Sólo era su segundo partido desde su regreso al Victoria, pero Nano Varela ya ha dejado su sello. El centrocampista logró el único tanto del partido contra el Sofán, ya en el tiempo de descuento. “Era el primer partido que jugaba en casa y salió redondo. No suelo meter muchos goles”, reconoce.
Debutó siete días antes en el campo del Cidade de Ribeira, en un partido que las ‘cebras’ perdieron 3-0, y entiende que la diferencia estuvo en “que mantuvimos la concentración durante los noventa minutos.
Estuvimos desde el minuto uno hasta que el árbiro pitó el final concentrados, hablando. Cuando nos cogían a la contra en vez de reprocharnos cosas nos intentamos ayudar, comunicarnos mejor y fue lo que más nos ayudó. Luego no nos quemó el balón, siempre había líneas de pase. Esta vez controlamos bien el partido”.
Un triunfo que ve clave. “Esta victoria es más que tres puntos, porque cambia la dinámica del equipo”, explica.
Las dos últimas veces que sumaron los tres puntos fue contra San Tirso y Sofán, equipos de la zona alta, algo que Nano valora de forma positiva, pero con matices: “Hemos visto que cuando nos ponemos, estamos concienciados y trabajamos todos somos capaces de ganarle a cualquier equipo. Competimos mejor contra equipos de arriba que de abajo y creo que es algo que tenemos que mejorar”.
A sus 24 años, ha regresado a un club conocido para él tras una larga etapa en Estados Unidos. “He jugado en el Victoria 6-7 años de mi vida, he sido capitán siempre y quiero mucho al equipo. Conozco al club, al presidente, a todo el mundo. Le dije a Fran que voy a intentar ayudar en lo que pueda e intento hablar en los entrenos, con los entrenadores, animar a los chavales. Suelo participar bastante y hablar en lo que vea que es necesario. Doy mi opinión pero siempre respetando a los capitanes, porque en el equipo hay gente con mucha más experiencia que yo”, reflexiona sobre su nuevo rol.
El jugador cambrés explica que su marcha a Estados Unidos “fue una decisión complicada, pero la tomé por el bien de mi futuro, porque era una oportunidad muy buena a la hora de estudiar una carrera, viajar y aprender un idioma”.
En lo futbolístico, resume: “estuve cuatro años jugando NAIA y acabé mi último año jugando NCAA division 1, que es un nivel la verdad que muy alto. De hecho cuatro jugadores de mi equipo están en la MLS drafteados. Yo estuve en la lista del draft de la MLS, pero al final no me seleccionaron”.
Ante la petición de buscar una equivalencia con España, contesta: “lo equiparía a un Segunda Federación”.
Entiende que la experiencia le enriqueció “personal y futbolísticamente” y explica que regresó a España porque no le convencían las opciones de “Birmingham y Oklahoma”, equipos de Segunda División y porque “echaba menos a la familia y a los amigos”.
“Esta temporada la termino en el Victoria. Me llamó Anello, me comentó la situación y ya le dije que me tiraban los colores y que estaría encantado de ayudarles en lo que pueda”, finaliza Nano.