El Montañeros escala a la séptima posición, luego de su trabajada victoria frente al Ribadeo (2-0). Pape y Jonathan Rodríguez hicieron los goles de un partido dominado por el conjunto de Jairo Arias en la primera mitad, pero de muchas alternativas en los segundos cuarenta y cinco minutos.
La puesta en escena del equipo coruñés fue buena. Y eso que tuvo que hacer frente a un contratiempo, la lesión del extremo Lucas García cuando el duelo aún estaba en sus compases iniciales.
Tenía la posesión el Montañeros, que en salida de balón se situaba con Samu, Mauro y Dani García en primera línea, pasando el juvenil Achore, ayer lateral derecho, a ayudar en el centro del campo. De esa forma iba encontrando las primeras ocasiones, con algunos disparos de larga distancia.
Poco a poco se fue acercando al gol, hasta que Pape no perdonó en un centro de banda derecha, lanzándose en plancha y conectando casi a ras de suelo un gran cabezazo esquinado.
El propio delantero senegalés rozó el 2-0 en un balón que se paseó por el área al filo del descanso. Antes del entretiempo aún habría tiempo para que el Ribadeo se acercara por primera vez por la meta de Guillermo, con buenas acciones de Asier, claramente el más destacado de los lucenses.
En los inicios de la segunda mitad el Ribadeo tuvo más control, pero tardó en encontrar la profundidad. Y cuando lo empezaba a hacer, como demuestra el gol anulado por falta a Criss o una nueva opción de Asier en la que apareció Guillermo, llegó la sentencia del Montañeros. Willi encontró a Jonathan Rodríguez dentro del área y este no perdonó con un disparo con la diestra.
De ahí al final, pudo llegar el 2-1 del Ribadeo, casi siempre gracias a la habilidad de Asier, pero siguió muy acertado un Guillermo que también se suma para la causa.
El San Tirso es nuevo líder de Preferente Norte tras vencer al Miño (1-0), equipo que ostentaba ese privilegio.
En los primeros veinte minutos, periodo de claro dominio local, llegó el único tanto. Normalmente el conjunto de Fabio Rodríguez envía al área los saques de banda cercanos a línea de fondo, pero en esta ocasión optaron por una jugada distinta, en la que Bacariza se la puso al espacio a Segade, que centró al primer palo, donde estaba atento para marcar Carlos.
Pasado el ecuador del primer acto, el Miño se sacudió el dominio y el partido pasó a estar equilibrado y con pocas ocasiones que reseñar.
El guion de la segunda mitad fue similar. Un arreón del San Tirso, que no concretó sus opciones y no pudo sentenciar, y algún intento del Miño en el tramo final, con centros al área bien solventados por la zaga de los ‘verdes’