1. Establecer, fijar firmemente algo. 2. Fijar y afirmar a alguien en una virtud, vicio, costumbre, posesión, etcétera.
Pocos gallegos han podido esquivar la emigración y ninguno ha podido evitar la morriña. Nuestro sentimiento nos vincula a nuestra tierra por los siglos de los siglos. Millones de casos a lo largo de la historia así lo atestiguan. Primero fue la lejana América. Cuba, Argentina, Uruguay, Venezuela, Brasil, Estados Unidos. Todos esos países recordados en la franja de la bandera gallega de la camiseta deportivista de la pasada temporada. Después, la Vieja Europa. Suiza. Alemania. Reino Unido. De esta última nación llega Charlie Patiño, nacido y criado en la Gran Bretaña pero heredero de una pasión por Galicia y el Deportivo que no han perdido ni sus abuelos ni sus padres. La llegada de Charlie ilusiona al deportivismo por doble motivo, ya que su trayectoria, pese a su juventud es digna de elogio. No son muchos los jugadores que recorren todo el escalafón de las categorías inferiores de la selección inglesa, desde la sub-15 hasta la sub-21.
Charlie Patiño es un jugador que llamaba a las puertas de la Premier League después de dos buenas temporadas en el Championship con dos equipos diferentes. Blackpool y Swansea han podido disfrutar de su fútbol en la categoría de plata inglesa. Ahora podremos disfrutar de él en A Coruña, gracias a que Charlie y su familia han decidido mantenerse en el mismo peldaño, de las dos últimas temporadas. Por amor. Por morriña.
Arraigo. Se le llama arraigo.