R ecién terminado de ver el partido ante la SD Huesca. Y con el lógico disgusto, obviamente. A nadie le gusta perder y menos aún con un gol en el descuento. El chasco es doble cuando te pasa eso. Si cuando ganas o empatas en el último instante te llevas un alegrón tremendo pues ahora ha pasado lo contrario. Y el caso es que estábamos jugando bien. Dominamos en buena parte del segundo tiempo. Tuvimos nuestras ocasiones. Pero otra vez una jugada a balón parado, igual que el gol del Oviedo la semana pasada, nos ha hecho perder el partido.
Y así estamos ahora mismo. Dos partidos y dos derrotas. Cero puntos en el casillero y lo más probable es que cuando acabe la jornada mañana lunes estemos en la clasificación de últimos o de penúltimos. Y bueno, huelga decir que aquí nadie va a hablar de crisis ni de nada por el estilo. Ni aquí ni en ningún otro club que en estas dos primeras jornadas no haya sumado ningún punto. De todas formas, es cuestión de tiempo el que esto suceda. Todos los años sucede lo mismo. No llegaremos a la décima jornada y ya habrá uno y puede que hasta dos ceses de entrenadores. Y todo por un mal inicio que hasta podría ser accidental. Lo que pasa es que ya sabemos como funciona esto del fútbol y como la inmediatez de los resultados produce estas situaciones indeseadas.
Las primeras jornadas de liga son un tanto engañosas. No me voy a referir al hecho de que las plantillas aún no estén cerradas o con jugadores sin inscribir (lo de cerrar el mercado en la jornada 4 es demencial, ciertamente) o que los equipos aún no estén acoplados. Me refiero al hecho de que en las primeras jornadas no hay prácticamente diferencias de puntos y un par de victorias o de derrotas te mueve muchos puestos en la clasificación. Por poner el ejemplo actual: el Deportivo acabará la jornada de último o penúltimo con cero puntos. Hasta ahí todo mal. Pero si le echamos un poco de optimismo podemos también decir que estamos a escasos seis puntos del líder, a sólo cuatro del play off y, como mucho, a uno de la salvación. Y todo eso sería cierto. Al principio de temporada una derrota o una victoria se notan mucho en la clasificación. Y dos no digamos. En mitad de la temporada un par de resultados malos como mucho te baja dos o tres puestos en la clasificación, nada más. Pero al principio se mueve todo mucho más.
La semana que viene tenemos un interesante partido en Riazor ante el Racing de Ferrol. Es una buena ocasión para inaugurar nuestro casillero de puntos, aunque ya se verá lo que pasa. Y luego tendremos dos salidas consecutivas. La primera de ellas a Granada. Un campo, a priori, de los más difíciles de la categoría y a una hora, las 16.15, que me gustaría saber quién fue el inteligente que programó un partido en Granada en verano a esa hora. Luego nos tocará ir a Córdoba. Otro equipo complicado a pesar de ser recién ascendido como nosotros. Pues bien, que a nadie le sorprenda si en la jornada 5, tras estos partidos, estamos en la tabla con dos, tres o cuatro puntos nada más. Ojalá no sea así, pero no podemos descartar nada ¿A alguien le sorprendería si le ganamos al Racing de Ferrol, perdemos en Granada y empatamos en Córdoba? Con esos resultados seguiríamos abajo en la tabla, pero sería todo muy engañoso. Es al principio de temporada y los de arriba los tendríamos muy cerca. No nos pongamos nerviosos. Llevamos dos derrotas, pero el juego no ha sido nada malo. Tengamos paciencia, que lo que nos sucedió el año pasado nos viene de perlas como experiencia.
Aunque eso sí, las jugadas a balón parado tenemos que defenderlas un poquito mejor.