Raúl de Antón: "No le pongo ningún techo a estas chicas"
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Raúl de Antón: "No le pongo ningún techo a estas chicas"

Raúl de Antón: "No le pongo ningún techo a estas chicas"
Raúl de Antón (d), entrenador del Victoria CF, da indicaciones durante el derbi ante el Deportivo Abanca B en A Grela | Foto: Quintana

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“Soy una persona que le gusta el barro”. Es la forma que tiene Raúl de Antón Sánchez (Barcelona, 1978) de resumir la decisión de adentrarse en el fútbol femenino después de muchos años en diferentes cargos de cuerpos técnicos de clubes masculinos como el Carral, Atlético Arteixo, Cerceda, Montañeros o Deportivo Ciudad. 


El Victoria CF, cuyo primer equipo femenino compite en Primera Nacional, apostó en verano por la contratación del técnico y, tras un inicio de liga complicado, encadena seis triunfos consecutivos. Raúl de Antón hace balance de estos últimos meses repletos de cambios y analiza el futuro del equipo coruñés.  

 

¿Cómo te encuentras tras las seis victorias consecutivas?
Ahora mismo el equipo está en una situación bastante buena, de asentamiento. Hubo una transición bastante importante al principio a nivel de cambios en el cuerpo técnico, jugadoras que no continuaron con nosotros, incorporaciones nuevas... Fue como entrar con un elefante en una cacharrería. Muchas cosas nuevas. A eso le añadimos que al principio arrastrábamos dos o tres lesiones del año anterior como fueron los casos de Rai, Riomao e incluso María. Son hándicaps que te van lastrando un poquito pero ahora todo lo que se estaba trabajando está empezando a dar sus frutos.

 

¿Te has quitado un peso de encima tras el inicio complicado en cuanto a resultados?
Sí, aunque esto de nuevo ya no me coge. Al haber estado en varios equipos siempre sabes que llegas a una casa nueva y el primer período es de conocimiento y de intentar ver cómo son las jugadoras. Además, era algo nuevo para mí, ya que nunca en mi carrera deportiva había entrenado en fútbol femenino. Así que intentas ver un poco las cosas que más te influyen o más puedes influir. ¿Presión? Repito lo que dije el día de mi presentación, que para mí era el reto más desafiante de mi carrera deportiva por ese desconocimiento y por llegar a un club nuevo con un cuerpo técnico completamente nuevo. No había trabajado con ninguno de ellos. Uru se quedó de delegada, Adrián (Sardiña), como segundo entrenador, y a Darío Gerpe lo llevé como preparador físico y lo conozco porque trabajamos juntos pero nunca había coincidido con él en el campo. Ahora estoy muy tranquilo y con ganas de seguir trabajando.

 

Era el reto más desafiante de mi carrera deportiva

 

¿Cómo has superado esos obstáculos iniciales?
Suelo decir que es un grupo que me lo hace pasar muy, muy mal cada día y me lo hace pasar muy, muy bien cada día. Es un ruleta que hay que saber jugarla. Desde ese punto de vista, nosotros quisimos incidir sobre todo en dos cosas. A nivel táctico queríamos darle más velocidad de pelota tanto en transiciones como en circulación y aún estamos peleando por ello. Y en el aspecto de capacidad condicional, mejorar el nivel de fuerza y explosividad. Queríamos tener más el control en esas cosas porque nos encontramos que ahí sí que se podía conseguir alguna mejora más. Hemos enfocado todo el trabajo en este tiempo a mejorar ese tipo de cosas. Creo que se están empezando a producir y además cada vez es mayor el número de personas que pueden hacer entrenamientos normales. Eso hace que se produzcan resultados y si además acompañan los resultados en los partidos, va todo más de la mano.

 

¿Hubo algún punto de inflexión en este cambio de dinámica o fue algo progresivo?
Una mezcla de las dos cosas. Hubo un punto de inflexión en el partido contra el Lóstrego que tuvimos en casa (1-2). A pesar de no haber jugado del todo mal llegamos a una conclusión entre todos, jugadoras y cuerpo técnico, de que había que cambiar cierto tipo de implicaciones, comportamientos y dudas. Que confiaran más en el proceso y que estábamos con ellas y no contra ellas. Ese fin de semana nos acompañó la victoria contra el Llanera, ganamos fuera de casa nuestro primer partido, y empezó a ir todo un poco más rodado. Pero ya fue antes del partido contra el Llanera cuando nos reunimos y hablamos. Se dijeron todas las cosas que había que decirse y los resultados están ahí para acreditar todo el proceso. Estoy muy contento, sobre todo tras ese punto de inflexión, porque ellas han aportado esa tranquilidad y confianza que nos hacía falta.
 

No me gusta tener un esquema de juego cerrado

 

¿Cómo está siendo el proceso de convertir el Victoria de Cris Oreiro en lo que quieres que sea tu Victoria?
No me gusta tener un esquema de juego cerrado. Dentro de un posicionamiento base, después ya se abre el abanico. A la jugadora le cuesta un poco más entender lo que se pretende dentro del campo, pero una vez asimiladas dos o tres pautas, el abanico se hace muy grande. Una de las cosas que más se tiene que resaltar de este Victoria es que no hay patrones estándar y que cualquier entrenador no puede decir: ‘tenemos que atacarlos así’. Un día podemos jugar por fuera, otro día podemos jugar más por dentro, otro, salimos más a correr, otro, a buscar con balón la profundidad...  Eso le da una riqueza al equipo brutal. Mi idea es seguir manteniendo esa incertidumbre y que seamos fuertes en distintos registros. Si lo podemos conseguir, será muy difícil que nos cojan la aguja de marear o la forma de frenarnos. Hasta la fecha estamos en muy buen camino para conseguirlo.

 

¿Se adaptaron las jugadoras a tu modelo de juego o te adaptaste tú a las jugadoras?
Fue una mezcla. Ahora mismo queríamos instaurar unos patrones y dentro de esos patrones sí que hay jugadoras que les ha costado o les está costando más, pero tengo claro que tengo gente muy habilidosa por dentro y gente que puede ser muy profunda por banda y en la parte de arriba. Todo eso intentamos aunarlo. ¿Qué pasa? Que nos encontramos partidos como el del Umia, que vino a encerrarse bastante atrás. Entonces no podemos jugar igual ahí que contra el Victoria de Santiago, que nos abre mucho el campo con jugadoras con mucha movilidad, o contra el Olímpico de León, que fue un partido de tú a tú con espacios a las espaldas de las dos defensas y espacios por dentro. Nosotros nos sabemos amoldar a cada situación. No tenemos una única marcha y esa es la gran diferencia que le queremos dar a este Victoria. No estoy diciendo que sea mejor ni peor que los anteriores, ni muchísimo menos, sino que es la puntilla que queremos darle nosotros. Que sea un equipo más versátil. Creo que a las jugadoras las va a hacer más jugadoras, nunca mejor dicho, que sean capaces de reconocer esas situaciones en el campo y explotarlas.

 

Cuesta más sacar una conversación real con una jugadora que con un jugador

 

Vienes del fútbol masculino. ¿Cuáles son las diferencias más evidentes que te has encontrado en el fútbol femenino como entrenador?
Tengo varias. Las mayores diferencias son a la hora de transmitir y convencer. Con el fútbol masculino me encontraba que ponía retos o competiciones y los chicos, aunque a algunos les mosqueaba, ponían el acento en ese aspecto de competición. Estas chicas son muy competitivas pero lo llevan al asunto personal y a mosquearse más que a afrontar la competición en sí. Me estoy encontrando dificultades en eso. Las tareas fluyen más ahora que antes porque se paraban a analizar demasiado las premisas y se paraban a darle más vueltas a posibles situaciones que no habían pasado en vez de dejar que vayan apareciendo e intentar interpretarlas. A nivel de vestuario, lógicamente yo no puedo vivir esa situación desde dentro por protocolos y ahí sí que perdemos una parte de información que se nos puede escapar. Y lo último es que a nivel de gestión verbal, de poder hablar con cada una, cuesta más llegar a la jugadora. Cuesta más sacar una conversación real con una jugadora que con un jugador. A lo mejor ellas lo dicen a la tercera conversación y con el chico lo sacas más de primeras. Básicamente son esas las diferencias que puedo decir en estos primeros meses. Ya ves que no he hablado nada de fútbol porque estoy encantado con lo que estoy viendo. Es un fútbol muy atractivo, es un fútbol que engancha y me está gustando lo que estoy viendo a nivel de balón.

¿Y las semejanzas? 
Es un fútbol que se trabaja más a cortos espacios aunque se explota también el balón en media y larga distancia. Lo que menos se trabaja, lógicamente, es el fútbol de segundas jugadas y disputas y a nosotros tampoco nos interesa mucho. Pero sí se ven esas semejanzas en el fútbol de llegada, fútbol combinativo, de incorporar jugadoras, de primer toque, de espacios reducidos... Eso lo gestionan bien. Lo que tiene que ver con distancias largas y espacios amplios es lo que más tenemos que mejorar. A veces están muy encabezonadas en querer explotar en exceso esos espacios cercanos y no salir de carril o cambiar de pasillo. Es la parte que más estamos incidiendo día a día.

 

Me gusta el barro y estos retos van a contar conmigo para siempre

 

¿Te pensaste mucho el cambio al fútbol femenino? 
Soy una persona que le gusta el barro y, como me gusta embarrarme, los retos que son de esta manera van a contar conmigo para siempre. Tuve la oportunidad de ir a algún club de Coruña y una de las respuestas fue ‘Raúl, estás a muchas cosas’. Requerían una exclusividad y no se dio por eso. Entonces, a mí en estos retos, aparte de conocer a las personas, también me interesa mucho el proyecto. Se me vendió que iba a haber un cuerpo técnico con un buen número de gente para trabajar, se me vendió una plantilla, unos medios, una liga, que es muy competitiva... Y eso es lo que me motiva. Juan Ferreiro, coordinador de las categorías femeninas del Victoria, se puso en contacto conmigo y llegamos a un acuerdo rápido ya que si se cumplía lo que decían que iba a haber, conmigo iban a contar. La parte económica sería importante pero no iba a ser para nada comparable a todo lo hablado con anterioridad. Se cumplió todo lo hablado y ahí estoy, embarcado en este barco sobre todo por la curiosidad de ver lo que es y ver si soy capaz de adaptar mis pocos conocimientos a lo que tengo y a esta categoría.

 

En las conversaciones con el club, ¿qué objetivos o pautas te marcaron?
En todas las conversaciones que hemos tenido, que han sido bastantes, tanto con Juan, el presidente, como con Juan, el coordinador, me han transmitido su cercanía. Lo extrañé en otros clubes y en este lo tengo muy a mano. Mucha cercanía, muchos ánimos, mucho ‘estamos aquí para lo que necesites’. Eso se agradece desde el primer momento y lo siguen manteniendo. Lo único que he recibido, o al menos yo eso he interpretado, es que se viera el trabajo y la importancia del fútbol femenino dentro de esta casa. Desde ese punto de vista estamos respondiendo. Hay trabajo y hay implicación. Con Cris (Oreiro) y Adrián lo hubo. Me consta porque Adrián sigue estando conmigo. Y querían que se siguiera manifestando eso porque tienen en muy buena consideración esta categoría. Querían que la persona que viniera supiera gestionar eso para que se siguiera manteniendo. Esto acaba de empezar pero creo que vamos por buen camino con esas pautas. En ningún momento nos hablaron de que teníamos que quedar campeonas ni nada parecido. Se habló siempre de trabajo, de buena imagen, de conseguir resultados poco a poco y de que tuviéramos a plantilla y cuerpo técnico implicados. Eso seguro que no va a faltar sobre todo en un año de transición. Llegábamos mucha gente nueva y eso hay que saber gestionarlo.

 

¿Tiene capacidad el Victoria para buscar el ascenso a corto-medio plazo?
El Victoria tiene potencial para poder afrontar ese reto. El único problema que le veo ahora mismo es la desgracia que tienen todos los equipos de Coruña, que es depender de campos de entrenamiento, de entrenar en medio campo, de que hoy entrena en Elviña, mañana en A Grela y pasado en Leyma. Sé de primera mano que el Victoria intento hace mucho salir de esa rueda y buscar una mejora. Si algún día se produce o incluso sin producirse, creo que lo puede hacer. Lo único que tiene que hacer, desde mi punto de vista,  es seguir trabajando como  lo está haciendo. Que la gente que venga al Victoria se sienta valorada, que vea un buen trabajo y eso llame a más gente. Tiene una cultura de base muy buena, aunque con eso ya estamos hablando a medio-largo plazo para poder aprovecharlo bien, pero si hablamos de un ascenso en este año o en un año cercano, tienen esas cosas que hay que tener en cuenta. Con todo esto, yo creo que tiene base y capacidad para poder afrontarlo.

 

Las jugadoras que se han ido son ‘top’, se tuvo que resaltar el papel de equipo

 

En los últimos años se han marchado del Victoria jugadoras importantes como Cetina, Bita o Charín. ¿Hay potencial para suplir estos talentos en el equipo y en la cantera?
Las jugadoras que se han ido son jugadoras ‘top’, no hace falta ni hablar sobre eso. Voy a exagerar y nunca lo diría así, pero teniendo esa carencia de jugadoras que te ganan partidos solas, se tuvo que resaltar el papel de todas, el papel de equipo. Este fin de semana entraron tres, cuatro personas en el once respecto al anterior fin semana y el equipo rindió. El papel de todas está siendo muy importante, ya sea desde el minuto 1 o desde el 70. El equipo es fuerte en eso. Hemos superado convocatorias de doce jugadoras de campo. Están rindiendo y son competidoras natas. Eso facilita mucho las cosas. ¿Papel importante de alguna jugadora dentro el equipo? No veo. Veo el papel importante del equipo en global. Además, me encuentro muy cómodo en esa tesitura de resaltar el equipo. Siempre se me dio muchísimo mejor esa faceta.

 

¿Qué le falta a la plantilla? 
Aunamos una plantilla muy dispar. Gente que lleva años en la categoría y gente que no ha jugado ni un minuto en la categoría. Te hablo de niñas de 16-17 años con alguna veterana de 30-31. Pero la inmensa mayoría es muy joven. El mayor problema que están encontrando esas jugadoras jóvenes es que, de alguna manera, las han empujado y les han dicho ‘venga, a jugar en Primera Nacional’. Se han ido ciertas jugadoras y, claro, ahora tienen que asumir ese rol. Eso es algo muy precipitado. Ese papel de ir entrando poco a poco lo podemos hacer con algunas pero no con todas. Es el caso de Sharon, que se ha ganado la titularidad y está siendo de lo más relevante de la plantilla. Es una jugadora que no había jugado nada en la categoría. Se hizo ficha A a Uxía y a Candela porque necesitamos esas características dentro de la plantilla. Miranda, otro tanto. Aunque sea más veterana, había participado más en el B que en el A. Carla Amado, Carla Riomao, Nuria... Son jugadoras que están yendo convocadas con la selección gallega pero que no habían dado el salto de tener un papel importante dentro del primer equipo y este año se les está pidiendo. Entonces claro, les está costando sentirse importantes y que de verdad vean que pueden aportar. De hecho, ya empiezan a hacerlo.

 

La fortaleza de este equipo es que tiene una llegada brutal

 

¿Y cuáles son las fortalezas?
La fortaleza es que este equipo tiene una llegada brutal. Llega arriba con muchísimas jugadoras y eso casi no hay ni que decírselo. Es algo muy positivo. Si somos capaces de gestionar los tiempos y los espacios, este equipo va a generar mucho más de lo que ya está generando ahora. Eso hace que tengas un equipo muy consistente atrás, porque tienes esas tres o cuatro personas haciendo esas vigilancias ofensivas, y que te llega con cinco o seis personas arriba constantemente. Eso nos da una riqueza brutal. A ver si lo podemos explotar un poco más porque es un camino que tengo que seguir sí o sí.

 

¿Con qué objetivo o meta cumplida estarías satisfecho esta temporada?
La meta no nos la hemos puesto porque la estamos descubriendo cada día. No sabemos aún el techo del equipo. Te lo digo como se lo digo a ellas. Me estoy poniendo las metas que se vayan poniendo ellas porque les estoy pidiendo metas que implican cambios grandes. Y a nivel de clasificación dependemos mucho de cómo salgamos de esta fase navideña. Ahora nos vienen rivales que tenemos cerca para alcanzar. Si de esta fase salimos bien posicionados, no le pongo ningún techo a estas chicas. El trabajo lo vamos a tener. Lo adaptaré al nivel que tengamos. Quiero ir viéndolas poco a poco porque todavía estamos viendo lo que puede dar cada una. Seguir así, escalando, ver lo que dura esta racha y si se rompe, volver a coger otra. No hay más objetivo que ese. 

Raúl de Antón: "No le pongo ningún techo a estas chicas"

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