Todavía se hablaba ayer (y supongo que sucederá lo mismo en los próximos días) de la gran, inesperada y épica victoria del Leyma Coruña sobre el Real Madrid. Y es que se alinearon todos los astros (primer partido de los naranjas en toda su historia en la ACB, el rival más complicado, un Coliseum a rebosar...) para vivir una tarde increíble, algo que muchos pensábamos que jamás iba a suceder.
Por eso es normal que tanto para el público en general como para los medios de comunicación fuese uno de los temas del día. En A Coruña, en Galicia, en España... Y en otros rincones del planeta. Porque, una vez más, el deporte mostró su grandeza y la razón por la que lo siguen millones de personas en todo el mundo.
Hace unos cuantos años el Dépor puso a A Coruña en el mapa. Ahora también la ciudad es conocida por ese equipo de baloncesto recién ascendido que acaba de tumbar al vigente campeón.
Por desgracia, a efectos de clasificación, no es más que una victoria. Una pena que este tipo de hazañas no valieran por lo menos cinco triunfos. Pero eso también significa que el equipo no se tiene que relajar. Como dijo el domingo el técnico del Leyma, Diego Epifanio, hay que mantener los pies en el suelo.
Pase lo que pase a partir de ahora, será un partido que siempre recordarán los aficionados naranjas. El primer gran recuerdo de una temporada muy especial. Pero todos queremos más. Y los jugadores también, por supuesto. Hay que estirar hasta el infinito la inyección de moral de este inolvidable 29 de septiembre de 2024.