¡Dejad que l@s niñ@s jueguen al fútbol!
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¡Dejad que l@s niñ@s jueguen al fútbol!

¡Dejad que l@s niñ@s jueguen al fútbol!

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Ante las recientes noticias de incidentes provocados en varios partidos de fútbol de categorías infantiles, protagonizados por técnicos, padres y seguidores, presionando o insultando a jóvenes colegiados que se están iniciando en el arbitraje, se me ocurre decir: Paren ya de interferir y dejen que los niños y niñas se diviertan jugando al fútbol o arbitrando.


La situación se repite cada año, y en mi opinión los motivos son varios:


Primero: Hoy los árbitros comienzan muy jovencitos, y tienen que actuar en solitario, sin auxiliares ni delegados de campo que los protejan.


Segundo: Estos colegiados, menores de 18 años, no están todavía preparados para aguantar la presión de un partido, sufriendo continuos pequeños errores, que desesperan a los jugadores y al público.


Tercero: Y lo mas importante, el público que asiste a estos partidos, principalmente padres de los jugadores, pero también algunos técnicos que les chillan desmesuradamente a sus propios jugadores —aunque sean los menos—, no contemplan los encuentros como una actividad lúdica de sus vástagos y dirigen sus frustraciones hacia los jóvenes colegiados. No se dan cuenta que, de cada cien niños que compiten este temporada en esas categorías, quizá solo uno llegue a vivir del fútbol como profesión.


Ante lo sucedido el sábado pasado en A Torre, denunciado ampliamente por la madre de una colegiada de trece años, merece destacarse la rápida respuesta dada por los clubes implicados. De forma especial el Victoria CF, que pedía disculpas, recriminaba la actuación de su técnico y definía perfectamente lo que debe ser este tipo de actividad deportiva. Decía su comunicado: “Las y los que defendemos con cariño y pasión el deporte, en este caso el fútbol base, debemos poner todas las herramientas a nuestro alcance para erradicar estas situaciones del deporte. El fútbol no puede ser violencia, debe ser educación en valores, amistad, salud, trabajo en equipo, solidaridad, superación y en definitiva VIDA”. Creo que no se puede expresar mejor.


Para finalizar este artículo, no me resisto a trasladarles un párrafo del libro recientemente editado con las memorias del Papa Francisco, que como muchos sabrán ha sido desde joven un apasionado del fútbol y en concreto por su San Lorenzo de Almagro argentino. Dice en un artículo que titula “Jugaba con la bola de la tierra”: “Un gran escritor latinoamericano, Eduardo Galeano, cuenta que un día una periodista le preguntó a la teóloga protestante Dorothee Sölle: ¿Cómo le explicaría a un niño qué es la felicidad?. No se lo explicaría —respondió ella—, le daría una pelota para jugar”. Y en otro párrafo dice: “Una vez le oí decir a un entrenador de fútbol juvenil que sobre el campo hay que caminar de puntillas para no pisar los sagrados sueños de los muchachos. Es muy importante no oprimir su vida con chantajes que bloquean su libertad y su fantasía. Tampoco hay que enseñarles a usar atajos que solo conducen a perderse en el laberinto de la existencia. Es triste que los padres se transformen en ultras de sus hijos, o en sus mánagers, como por desgracia pasa a veces”.


¿Que más se puede decir? El fútbol es un deporte muy bonito, que enseña valores de amistad y compañerismo a los más jóvenes. El arbitraje es una función necesaria para el desarrollo de este deporte. Los mayores estamos llamados a cuidarlo y defenderlo de las malas prácticas.

¡Dejad que l@s niñ@s jueguen al fútbol!

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