Feliz por la victoria en uno de los campos más complicados de la liga y ante uno de los candidatos al título pero cauto porque el Fabril sigue cerca de la zona de descenso a pesar de ocupar la décima posición, el entrenador Óscar Gilsanz analizó el 1-2 ante el Zamora en el Ruta de la Plata.
El Zamora es el segundo equipo menos goleado de la liga, un equipo rocoso que en el minuto 12 ya ganaba por 1-0. El peor escenario posible para el Fabril. “Habíamos hablado de la necesidad de entrar bien al partido porque el Zamora siempre sale muy enchufado en su campo y, a través de juego directo, te va encerrando poco a poco en tu área. Pero no salimos bien y ellos sí. Nos presionaron mucho y fueron provocando duelos cada vez más cerca de nuestra portería. Empezamos dubitativos, encajamos el 1-0 y los primeros veinte minutos estuvo a merced de la propuesta de partido que hizo el Zamora”.
La réplica del filial del Depor se gestó, según su entrenador, “tranquilizando el juego a través del balón, sin deshacernos de él en la salida porque de lo contrario volvería a nuestra área muy pronto con el juego directo del rival. Nos ajustamos mejor en las disputas y empezamos a estar más cómodos, con algún acercamiento y, sobre todo, con la sensación de que estábamos compitiendo el partido de tú a tú”.
El Zamora es un equipo que concede muy poco, que comete pocos errores, pero el Fabril aprovechó uno para empatar ya en la segunda mitad. “El Zamora tiene mucha confianza en su portero, sobre todo en su golpeo sobre la última línea. En un balón en largo nuestro, tocó un defensa de cabeza, le cayó a Carlos Ramos e intentó jugar con el portero para salir con juego directo. No se percató de que Mati estaba cerca y así llegó el 1-1. La mejoría que habíamos tenido en el partido se vio premiada con esa acción”, apunta Gilsanz.
Poco después del empate, el partido se puso más cuesta arriba para el Zamora con la expulsión de su portero. “A partir de ahí les costó mucho más ajustar la presión y eso nos permitió estar más tiempo en campo contrario. Ante un equipo que está hecho para ser primero y para ascender, con jugadores de un nivel muy alto, existía el riesgo de que pudiesen llevarse el partido en una contra o en un balón parado. Después de lo que habíamos trabajado para reponernos del mal inicio, el partido se abrió mucho y así llegamos al descuento. En una acción en banda derecha encontramos el premio merecido al trabajo del equipo no sólo en este partido sino también el de las últimas semanas”.
Un punto en el campo de un candidato al ascenso que venía de ganar en Pontevedra no sonaba mal, pero “en el momento en el que nos quedamos con un futbolista más, los jugadores tenían claro que había que ir a por los tres puntos. Era una buena oportunidad para hacerlo. El equipo se mostró valiente sabiendo el peligro que podría acarrear despoblar la zona defensiva y apresurarnos en determinadas situaciones porque el Zamora tiene jugadores de mucha calidad y, en los últimos minutos, tenía mucha velocidad con la entrada de Luis Rivas en punta. En ese ida y vuelta, el talento del rival podría dejarnos sin ningún punto. En el descuento hubo una contra del Zamora que acabó en un saque de puerta y ahí nació la jugada del 1-2”.
Para Óscar Gilsanz, lo mejor de su equipo en el Ruta de la Plata fue “reponernos al mal inicio. Un grupo tan joven como el nuestro tuvo la personalidad para afrontar un escenario tremendamente propicio para que el Zamora, que venía de ganar en Pontevedra, tuviese un partido cómodo. El equipo se repuso con la personalidad y la valentía de saber que necesitábamos competir mejor”.
Las dos novedades en el once de Gilsanz contra el Zamora fueron la presencia del central Marotías en el lateral izquierdo y la entrada de Mati en punta en el lugar del sancionado Kevin. “Marotías nos podía ayudar en el juego directo del rival. Era un partido propicio para él por ese tipo de situaciones. La elección de Mati fue porque creíamos que nos podría dar continuidad. El Zamora es un equipo muy agresivo en las vigilancias, pretendíamos tener salida al espacio en la última línea y necesitábamos velocidad”.
El Fabril ha pasado de estar empatado a puntos con dos equipos en zona de descenso directo a ser décimo. “Ganas un partido y parece que te ves arriba, pero lo pierdes y te ves muy abajo. Las distancias son muy cortas y todos tenemos que pensar en el recurrente partido a partido porque es una realidad. Todos son muy difíciles y cualquiera de los 17 equipos te puede ganar y a cualquiera le puedes ganar. Necesitamos un punto de madurez que nos haga ser conscientes de que ni cuando ganas está todo bien ni cuando pierdes eres el peor”.
El Fabril repetirá como visitante en la próxima jornada y jugará en A Magdalena ante un Racing Villalbés que ocupa puestos de descenso a Tercera. "No he visto casi ningún partido del Villalbés, ni en Segunda Federación ni en Tercera, que no haya sido muy competido. Siempre es difícil enfrentarse al Racing porque tiene muy buenos futbolistas y tiene recursos para jugar directo o para jugar en transiciones y hacer daño. Cuando está cerca de la portería rival es peligroso, es un equipo siempre bien organizado defensivamente y que trabaja muy bien los partidos en función del rival".