Escucho al presidente García Diéguez durante y después de la Asamblea General del club hablar de futuro, futuro y futuro. Y me ilusiono como cualquier mortal. Que si Abanca respalda la viabilidad del Deportivo, que si ya están preparando la salida del concurso de acreedores, que si el tope salarial se incrementará, que si poniendo las bases para el desembarco en el fútbol profesional, que si el presupuesto es suficiente para realizar los fichajes pertinentes… Una oda a la felicidad.

Entonces, ¿por qué sigo con el ceño fruncido cuando pienso en mi Depor? ¿Será porque estoy cansada de la palabrería, porque ya no me creo a nadie o a casi nadie, será porque veo jugar al equipo y cualquier atisbo de mejoría lo atribuyo al azar o a un chispazo de talento más que a una evolución continuada?

Y hago mis cábalas. Y me gustaría creer que Davo es un jugador interesante para el Deportivo, que Idiakez sabe lo que hace, que la cantera tiene un recorrido real en este proyecto, que cuando Lucas marque se abrirá la veda, que no nos penalizará marear a Villares, que fundamentar el éxito de nuestro equipo en dos chavales como Yeremay y Mella no es una inconsciencia, que Valcarce, Cayarga y otros se irán y vendrán futbolistas capaces de aportar lo que el conjunto tanto necesita.

Y entonces, ¿por qué continúo con el ceño fruncido? Y sigo haciendo cábalas. ¿Por qué cuando el presidente dice que hay presupuesto para apuntalar la plantilla en el mercado que se abre ahora no se apuntaló tal plantilla en verano y nos evitábamos tantos ridículos?

¿Qué argumentos tengo para creer que el que se equivocó hace cuatro meses no lo hará ahora? Y el entrenador, ¿cómo me sacudo las veces que lo he visto y oído superado, contra las cuerdas, y no reseteo y me lo imagino controlando la situación, moviendo su plantilla y sacando provecho de los jugadores? 
Y hablando de jugadores. ¿Vendrán futbolistas de verdad, jornaleros del balón con mayor o menor destreza pero buenos gestores de sus propias confianzas? Porque de gente que se arruga y de “canguelitis” ya estamos hartos en Riazor.

Y por último, no me gusta (dirán que soy rara) ver fotos del Director General del club en Abegondo, universo reservado para jugadores y técnicos, charlando sobre el césped con el entrenador. No sé qué gestiones positivas ha hecho en estos meses el señor Massimo Benassi respecto al Real Club Deportivo, supongo que bastantes, yo no conozco ninguna pero debe ser mi ignorancia. Lo que sí sé es que una reunión Benassi-Idiakez sobre un campo de fútbol no me fluye.

En definitiva, todas las dudas del mundo respecto al triunvirato que nos gobierna. Por suerte o por desgracia, quien manda en este negocio es una cosita redonda que tiene que entrar en la portería contraria. Y yo confío en que la circunstancia se dé, no por casualidad, sino porque el Deportivo tiene el mayor presupuesto, opciones de remendar errores y porque los rivales son muy malos.

Salud y suerte!