Más de 500 partidos como profesional, casi 200 en Primera División, 114 con la camiseta del Deportivo y, desde 2015, político. Una trayectoria, la de Alberto Albistegui (Eibar, Guipúzcoa, 1964) tan diferente como rica en experiencias.
¿Sabe que es el único eibarrés que ha jugado en el Dépor?
¿En toda la historia? ¿Seguro?
Sí. En algunas bases de datos aparece que Chuchi Hidalgo también es de Eibar, pero nació en Irún, que nos lo confirmó él mismo esta semana.
No sabía que yo era el único, porque ha habido muchos jugadores de mi pueblo que han jugado en Segunda y en Primera... Dale tiempo, ya aparecerá algún otro por ahí (risas).
Ha sido concejal del Ayuntamiento de Eibar, en junio ocupó el puesto 43 en la lista del PSOE para las elecciones europeas y actualmente es portavoz de las Juntas Generales de Gipuzkoa del PSOE. ¿Por qué dio el salto a la política?
Siempre me ha atraído la política. Al poco de dejar el fútbol decliné la oferta del que era el alcalde de Eibar porque tenía hijas pequeñas y eran los años complicados. A finales de 2014, recibí un ofrecimiento del siguiente alcalde y, tras consultar con los socios y con la familia, dije, para delante. Y ahí comenzó todo, en 2015.
¿Dónde hay más presión?
Son dos espacios donde hay mucha exposición pública, pero la intensidad del deporte de élite es mayor. El fútbol tiene momentos de mucha tensión porque juegas delante de miles de aficionados y muchas veces tienes que responder a sus demandas, sobre todo cuando no va bien. En política hay presión mediática, pero no tanta. Estoy muy contento por el paso que di, es una profesión noble, la mayoría de las personas que estamos aquí nos entregamos en cuerpo y alma y tenemos muy claro lo que es el servicio público. Lástima que siempre aparece alguno que mancha la profesión.
Ese es el problema, que siempre aparece alguno.
Pero no solo aquí en España, sino en todos los países del mundo. ¿Que eso va a ocurrir siempre? Probablemente sí, pero lo importante es cómo actuar ante esas situaciones. La actuación tiene que ser inmediata, firme y decisiva, si queremos dignificar la profesión, proyectar seriedad, profesionalidad y entrega.
La política es una profesión noble; lástima que siempre aparece alguno que la mancha
Uno de los momentos más recordados de su carrera como futbolista fue el famoso “pisálo, pibe, los de colorao son los nuestros” que le soltó Carlos Bilardo, técnico del Sevilla, al médico del club andaluz, cuando este le atendió a usted, después de que Maradona le diera una patada en la cara al intentar hacer una chilena, en lugar de socorrer al astro argentino, durante un partido entre el Dépor y el cuadro sevillista en Riazor el 6 de febrero de 1993.
Fíjate, 17 años de profesional y la gente me recuerda por lo de Bilardo y Maradona (risas). Pero es porque está en YouTube y es muy llamativo. En aquel momento no eres consciente. Estás en el campo, te dan una patada en la cara y te quedas en el suelo, te levantas, intentas recuperarte rápido, viene el doctor y te dice, ‘lo tienes que dejar’, y yo, ‘que no, que no’, pero todo va tan rápido que no eres consciente. Después, cuando vi las imágenes de Canal +, mi mujer me recriminó no haberme ido del campo porque los doctores le habían dicho que me podía haber dado un ataque cerebral. Pero en aquel momento lo vi como un golpe más e intenté levantarme y aportar al equipo. Luego ves las imágenes, que le pillan a Bilardo en un renuncio (risas).
¿Habló después con alguno de los protagonistas?
No. Con Maradona hablé en el campo, se disculpó y le dije que no tuvo la culpa, que había sido totalmente accidental. Pero tuvo la repercusión que tuvo por lo que dijo el entrenador rival, que no debía haberlo dicho. Pero eso fue una anécdota, lo importante es que el Dépor ganó ese partido y bien.
Logró tres ascensos a Primera División. Uno con el Mallorca, otro con el Dépor y el último, con el Alavés.
Y uno que no pudo ser y que todavía recuerdo. Yo estaba en Sestao, cedido por la Real Sociedad, tenía 22 años y nos jugábamos todo contra el Celta y empatamos a cero, entonces subieron ellos. El de Mallorca recuerdo que me lesioné de gravedad esa temporada, pero los ascensos con el Dépor y el Alavés fueron muy deseados.
Llegó al Dépor en la campaña 1990-91, la del ascenso a Primera. Al curso siguiente, sellaron la permanencia en la promoción con el Betis. Y en la 1992-93 finalizaron terceros tras el Real Madrid y el Barcelona. Fueron tres años muy intensos y con mucha participación por su parte.
Fueron tres años increíbles. Yo estaba en Mallorca viendo la promoción, porque jugaba el Deportivo contra el Tenerife y subió el Tenerife, cuando el Dépor lo tenía todo a su favor. Al año siguiente ascendimos, que nos lo jugábamos todo en el último partido, contra el Murcia, con un incendio incluido en una grada de Riazor que hubo que suspender el partido durante unos minutos. Y la gente da más relieve a la tercera temporada, que es cuando acuñamos lo de SuperDépor, pero mucha importancia tuvo la campaña anterior porque el primer año en Primera es muy difícil porque es una cuestión de presupuesto. Sin mucho dinero no lo pasas bien, pero, con un equipo justo, supimos mantener el tipo, sobre todo al final, y nos mantuvimos. Para mí fue un éxito, el recibimiento que nos hizo la ciudad ese día fue increíble y luego, ya cuando el club estuvo en disposición de hacer inversiones, trajo jugadores extraordinarios.
Fueron tres años increíbles en el Deportivo... Me quedo con esos momentos que sentías la afición en el campo
¿Con qué momento se queda?
En lo personal, con el nacimiento de mi hija mayor, que nació justo al lado de Riazor, en el hospital Belén. Y en el tema profesional, ¿con qué me quedo? Buf, es que fueron tantos momentos y tan buenos... Me quedo con esos momentos que sentías la afición en el campo, que era increíble.
Inició su carrera en el Eibar.
Sí, debuté con 15 años en el primer equipo del Eibar en un partido contra el Racing de Santander, que perdimos 1-0 en el Sardinero. Esa temporada jugué tres o cuatro partidos con el Eibar, pero yo era un crío. Entonces, no había ni cadetes ni todas estas cosas. Los equipos tenían un equipo juvenil, uno infantil y olvídate.
El fútbol le venía de familia.
Mi padre jugó en Primera en la Real y en Osasuna. Mi hermano jugó en el Eibar en Segunda B, en Tercera y estuvo como consejero en el club. Mi sobrino también ha jugado al fútbol... Lo llevamos en la sangre.
El Eibar afronta su cuarta campaña seguida en Segunda. ¿Lo ve menos candidato al ascenso que en cursos anteriores?
Vamos a contextualizar un poco para entender el hoy del Eibar. Es un equipo cuya máxima aspiración es estar en Segunda B. Una vez subió a Segunda y, con mucho esfuerzo, estuvo 20 años en la categoría. Volvió a bajar a Segunda B e increíblemente en dos años subió a Primera. El primer año desciende, pero como el Elche comete una irregularidad, baja el Elche y el Eibar se mantiene en Primera y así está siete años consecutivos en Primera, lo que para una población de 27.000 habitantes es increíble, de locos, si lo piensas fríamente. Luego bajó a Segunda, pero como en sus previsiones siempre contemplaba la posibilidad de bajar, tenía un remanente, un dinero para intentar subir en los siguientes tres años. Pero esos tres años se han agotado y aunque ha entrado siempre en la fase de ascenso, por una cosa u otra no lo ha logrado, y esta temporada no hay la disponibilidad económica de otras temporadas y por lo tanto se ha tenido que desprender de algunos jugadores que eran muy importantes, llámese Stoichkov o el portero Luca Zidane. Entonces, cuando un equipo pierde talento, se nota, así que este año es menos candidato a subir que los tres anteriores, y eso se está reflejando un poco en los resultados. ¿Si va a entrar en la terna para subir? Primero o segundo no le veo, pero del tercero al sexto puede ser, pero tendría que hacer las cosas muy bien.
Ha sumado cinco derrotas en las siete últimas jornadas. ¿Qué ambiente se respira en Ipurua?
Cinco derrotas y dos 1-0, pero no ha jugado bien. Además, el entrenador no encuentra la tecla y lo del domingo pasado fue un poco preocupante porque también es importante el lenguaje gestual, la reacción a los fallos. Hay cosas que te dicen mucho del estado de ánimo de los jugadores, que es el 50% o el 60% del éxito. Esta trayectoria ha hecho mella en la moral de los futbolistas y el Eibar está en un momento complicado.
Allí juega un exblanquiazul, Peru Nolaskoain.
Aquí alguna vez, por necesidades concretas del partido, ha jugado como central, pero lo suelen utilizar como pivote, un poquito más adelantado que Matheus, el brasileño. El año pasado hizo una buena temporada y este año pensaba que iba a tener un papel más protagonista, pero, por lo que sea, no le están saliendo las cosas como él quisiera.
Si quieres aprovechar lo bueno que tiene Mario Soriano, tienen que hacer un esfuerzo los que tiene al lado para cubrir lo que a él le falta
La pasada campaña estuvo cedido en el Eibar Mario Soriano, que ha retornado al Dépor y, pese a algún problema para encajarlo en el equipo, asume un papel protagonista, ya que ha jugado los 13 partidos de Liga y ha sido titular en diez.
Aquí Mario hizo una buena temporada. A mí me sorprendió, desde el primer partido, que creo que fue contra el Racing, que el Eibar perdió 4-0 y yo dije, oye, este chico tiene cosas. Lo que pasa es que todos tenemos carencias y fortalezas y por sus características, este chico se tiene que rodear un poco de esa gente que le tape, sobre todo a la hora de la recuperación del balón, a la hora de la posición. Si se rodea de jugadores que ayuden, porque luego cuando él tiene la pelota, los desmarques y el juego los ve bien, si quieres aprovechar lo bueno que tiene él, tienen que hacer un esfuerzo los que tiene al lado para cubrir lo que a él le falta. Es un poco adonde voy. Ahora el entrenador creo que está acertando en eso y el equipo lo está notando porque no puedes despreciar nunca a un jugador con talento, porque o lo tienes o no lo tienes.
¿Qué le parece el conjunto coruñés?
Al principio le costaba mucho hilar el juego, llegar, incluso había algún jugador desubicado, pero no sé si era cuestión de confianza o de contacto con la categoría. Ahora he visto que es un equipo un poquito más compacto, que sabe a qué jugar, que eso es importante. Está encontrando ese juego tanto defensivamente como ofensivamente.
¿Le sorprendió la destitución de Imanol Idiakez?
Fíjate un año tan intenso como el del ascenso, todo lo que pueden haber vivido con él, pero cuando tomas una decisión así, lo haces pensando en lo que es mejor para el equipo. Supongo que será una decisión muy pensada y responsable. ¿Acertada o no? No lo sé, pero siempre son decisiones complicadas, porque echas a una persona que ha puesto al Deportivo ahí arriba otra vez.
Al principio al Dépor le costaba mucho hilar el juego, llegar, incluso había algún jugador desubicado; ahora es un equipo un poquito más compacto, que sabe a qué jugar
El equipo eibarrés es duro, de los que más tarjetas ven.
Ahora los árbitros muestran más tarjetas y los choques los penalizan mucho. No es un equipo agresivo, que te dé patadas ni que te lesione, pero Ipurua también es un campo pequeño y ahí es más normal que haya interrupciones y choques. También los equipos que no encuentran su sitio, que les está costando, muchas veces recurren a cortar jugadas y ese tipo de acciones que propician que te muestren tarjeta.
¿Con quién irá usted?
Yo, con el Eibar, joder (risas). Yo nací aquí, casi en el campo de fútbol y soy eibarrés (risas). Lo que quiero es que gane el Eibar y después, el Deportivo. Quiero mucho al Dépor, lo saben en todos lados, pero no puedo decirte otra cosa.