El San Tirso luchará por el título de la Copa Diputación ante O Val. Lo hará tras vencer en semifinales al Sigüeiro (2-2; 5-4), en un partido que terminó con una tanda de penaltis de lo más estrambótica.

Tras siete lanzamientos el San Tirso ganaba por 4-3, y Ale, portero del Sigüeiro, asumió la responsabilidad del octavo. Le pegó mal, levantando parte del césped y el balón se perdió a la derecha de la portería de Adri.

Pero no valió. El guardameta se dio tanta prisa en la ejecución que pilló desprevenido al colegiado Bértalo Sequeiro, quien todavía se encontraba anotando en su libreta el lanzamiento anterior, por lo que mandó repetir. Plantilla y afición, en una grada de claro color verde, no se lo podían creer. Por si fuera poco, Ale marcó por la escuadra en la repetición y situó el empate a cuatro. 

Papelón para César, que por un momento creyó que lanzaría para ganar y ahora tenía la responsabilidad de no dejar a su equipo al borde del K.O. 

Por suerte para los verdes, hizo valer su templanza. Y con 5-4, como hace diez días ante el Victoria, volvió a aparecer Adri para detener el penalti de Hugo Álvarez y dar otro triunfo al San Tirso. Otra final para un equipo con una mentalidad de hierro, pues a la montaña rusa de sensaciones de la tanda hay que sumarle que en el partido se le había escapado una clara ventaja de 2-0.

Dos novedades

Con respecto a la final de la Copa de A Coruña, Fabio Rodríguez introdujo un par de cambios en su alineación, Ferreiro y Mario por Santi y un Denis que era baja. Sí pudieron partir de inicio los defensas Jorge y Lago, que habían terminado tocados ante el Victoria.

Ninguno de los dos equipos estuvo cómodo en los primeros minutos, más de adaptación a un terreno resbaladizo que a otra cosa. El Sigüeiro tenía un poco más el balón y buscó algún centro al área para tantear a la defensa del San Tirso, que mostró seguridad en sus primeras acciones.

Por como se estaba desarrollando el choque, nada hacía presagiar que se iba a romper pronto la igualdad, pero el equipo de Mabegondo aprovechó un error de Ale para tomar ventaja. Iván Rellán probó suerte con un disparo lejano y aunque no le imprimió demasiada potencia, sí logró que botara justo antes de llegar al portero. El balón cogió velocidad y Ale no fue quien de atraparla, apareciendo Meijide para recoger el rechace, regatearlo y marcar.

Y tan solo ocho minutos después del 1-0, llegó el segundo. De nuevo, Meijide. En esta ocasión en una acción de total mérito del San Tirso, con un centro desde banda izquierda que terminó con el jugador coruñés enganchando una bonita volea en el segundo palo.

El Sigüeiro acusó el golpe y le costó reaccionar hasta el descanso. Los verdes dominaban el partido y seguían prodigándose en ataque con acciones de Segade, muy activo, o con los siempre peligrosos envíos al área a través de saques de banda largos. Los de Oroso, por su parte, apenas dispusieron de un disparo de Christian que se marchó muy desviado. Le tocaba a Vecho ajustar en los quince minutos de asueto para que su equipo se metiera de nuevo en el choque.

Durante los primeros 25 minutos del segundo acto el guion fue similar, con el San Tirso controlando el partido, pero una falta de Remuiñán con un bote traicionero se coló en la portería de Adri y cambió el signo del encuentro.

Empate y a sufrir

Al San Tirso se le notaba muy cansado y perdió a sus dos laterales por lesión. Se veía venir el 2-2, y llegó en una transición en la que Aldán realizó una gran pared antes de batir al portero con un caño.

De ahí al final fue un ejercicio de saber sufrir. Muchos equipos habrían bajado los brazos. Se habrían conformado con lo hecho durante toda una extenuante temporada, pero los verdes se agarraron con fuerza. Lograron capear los arreones del flial del Compostela y tuvieron premio. Tras un final de esos que los protagonistas no olvidan.