En una temporada que está siendo una montaña rusa para el Juvenil A del Montañeros, Nico Mosquera (A Coruña, 2006) es una de sus certezas. Nadie ha marcado más goles que él en el equipo —once— y tanto su influencia como su compromiso son máximos.
Arosa, Compostela, Bansander, Sporting de Gijón y Veriña. Los impares en A Grela y los pares a domicilio. Ese es el calendario que le queda hasta final de temporada a un Monta que ahora mismo está fuera de los puestos de descenso a Liga Nacional, pero que cuenta con los mismos puntos que el Choco, que sí bajaría. La situación es delicada, pero Nico no deja espacio a la duda.
“Confío mucho en este equipo. Ahora más que nunca tenemos que estar todos juntos y creo que el jugar tres partidos en casa nos va a ayudar a conseguir el objetivo”, afirma.
Tras un inicio irregular que desembocó en la destitución de Kike Sanfiz, una magnífica racha les alejó del descenso, pero ahora vuelven a estar en problemas tras sumar tres de los últimos 18 puntos. “Está todo igualado y, aunque ganes dos partidos seguidos, si te relajas vuelves a estar abajo. En esta Liga es todo muy corto y complicado...”, reflexiona.
Da mérito a Rubén García, su técnico actual, en la reacción que tuvo en el equipo y confía en que les ayudará a salvarse. “Enchufó a todo el equipo y trabaja día a día cada partido. Está muy encima de nosotros en los entrenamientos, algo que veo clave”, apunta.
Nico Mosquera ve datos a los que agarrarse. “Creo que el equipo está trabajando muy bien, sobre todo defensivamente, porque solo hemos encajado dos goles en los últimos tres partidos —victoria por 3-0 ante el Val Miñor y sendas derrotas por la mínima ante el Real Avilés y la Gimnástica—, pero nos ha faltado generar un poco más para que no implicara dos derrotas consecutivas contra rivales directos”.
En el último duelo, el extremo sufrió un problema físico. Pese a ello, quiere estar sí o sí en el partido de este sábado. “Tuve un golpe, pero gracias a dios parece que es solo eso. Veo posible llegar y ayudar al equipo”, enfatiza.
De los últimos partidos ve uno vital, el del Compostela, por tratarse de un rival directo que en estos momentos está tres puntos por debajo. En él tratará de poner en práctica sus condiciones, que él mismo describe: “Me gusta mucho encarar cuando me llega el balón y también sacar centro o golpeo en cuanto puedo”.
Si echa la vista atrás, está satisfecho con su proyección esta temporada. “Empecé siendo un jugador no muy importante y poco a poco fui ganando protagonismo”, explica.
Con pasado en el Calasanz, el próximo curso debutará como sénior. “Me gustaría llegar al máximo nivel, pero hay que ir poco a poco”, desea.