Una noticia buena y una mala. ¿Cuál quieres primero? ¿La mala? Pues ahí va. La reacción del vestuario para añadir a la terna de capitanes a dos estandartes del ascenso como José Ángel y Ximo Navarro tiene varias aristas. La primera es la situación originada por la escasa participación de dos de ellos, Pablo Martínez y Jaime Sánchez, y la actual baja del tercero, Diego Villares. Hasta en dos ocasiones el vilalbés cedió su brazalete a Dani Barcia tras ser sustituido. Sinceramente, no hay jugador en todo el club que merezca más portar ese distintivo. Dani lleva quince años en el Deportivo, desde que se incorporó a los benjamines. Ha pasado por todas las categorías hasta llegar al primer equipo. Aunque una cosa es merecer y otra la realidad del profesionalismo. Barcia tiene mucho tiempo por delante, pero su mínima experiencia en los vestuarios ‘de mayores’ y en el fútbol de élite puede aconsejar que no sea el mejor candidato para asumir la capitanía. De todos modos, la sensación que deja la situación es de feo gesto hacia el propio Barcia y hacia la cantera.
La parte positiva del asunto es que el adiós de Lucas no ha caído como se suponía que podía haberlo hecho la salida de un jugador de su peso. Es más, la designación de Ximo Navarro en el quinteto de capitanes invita a pensar en un guiño a Lucas por parte de sus excompañeros. El lateral mallorquín y el delantero de Monelos fueron prácticamente inseparables durante su etapa en el Alavés y el ‘7’ convenció al ‘23’ para que firmase por un Dépor de Tercera. Ahora la cuestión estriba en saber si esta decisión pasará alguna factura.