El Sofán encadenó el pasado domingo su quinta victoria consecutiva y su undécima jornada sin perder. Después de un inicio de temporada cuesta arriba sin apenas triunfos, el equipo de Pablo Torreira (A Coruña, 1984) se rehizo hasta encarar el tramo final de campeonato con la permanencia en el bolsillo y algún que otro objetivo apetecible en el horizonte.
El técnico coruñés, que recaló en el Sofán el pasado verano procedente del Baio, admite que su primer curso en O Carral está cargado de aprendizaje y destaca la paciencia del club cuando los resultados no llegaban.
¿Se puede decir ya que el Sofán está salvado?
Sí. Con los puntos que tenemos, los enfrentamientos directos que hay y las jornadas que quedan, creo que el primer objetivo de la temporada prácticamente está hecho.
¿Qué metas os marcáis para el tramo final? ¿Ves opciones de luchar por el tercer puesto?
Nos marcamos pequeños objetivos semanales, intentar conseguir tres puntos, quedar lo más arriba posible y si podemos meterle un poquito de miedo en el cuerpo a tercero y cuarto, pues encantados. Pero sabemos que es muy difícil. Hay muchos puntos de diferencia, apenas pincharon hasta ahora y no creo que pierdan ahora 15 puntos de 21 que quedan. Pero lo vamos a intentar.
Estáis en el mejor momento de la temporada. ¿Cuáles son los factores que lo explican?
Creo que el factor principal es algo que resalto desde el principio de la temporada. Ser un equipo y un bloque en el que todos sumen. De hecho, esto coincide con el momento que más bajas tenemos y nos están ayudando mucho también los juveniles. A veces el fútbol son dinámicas y este equipo está sobre todo compitiendo muy bien contra todos los rivales. Es un poco eso.
Fue un proceso de adaptación de todos
Ahora parece que todo ha sido fácil pero durante el curso pasasteis momentos difíciles.
Sí, el principio de temporada fue complicado sobre todo a nivel de resultados. No me considero un entrenador muy resultadista y suelo analizar lo que pasa. Creo honestamente que al principio de temporada hubo muchos partidos en los que teníamos que tener puntos y no los conseguimos. Y otras fases en las que sí ganamos mucho en partidos que no lo merecíamos. Evidentemente, aunque tengamos una mezcla de juventud y veteranía, al principio de temporada la gente joven tenía que adaptarse porque era una idea diferente. Estaban más acostumbrados a otras cosas y fue un proceso de adaptación de todos.
¿Cuesta mucho convencer a los jugadores y gente del club de los progresos sin victorias?
En ese aspecto desde dentro siempre hubo tranquilidad porque el trabajo era bueno y lo que se reflejaba en el campo era bueno pero no se obtenían resultados. Hubo un paso al frente por parte de todos, ha habido jugadores que están jugando mucho que maduraron y al final los fallos son parte del aprendizaje. Hubo una época en la que los errores individuales nos condenaban mucho y cualquier fallo en ambas áreas nos penalizaba. Es un poco la tónica de esta liga.
Es tremendamente difícil jugar combinativo en Sofán, por no decir imposible
¿Tuviste que hacer cambios en tu idea de juego tras ese inicio de liga?
Como dije desde que llegué, yo era el primero que tenía que adaptarme a un campo con unas condiciones totalmente diferentes a las que estaba acostumbrado. Venía de cuatro años en un Baio con un campo mucho más grande y de una idea de juego que ya estaba asimilada. Y sabía que había que intentar imponer esa idea de juego en los partidos de fuera y en casa tratar de adaptarnos porque es tremendamente difícil jugar combinativo en Sofán, por no decir imposible. Puedes tener determinados mecanismos para atraer al rival pero al final tienes que jugar más directo que en cualquier otro campo. Es un campo especial. Y sí que manejamos diferentes sistemas durante la temporada. Al principio empezamos a jugar con defensa de tres pero no estaban muy cómodos. Tuvimos que recurrir a ello porque al principio no teníamos extremos y después nos fuimos adaptando un poco todos.
¿Se puede decir que el Sofán ahora es reconocible? ¿Te ves reflejado en el equipo?
El Sofán evolucionó mucho a lo largo de la temporada, pero es cierto que mi idea de fútbol difiere un poco de lo que proponemos en casa. Pero es eso, tenemos que adaptarnos al campo. Cada saque de banda es una ocasión, hay que darle mucho énfasis a todo balón parado, a toda segunda jugada... Me gustaría jugar mejor pero tienes que adaptarte a lo que hay. Tampoco puedes caer en el error de insistir en una idea cuando no se puede ejecutar en ese campo.
No hay que encerrarse en una única idea
¿Cómo llevas eso de hacer ciertas concesiones?
A nivel de entrenador, mejoras y aprendes de todas esas situaciones. Te hace ser más completo poder manejar diferentes registros. Venía de jugar a otra cosa totalmente diferente y tienes que adaptarte a los jugadores, al campo y no encerrarte en una única idea.
El club tuvo paciencia y confianza en el proceso y ahora la inercia es positiva. ¿Seguirá Pablo Torreira en el Sofán el próximo curso?
No hemos hablado nada. Todavía quedan siete partidos y la Copa da Costa, que aquí tiene una importancia muy grande. Primero hay que afrontar eso, conseguir objetivos y después ya se hablará. Sí que la paciencia, que a veces en el fútbol no se lleva mucho, fue un factor determinante. Me refiero a encontrar el apoyo de la directiva y del presidente y palabras de ánimo en los momentos en que los resultados no salían. Veían el trabajo y la evolución pero esa calma fue fundamental.
¿Hay ganas de devolver esa confianza con un título de Copa?
Sí, la idea de todos es intentar quedar lo más arriba posible. Cuanto mejor compitamos estas jornadas que quedan, mejor llegaremos a esa Copa. Es un trofeo al que se le tiene muchas ganas porque nunca lo ganó el Sofán. De hecho, la última vez que lo jugaron, casualmente los eliminamos con el Baio. Hay una espinita ahí que todos queremos sacarla