Poco a poco se va terminando la resaca de la Eurocopa. Nos lo hemos pasado bomba, hemos ganado todos los partidos, hemos eliminado a todos los campeones mundiales europeos y no hemos tenido que elegir ninguna selección para seguir si hubieran eliminado a España, como expuse en un artículo anterior hace pocas semanas.
Nos hemos tirado una semana de celebraciones y, como suele suceder siempre, ha habido alguna que otra polémica. Normalmente, este tipo de polémicas suelen ser producto de algún exceso verbal fruto de la euforia y que raras veces tienen mucho recorrido.
En otros casos, en cambio, se advierte algún tipo de resentimiento o envidia. Y es a eso a lo que me quería referir hoy y sin ningún ánimo de alimentar polémica alguna. Que cada uno piense lo que quiera y que cada uno tenga la ideología que le dé la gana.
Ya pasó con las Eurocopas de 2008 y 2012 y con el Mundial de 2010 y no sé si también con la Nations League del año pasado. Siempre surge algún político nacionalista con la monserga de que le gustaría ver a la selección de su territorio jugando competiciones internacionales y pone como ejemplo a las selecciones británicas.
Por muy legítima que pueda ser esa aspiración, la realidad es que siempre se parte de una premisa equivocada al plantear esa circunstancia como una concesión política. Y normalmente surge esta polémica cuando es España la que gana la competición, que parece que a alguno le produce algún tipo de sarpullido.
Los hay que hasta incluso afirman que hay jugadores que acuden obligados a la convocatoria. Viendo las celebraciones de esos jugadores está claro que no es así. Todos van muy a gusto y encantados de defender esa camiseta.
Las selecciones británicas acuden cada una por separado sólo en las competiciones profesionales de fútbol (en las olimpiadas ya vemos que no es así) y en el rugby. Y creo que en ningún deporte más.
Y el motivo de ello tiene una explicación que en nada tiene que ver con lo político. Estas cuatro federaciones son las más antiguas del mundo. La de Irlanda (como una sola federación) data de 1880, la galesa de 1876, la escocesa de 1873 y la inglesa fue fundada en 1863. Más de 40 años antes de fundarse la FIFA.
Y fue a raíz de la creación de la asociación internacional cuando se produjo la adhesión de estas federaciones. Incluso en el primer intento de organizar un Mundial de fútbol se había decidido hasta la composición de los grupos para la disputa de la primera fase. Uno de ellos estaría formado por las federaciones británicas, otro por el resto de las europeas y otros dos por las federaciones del norte y sur de América.
El hecho de que se eligiera a Uruguay como sede del torneo provocó que ninguna federación europea (entre las que estaba España) se anotara en el torneo a dos meses de iniciarse su disputa. Y es que el desplazamiento desde Europa hasta Uruguay en 1930 no era nada sencillo ni menos aún rápido. Al final se pudo disputar en 1930 convenciendo a Francia, Rumanía, Yugoslavia y Bélgica, solamente. Pero bueno, el dato que nos interesa es que las selecciones británicas estaban ahí simplemente porque eran las que existían antes que la propia FIFA y antes que nadie. Y no por ninguna motivación política.
En fútbol olímpico, en baloncesto, en balonmano, en atletismo, en tiro con arco, en natación, en bádminton, en taekwondo y hasta en Eurovisión quien participa es Gran Bretaña. Ahí a los políticos se les viene abajo el argumentario. Como siempre.