Jorge Cano (A Coruña, 4 de julio de 1990) regresó este verano al Montañeros, el equipo donde empezó todo para él en categoría sénior. Ahí donde vivió los años de Segunda B hace más de una década (con la antigua denominación) trata ahora de aportar su experiencia para lograr el ascenso a Tercera Federación. El inicio ha sido muy bueno, con goleada al San Tirso en la primera jornada y un 0-2 ante el Pol que quedó sentenciado con un tanto suyo, de puro olfato.
“Fue más complicado de lo que dice el resultado. La primera parte la dominamos, pero en la segunda al estar en casa apretaron y fue más de ida y vuelta”, explica a modo de valoración del último triunfo.
En cuanto a su gol, describe: “fue una jugada que tenemos ensayada a balón parado. Es un saque en corto, dejarla de cara y volver a ponerla. El balón cayó en el segundo palo, el portero calculó mal la salida y rematé a portería vacía”.
Siempre oportunista, como demuestran sus 10 goles entre Compostela y Bergantiños, sus dos últimos equipos y donde solo disputó catorce partidos como titular. “Ese instinto no se pierde. Quizá sí el ritmo o el físico si estás sin jugar, pero eso está siempre”, asegura.
¿Cuál es el motivo principal de su fichaje por el Monta? “Era el proyecto que más me convencía, el más ambicioso. Tenía opciones de Tercera División, pero siempre me gustó luchar por ascender, no por mantenerme o estar sin un objetivo claro. Hablé con Jairo, me explicó como veía el año. Además empecé de pequeño en el Montañeros, estuve también en Segunda B, por lo que conozco el club y me apetecía volver”, contesta.
Señala también que Mauro, central y capitán del equipo tuvo influencia en su vuelta al ser uno de sus mejores amigos e insistirle en que tenía las puertas abiertas.
Cano se muestra encantado con el nivel de entrenamientos del equipo: “no noto ninguna diferencia con categorías más altas. Te diría incluso que de dónde he estado, es quizá el equipo que más trabajado está tácticamente, el que más claro tenemos a qué jugamos y qué quiere el entrenador. Notó diferencia en los campos, en que no puedes entrenar siempre en las mismas instalaciones, no tienes un gimnasio para poder hacer otro tipo de ejercicios, etc. Eso sí que es diferente”.
“He tenido muchos entrenadores que proponían un estilo de juego combinativo, de dominar al rival, pero de esta forma y tan claro como lo tiene Jairo (Arias) no he tenido ninguno. En ese sentido me sorprendió mucho. Cuando lo escuché a principio de temporada me parecía ambicioso y me gustaba su idea, pero no pensaba que fuera a llevarlo a cabo de una forma tan clara”.
Con respecto a su primera etapa en el club, destaca lo que aprendió con José Ramón González, su técnico entonces. “Aprendí mucho con él, es otro entrenador que también me marcó mucho. De forma diferente, porque te marcaba más a nivel de progreso individual que a nivel táctico”, desvela.
Hace un balance muy positivo de esos años (2009-2012), y no tanto del Fabril. “Fue justo después del Monta. Una etapa un poco más complicada, porque venía de Segunda B y bajé a Tercera. Empecé jugando y al final por haches o por bes acabé jugando menos”, comenta.
Por último, asegura sentirse satisfecho con su carrera, pese a los comentarios de que pudo llegar más arriba: “Se comenta sobre muchos jugadores. Cada uno llega a donde tiene que llegar. Yo soy bueno... hasta Segunda B”.