Sí, sé que puedo parecer ventajista —lo parezco y lo soy—, pero siempre que surge el ‘10’ para desatascar un partido del Dépor, no puedo evitar preguntarme, ¿qué estará pensando Óscar? Pero no Gilsanz, sino Cano, quien nos privó durante una parte importante de nuestras vidas —desde octubre de 2022 hasta mayo de 2023— del talento y la imaginación de Yeremay.

197 minutos concedió el técnico granadino al ‘jugón’ canario en los 29 partidos que estuvo en el banquillo —6,8 de media por encuentro—. Aún me cuesta creerlo. Pero cuando veo cómo se ha desarrollado la carrera de uno y de otro desde entonces, lo entiendo todo. El técnico andaluz, tras ser destituido del Deportivo, primero descendió con el Sabadell a la Segunda RFEF durante la temporada 2023-24, y en la presente campaña casi batió un récord al convertirse en el primer técnico de Segunda División en caer, tras ser despedido del Tenerife después de solo cinco jornadas, con un empate y cuatro derrotas en su casillero. Mientras, Yeremay ha jugado 60 partidos desde que Óscar —no Gilsanz, sino Cano— se fue, 56 como titular, 4.826 minutos. Ha marcado 17 goles. Ha repartido 8 asistencias. Fue nombrado, por la AFE, mejor futbolista del Grupo 1º de la Primera RFEF el pasado curso. Y en la presente campaña, pese a estrenarse en el fútbol profesional, lleva once goles —el mejor registro de un canterano blanquiazul desde hace 40 años—, ha dado cuatro asistencias y es el máximo regateador de Segunda.

La diferencia entre el Dépor y otros de los equipos que están abajo en la tabla es que nosotros tenemos a Yeremay. Así que sigo preguntándome, ¿qué estará pensando Óscar?