Después del excelente partido contra el Valencia, hablé del alto riesgo que suponía la falta de efectivos, tanto por lesiones como por virus y falta de fichajes, lo cual podría suponer que los jugadores sanos podían reventar o romperse.
El encuentro en Vitoria fue el reflejo de que el Básquet Coruña está, en estos momentos, reventado físicamente, mentalmente y anímicamente. En el Buesa Arena se vio jugadores cansados, caras desencajadas y un equipo muy justito para competir, dando muestras de desánimo e impotencia.
En esta liga, la inoperancia es mala compañera de viaje. Hemos visto que otros equipos que detectaron sus carencias acudieron al mercado y acabaron o están reaccionando. Hay que admitir los errores, y reaccionar. Porque hay mucho ruido discordante; se han escrito y escuchado palabras gruesas, como “el descenso está a la puerta”, “esto es desilusionante”, “no competimos”, “desconfío de que fichen a un jugador con nivel” o “siento bochorno”, así como ataques al entrenador, los cuales no comparto en absoluto.
El Consejo no sabe qué hacer y ni... idea. Se dijo por parte del mismo que había un perfecto conocimiento del mercado y que a partir de enero el equipo estaría en su mejor momento. Y resulta que está en el peor.
No ha habido previsión, ni anticipación, ni mucho menos imaginación para intentar solventar los problemas que acucian a la plantilla. Y, repito, no comparto el ruido contra Epi, el mismo entrenador que llevó al equipo hasta la ACB, y el mismo entrenador que planteó varios partidos de forma magistral, ayudando a competir y a ganar. Pero también digo que es su riesgo; si contempla que, si con un único fichaje es suficiente... Creo que se necesita más de uno, dado que alguno no está al nivel que de él se esperaba.
Alguien del club estuvo en Estados Unidos, en campus y ligas de verano. Alguien que conoce la idiosincrasia del mercado americano. En esos eventos no solo hay norteamericanos, también hay africanos, hispanos, europeos, etcétera. Con vídeos de highlights o esperando listas de los agentes se hace muy complicado poder fichar jugadores del nivel que necesita el Básquet Coruña.
Ante esto, el Consejo mantiene un silencio ensordecedor. Inoperante. Sin fichajes, sin nada que transmitir, cuando tiene que administrar intangibles como emociones, ilusiones, sueños... De manera transparente, no sumiéndose en el más oscuro de los silencios.