Mario Seoane (A Coruña, 2004) empieza a hacerse un nombre con el San Tirso. Tras un primer año que el mismo entiende fue de adaptación, este curso está gozando de muchos más minutos y, lo que es más importante, los está aprovechando. Para muestra, un partido ante el Montañeros en el que asistió en el primer gol y tuvo mucho peso en ataque.

“Planteamos bastante bien el partido. Estuvimos todos bastante metidos y con ganas y contrarestamos a un rival que también jugó bien”, valora una victoria que les sitúa en quinta posición.

Tenían claro que no podían hacer dos cosas durante el partido. “Con el delantero que tienen —Pape Gaye— no era buena idea hundirnos, porque en cualquier centro te la puede meter; y si íbamos arriba ellos salen bien con el balón y te pueden complicar mucho”, detalle el jugador que actuó por la banda izquierda del ataque de un 1-4-2-3-1 que esperó al Montañeros en bloque medio.

Como suele suceder cuando está en el campo, fue el encargado de servir el balón parado y de sus botas nació el 1-0. “Había tirado antes mal una falta y desde el banquillo me dijeron que la pusiera más pasada”, narra sobre un centro que convirtió en gol Ferreiro. 

Muchos de los jugadores del San Tirso proceden del Ural y Mario Seoane es uno de ellos. En el conjunto coruñés le entrenó Fabio Rodríguez en alevines e infantiles, un técnico con el que dice llevarse “muy bien” y que le llamó cuando acabó su etapa como juvenil.

“La temporada pasada fue algo más complicada que este año. Significaba dar el salto a modestos, a un fútbol más físico que en categorías inferiores, pese a que la de juveniles también era una Liga muy buena. Ahora conozco mejor la Liga y he sabido aprovechar mejor las oportunidades. La temporada pasada fue más de adaptación”, desarrolla.

Ya han pasado unos meses, pero describe como “inolvidable” la presencia en Riazor pese a no jugar. “Vale la pena solo por el hecho de estar allí”, explica Mario, que cambió la camiseta con el delantero del Espanyol, Irvin Cardona.

Aboga por mantener la dinámica para llegar a unos playoffs en los que “luego ya se verá si se puede ascender” y se queda con su “golpeo de balón” como punto fuerte.

Visión del rival

La cruz de la jornada 18 fue para el Montañeros, que tras ceder en O Monte ve como su margen al frente de la tabla baja hasta los cinco puntos, pero el centrocampista Nano Varela no quiere caer en el alarmismo.

“Antes de empezar habríamos firmado estar en esta situación a estas alturas. No tengo ninguna duda de que trabajando como lo estamos haciendo, y con la calidad que tenemos, volveremos a tener una buena racha”, reflexiona.

En cuanto al partido, apunta que “lo más justo habría sido un empate, porque no supimos leer de la mejor manera la primera parte, pero tras el descanso estuvimos mejor”.