Ayer compareció ante los medios de comunicación Lucas Pérez. Un gesto que hay que agradecer al de Monelos, teniendo en cuenta que la situación en la tabla del Dépor, después de cinco jornadas, no es la deseada.

Lucas sabe como nadie lo mucho que cambia la dirección del viento en una ciudad como A Coruña. Él ha vivido en una misma temporada las críticas porque no marcaba goles a las alabanzas por conseguirlos cuando más los necesitaba el equipo. Nada nuevo bajo el sol. Ahora toca vivir la cruda realidad. Y el ‘7’ ha querido enviarnos un mensaje de tranquilidad.

Tarea de capitán y de jugador carismático. De aquel que renunció a mucho dinero y a jugar en Primera por volver al Dépor. Detalles loables, por supuesto. De todas formas, también es necesario mirar hacia el presente más inmediato y al futuro. Y, en ese sentido, lo que le pedimos todos a la plantilla blanquiazul es que reaccione, porque por este camino las cuentas no salen.

Lucas ha hablado ante los micrófonos y ahora tiene que seguir haciéndolo sobre el campo, tanto él como sus compañeros. Llega a Riazor un rival muy complicado, como es el Burgos, y creo que después de estos cinco partidos ya saben los jugadores blanquiazules cómo se las gastan los rivales de la categoría de plata.
Así que, a trabajar duro y a intentar retomar la senda de la victoria cuanto antes. Y si es con goles de Lucas, también nos valen. O de cualquier otro.