El Deportivo contaba en pretemporada con un futbolista de corte más ofensivo para la medular, Rubén López, ahora mismo cedido en el Barça Atlétic.
El préstamo incluía una cláusula de recuperación en el caso de que el jugador no llegase a un mínimo de partidos, pero el futbolista de Silleda es un fijo en los planes de Albert Sánchez, ha marcado goles y servido asistencias.
Además, ha llegado a entrenar con el primer equipo azulgrana, a las órdenes de Hansi Flick, motivado por las bajas culés y los parones por encuentros de selecciones.
Conocedor de los problemas relativos al mercado de fichajes de invierno, en el que nunca es sencillo encontrar más allá de tirar de talonario, el Dépor es consciente de que tiene un agujero en la medular y una falta de creación de juego que solventar. Una solución que va en dos direcciones: la de ida, con la llegada de nuevas piezas y la de vuelta, con la salida de jugadores.