A los 26 años le ha llegado la oportunidad. El coruñés Mannuel Núñez Mosquera disfruta de su primera temporada en Segunda Federación después de seis cursos en Tercera, el último con título de Liga y ascenso con un Bergantiños en el que sigue siendo pieza clave. Ha sido titular en las ocho primeras jornadas y en la última, ante la Gimnástica, marcó su primer gol en la categoría.
¿En qué fue mejor el Bergan que la Gimnástica para conseguir los tres puntos en la última jornada?
Fue un partido en el que los dos equipos quisimos sacar el balón jugado y presionar alto. En cuanto a duelos, robos, transiciones, últimos pases y acierto estuvimos mejor que ellos. Tuvimos una marcha más. En la segunda parte conseguimos reponernos del gol en contra y sacar el partido.
¿Se cumplió el plan de partido del Bergantiños?
Pudimos presionar de la manera que habíamos practicado por la semana y el plan salió a la perfección más allá de alguna ocasión que concedimos y que quizá pudimos evitar, pero el rival también juega y nosotros también nos equivocamos a veces, pero el equipo estuvo bien.
¿Se notó en algún momento que jugaban contra el colista?
La Gimnástica es un equipo que no va a estar ahí. Tenían necesidad de ganar y se enfrentaban al Bergantiños, que es un equipo que está en buena dinámica pero que no deja de ser un recién ascendido. La victoria en casa contra nosotros era fundamental para ellos. Salieron a por el partido desde el minuto 1 y eso es algo que nos beneficia porque cuando el rival se expone, viene a por nosotros, va a por el partido y deja espacios, si tenemos personalidad con el balón y somos atrevidos, podemos hacer mucho daño.
El 0-1 fue Manu. ¿Cómo recuerda la jugada de su primer gol de la temporada?
Fue en un pase de Uzal para Bastos, que consigue sacar el centro, hay un rechace, remata a Lucas de volea, me quedó, le pegué mal pero fue para dentro. La que peor le pegué fue la que entró, que es lo importante.
¿Tuvo dedicatoria?
En el momento no hubo dedicatoria para nadie porque tenía ganas de marcar y lo celebré con rabia. La dedicatoria es para mi pareja, que siempre me decía que nunca le había dedicado un gol. Va para ella.
¿Ha generado euforia en el vestuario que el Bergantiños ocupe puestos de playoff?
La euforia no fue bien cuando ganamos al Avilés porque la semana siguiente perdimos. Después de hacer un buen partido contra el Numancia, que era el líder, empatamos en casa contra el Llanera. Y después de golear en Salamanca volvimos a empatar en As Eiroas. La euforia fue en la celebración por la victoria y el viaje de vuelta se hizo mucho mejor, pero ya pensamos en ganar al Ávila porque ahora mismo estamos en playoff, pero si perdemos ya volveremos a estar cerca del descenso. Hay que mejorar mucho en casa y seguir ganando.
¿El quinto puesto es un espejismo o el Bergan tiene capacidad para pelear por algo más que la permanencia?
Es muy pronto para hacer una valoración en una Liga tan igualada. Quizá el Numancia y el Avilés están un poquito por encima en la actualidad, pero del resto de equipos todos podemos cambiar hacia arriba o hacia abajo. Creo que este equipo tiene capacidad para pelear por algo más que la permanencia siempre y cuando el nivel de autoexigencia y de ambición sea el máximo en todos los partidos y en todos los entrenamientos. Eso va a ser fundamental y va a marcar si podemos estar de mitad de tabla para arriba o de mitad de tabla para abajo.
¿Por qué está consiguiendo mejores resultados fuera que en casa en Bergan?
Las dos victorias fuera de casa tienen un denominador común y es que los campos de la Gimnástica y del Salamanca son grandes y de césped natural. En casa, ya de por sí es más difícil crear ocasiones por las dimensiones y por el césped, y, además, cuando un equipo juega fuera de casa se expone un poco menos.
El sábado, contra el Ávila, que es cuarto. ¿Es un aliciente poder alcanzar a un rival que está tan arriba en la tabla?
Es un aliciente porque si ganamos al que tenemos por delante, lo podemos coger, pero el mayor aliciente que podemos tener nosotros es quitarnos la espina que tenemos en casa y que los rivales que vengan tengan que sufrir muchísimo en Carballo.
En una Liga con equipazos como Pontevedra, Numancia o Avilés, el Bergan es el más goleador de todos.
Tal vez estamos en un momento de acierto muy alto que igual en otros tramos de la temporada no lo vamos a tener. Hemos conseguido resultados bastante abultados como Salamanca o Avilés, pero lo que está claro es que el equipo quiere atacar, busca el gol en todos los partidos y eso refleja el juego del equipo, que siempre busca portería contraria, transitar y que eso nos hace marcar goles siempre.
A nivel de planteamientos, ¿cada partido es diferente para el Bergan o mantiene una línea de juego más fija?
Cada partido es diferente, pero nuestra idea de juego va en el mismo camino: tener el balón, presionar arriba, atacar. Nos está yendo bien y nos beneficia a los jugadores tanto a nivel individual como colectivo y coincide bastante con lo que quiere el míster.
¿Cómo definiría Manu al Bergantiños de esta temporada?
Creo que somos un equipo muy reconocible en estas primeras jornadas. A cada rival que nos hemos enfrentado hemos querido ir arriba por ellos, hemos querido que no estén cómodos en ningún momento, presionar alto y sacar el balón desde atrás.
¿En qué aspectos puede mejorar todavía el Bergan?
Hemos concedido goles que no han llegado por una mala presión, por un mal planteamiento o por un error global y sí por fallos de concentración a nivel individual y colectivo y creo que eso es importante. Debemos dar un punto más en ese aspecto en los 90 minutos porque no vale estar bien 80 y 10 regular porque nos cuesta puntos.
Manu es uno de los futbolistas que ha sido titular en las ocho primeras jornadas.
Veo cada entrenamiento y cada partido, incluidos los de pretemporada, como oportunidades para decirle al míster que quiero ser titular y que quiero estar ahí. Intento aprovechar cada día al máximo para ayudar al equipo.
¿En qué ha notado el salto de categoría de Tercera a Segunda Federación?
Hay una mejoría en todos los aspectos: a nivel físico, a nivel táctico, a nivel técnico, pero tampoco he notado tantísima diferencia respecto a la Tercera Federación porque en Galicia hay un nivel alto, pero sí me parece una categoría super complicada por la igualdad que hay. Que seamos 18 equipos y desciendan seis genera mucha competividad y hace que la Liga sea muy difícil.
En un aspecto en el que hay diferencia es en el de los campos. ¿Cuál le ha gustado más de los que ha visitado?
Quizá diría el estadio Helmántico aunque el campo de la Gimnástica también me pareció muy bonito y es una gozada. Ojalá todos los equipos pudieran tener esos campos porque favorece a todos los jugadores. Si pones un Madrid-Barça, que tienen a los mejores jugadores del mundo, en un campo pequeñito y artificial, seguro que se vería un partido peor que un buen estadio. Imagínate nosotros, que ya somos malos de por sí, en un campo bueno y grande somos menos malos.
En las últimas jornadas, el trío de jugadores en el medio del campo del Bergan es Uzal, Remeseiro y Manu.
A Reme lo conocía de la temporada pasada y ya nos entendíamos muy bien. Y Uzal se entiende bien con todo el mundo porque es un jugador muy fiable. A nivel defensivo aprieta mucho y siempre está bien y a nivel ofensivo casi no pierde balones y está aportando mucho.
¿Cómo es el vestuario del Bergantiños esta temporada?
No es fácil porque somos muchos, 24 futbolistas, y se quedan muchos sin convocar y sin jugar. Es complicado pero da gusto ver cómo entrena la gente y ver cómo nos llevamos entre nosotros a pesar de que hay mucha gente que no está jugando lo que querría ni lo que se merece.
¿Qué le pide Jorge Cuesta a Manu Núñez?
Lo mismo que a los jugadores que estamos por dentro de interiores –Reme, Ramos, Molina y yo–, interpretar bien cuándo toca ayudar en la base para sacar el balón, cuándo hay que jugar entre líneas, cuándo hay que hacer un desmarque al espacio... Hacer lo que toca en cada momento es importante a nivel ofensivo más allá de la seguridad con el balón y ser verticales. A nivel defensivo, esa presión que tengo, esa agresividad tras pérdida, es importante para mí y también para el equipo.
¿Encajan bien las características de Manu Núñez en el modelo de Jorge Cuesta?
Diría que sí. Por la idea de juego que tiene y por mis características –soy un jugador dinámico, al que le gusta apretar arriba, que le gusta tener el balón, que le gusta transitar tanto a nivel ofensivo como defensivo– encajo bien con lo que el míster tiene en su cabeza y con lo que hemos entrenado hasta ahora.
¿Cómo es la relación entrenador-jugador?
Creo que es una relación buena. Tanto la mía con él como la de todos los jugadores con él, como con el resto del cuerpo técnico. Todos tenemos una buena relación, sana, de respeto y hasta ahora está yendo súper bien, que es fundamental.
Por ahora lleva tres tarjetas. En las últimas temporadas cumplió dos ciclos. ¿Se marca algún reto esta campaña?
El reto que me he marcado es que no me saquen tarjetas tontas a nivel de protestas o de hacer una entrada que no viene a cuento, pero no me preocupan las tarjetas si me tienen que sacar diez por cortar diez contras o porque he ido a apretar a un rival porque le quiero robar el balón y llego tarde en una acción. Es fútbol y las tarjetas forman parte de esto.
¿Le cambia mucho la vida a un jugador al pasar de Tercera a Segunda Federación?
El principal cambio es que ahora entrenamos los sábados por la mañana y a mí es algo que me gusta mucho. Despertarte el sábado e ir a entrenar es algo que se agradece mucho. Los viajes te quitan un poquito más de tiempo pero, si ganamos, las vueltas se llevan un poco mejor.
¿Se ve para dar un paso más?
Ponerse un techo no tiene sentido y ningún jugador debería ponerse techo. Debemos aprovechar cada día al máximo y está claro que el día que deje el fútbol quiero quedarme con la sensación de que he intentado lo máximo para llegar lo más arriba posible. Si lo máximo es una Segunda Federación, pues Segunda Federación. Si lo máximo es Segunda División, será Segunda División o la categoría que tenga que ser. Lo importante es dar el máximo y no quedarte con la sensación de que no has intentado llegar lo más arriba posible.
En A Coruña no se olvida al Manu del Victoria, pero ya han pasado muchos años. ¿Le queda algún recuerdo de esas etapas de formación?
Siempre lo he dicho: soy del Victoria, es mi equipo y tengo muchos recuerdos. Mis mejores amigos los he hecho ahí. Espero que esta temporada pueda ascender a Preferente y estar para verlo. De mi etapa en el Lugo también guardo buenos recuerdos y hace unos días nos juntamos en una cena.
A un coruñés que ha tenido éxito en el fútbol gallego, ¿le ha quedado la espina de no haber jugado en el Dépor?
Me habría gustado, no te voy a engañar, pero nunca he tenido la opción. Se dio así y más feliz no he podido ser en el Victoria. Estuve allí hasta los 18 años. El Lugo ha apostado por mí, estoy súper agradecido y fueron cinco temporadas buenísimas. Animo al Dépor desde fuera, que pueda ascender y no pasa nada por no haber jugado allí.
¿Nunca hubo ni un rumor? ¿Ni una llamada?
Hay rumores hasta en benjamines, pero nunca hubo una llamada y no se pudo dar.
De toda su carrera, ¿ha habido algún entrenador que le haya marcado más?
No mantengo relación estrecha con ninguno, pero sí una buena relación con todos los que he tenido. El que más me ha marcado es Jorge de Dios, sin duda. Considero que fue el mejor entrenador que he tenido, el que más partido me ha sabido sacar y con el que más he encajado a nivel fútbol hasta ahora.
Además de jugar al fútbol, ¿a qué dedica su vida Manu?
Estoy preparando las oposiciones de bombero. Entreno por la mañana con el Bergantiños y por las tardes, después de comer, estudio lo máximo posible. Cuando se dé la opción, ojalá cumpla ese propósito de cara al futuro.