Una victoria, dos empates y una derrota. Es el balance del Órdenes en las cuatro primeras jornadas. Cinco puntos de doce y sensaciones prometedoras por como han sido los partidos. Siempre ponderando en el análisis que se trata de un recién ascendido.
El último resultado fue el más positivo, un contundente 4-0 contra el Arzúa, que la temporada pasada jugaba en Tercera Federación. Para desgranar las claves de esta victoria y del inicio de temporada, habla Nico Acebey, un hombre que ha ejercido como primer entrenador en las primeras jornadas ante la ausencia de Posi por motivos personales.
“Ante el Arzúa entendimos cómo presionar en nuestro campo. En los primeros quince minutos nos encontraron espacios en los intervalos, sobre todo detrás de los mediocentros, que nos hacían daño. Luego modificamos un poco la presión y a partir de ahí fuimos capaces de robar y transitar”, explica Acebey, que ya ha vuelto a su rol como segundo.
Sobre si mereció algo más el Órdenes en alguno de los partidos previos -empate ante el Atlético Escairón (1-1), derrota contra el Sigüeiro (2-0) y empate frente al Lemos (1-1)-, contesta: “sí, sí, completamente. Incluso en los tres. El día del Escairón, que fue el primer partido, no generamos tantas ocasiones, pero el gol de ellos viene en un error nuestro por no despejar un balón. Ante el Sigüeiro el primer gol fue una losa. Y el día del Lemos también creo que es un partido en el que merecemos más. En líneas generales creo eso, pero estamos pagando un poco el peaje en la categoría. Errores puntuales nos han costado puntos esos tres días”.
Nico Acebey entiende que para salvarse, el Órdenes debe “competir todos los partidos, ser fiel a su estilo y con sus armas, que son esas, intentar sacar el máximo número de puntos posibles”.
Eso sí, confía en que lo van a lograr y da sus motivos. “Porque el equipo tiene margen de mejora, es muy joven. Igual que nos pasó el año pasado, según vaya avanzando la competición vamos a crecer. Nuestra mejor versión aún no se ha visto, ni mucho menos”, apuesta el técnico.
Detalla que esta temporada han apostado por la misma dinámica de entrenamientos, con un número de tres a la semana: “es cuestión de continuidad y de ir poco a poco”.
Donde no son de ideas fijas Posi y él es a la hora de plantear los partidos. “Jugamos con 4-4-2 la primera jornada y luego 4-1-4-1. Estamos variando el esquema en función del rival que tenemos enfrente y de las necesidades del equipo”.
En cuanto al tipo de juego que practican, señala: “somos un equipo de mucho ritmo, porque una plantilla joven te lleva a ese impulso, a querer apretar hacia delante, a presionar”.
Diferencia entre jugar en su campo y en otros de la categoría. “Cuando jugamos en casa tenemos que dar una versión propia, porque es donde entrenamos. No todos los equipos tienen un campo de hierba natural como el nuestro y tiene que ser un factor a favor. Cuando sales de Órdenes hay de todo y te tienes que adaptar lo antes posible a todas las superficies o rivales”, manifiesta.
Asegura que durante la etapa que estuvo al frente del equipo mantuvo la misma filosofía que trata de inculcar el primer entrenador: “no cambié absolutamente nada, porque Posi sigue. Realmente no hice nada distinto. Ni yo ni el resto del cuerpo técnico”.
Explica como se dio la situación y la función que tuvo. “El entrenador es Posi. Simplemente se alejó del fútbol por motivos personales a principio de la pretemporada. El que estaba a las órdenes era él. Yo hacía mi papel de segundo entrenador y estaba más presente en la sesión”.
En esta línea aclara que ante el Arzúa ya se sentó Posi en el banquillo y que así seguirá siendo en los próximos compromisos. El primero de ellos será este domingo en Visma ante el Montañeros.