Carlos Rodríguez (Arteixo, 2005), conocido futbolísticamente como Carletto, tiene la perspectiva que dan los seis primeros meses en un equipo sénior tras mucho tiempo en la estructura del Deportivo. No se corta a la hora de hablar sobre cómo se produjo la salida del club blanquiazul, ni de los hechos anteriores a su llegada a un Silva que le ha acogido con los brazos abiertos.
En primer lugar, reflexiona sobre los cambios que nota entre el fútbol formativo y la Tercera Federación. “Es totalmente distinto. En el Depor todo giraba en torno al balón y ahora simplemente se trata de hacer ocasiones. Es un poco más complicado, pero hay que adaptarse”, apunta.
Pese a partir como suplente, viene de marcar ante el Gran Peña. Fue su segundo tanto en el plazo de quince días. “En las categorías inferiores del Dépor, siempre tuve bastante gol. Me gusta llegar al área”, reconoce.
“Ya desde el principio de temporada lo tenemos claro y es la permanencia. Y una vez conseguida ya miraremos más arriba, pero lo primero es mantenerse en la categoría”, comenta sobre un objetivo que está cerca, pues el margen con la zona roja es de diez puntos.
La situación es holgada gracias a los últimos resultados, pero han debido superar un tramo de la temporada en el que los resultados se resistían, con solo una victoria en trece partidos. “Trabajo, trabajo y más trabajo”, señala como la receta que emplearon.
Una de las claves está siendo el nivel de Rodri Parafita, pichichi del grupo. “Empezó a marcar cuando aún jugaba de lateral izquierdo, al míster —Iván Sánchez— se le ocurrió ponerlo de delantero y ahora ya no lo sacan ahí. Como compañero es increíble y como jugador ya lo está demostrando”.
Cuestionado por su entrenador, le lanza un piropo que lleva implícito un dardo. “Me está aportando mucha comunicación, algo que en las categorías inferiores del Dépor no había. No hablan contigo para nada. Era todo ir a entrenar, rutina y ya está. Por contra, Iván es muy hablador, muy cercano, intenta estar lo máximo con nosotros y a mí eso me está yendo muy bien”.
A continuación, habla de su demarcación en el terreno de juego y analiza su potencial. “Empecé la temporada de pivote y me fue muy bien durante diez-doce partidos. Ahora Iván decidió ponerme un poco más adelante y le está saliendo bien con los goles que estoy marcando. Estoy cómodo en cualquier posición del centro del campo. Con respecto a mis puntos fuertes, diría que el juego con balón y la llegada desde segunda línea; mientras que siempre me ha costado un poco el juego aéreo”.
“Mis puntos fuertes son el juego con balón y llegar desde segunda línea”
Sus palabras muestran que está más que satisfecho en el Silva, club al que llegó por un cúmulo de circunstancias. “Mi representante —con el que trabaja desde enero de 2024— estuvo mirando muchas opciones cuando salí del Dépor y todas se me estaban cayendo. Me pasó eso con ocho o nueve equipos, por lo que al final del mercado, cuando iba a empezar la Liga, quedaba una semana y me apareció la oferta del Silva. Fui sin pensármelo dos veces”, asegura.
Se inició en equipos de A Coruña hasta que le llegó la oportunidad del Deportivo. “Empecé en el Orillamar y tras cuatro o cinco años me fui para el Ural. Siendo benjamín de segundo año, quedé campeón gallego y ahí es cuando me fichan. El entrenador que estaba en el Dépor en esa categoría era David Lagar, al que siempre le gusté, y me propuso para entrar”, describe.
Un momento que para un niño coruñés es lo máximo. “Cuando llegan las cartas a casa y te dicen que vas a ir a entrenar... sientes una gran ilusión, la verdad”, rememora.
En esos nueve años de la cantera, hubo momentos buenos y malos, pero vivió uno especialmente delicado por un parón muy prolongado. “Me operé de la cadera en 2019, por un pequeño problema que necesitaba de quirófano para quedar arreglado. El tema es que justo cuando vuelvo al grupo y empiezo a jugar, creo que fueron dos partidos, llegó la pandemia. Me chocaron esos ocho meses de lesión más el tiempo que estuvo todo el mundo parado por la pandemia. Y justo cuando vuelve el fútbol, me da una pubalgia, por lo que es otro tiempo fuera...”.
Pese a ello, ganan los buenos momentos. De entre todos, selecciona los siguientes por orden cronológico: “Marcar el penalti que nos dio el Campeonato Gallego cuando éramos cadetes, debutar en la Copa de Campeones siendo juvenil de primer año e ir a entrenar con el primer equipo”.
También tiene buenas palabras para alguno de sus técnicos, aunque se queda con uno en especial. “Pasaron buenos entrenadores como Manuel Pablo, Miguel Figueira o Juanillo, pero uno de los que más me marcó fue Iván Sánchez, casi al principio de todo. Es quien más me ayudó en mis inicios”, desvela.
No se puede considerar que lo tuviera como entrenador, pero también tuvo su contacto con Óscar Gilsanz, que le dio unos minutos a finales de 2023 en un Gimnástica-Fabril (2-2). “Fue una sensación bastante buena. Se lo agradezco mucho a él y a Lagar, que también estaba”, comenta antes de deshacerse en elogios.
“Óscar era algo más cercano de lo que se estila en un club tan profesionalizado. Siempre intentaba hablar con la gente, estar más cerca de los jugadores, y eso es algo que no suele pasar, porque el cuerpo técnico está por un lado y los jugadores por otro”, indica.
Si algo no le faltó a Carletto en ese partido fue intensidad, pues en los cuatro minutos —más añadido— que disputó, le dio tiempo a ver una amarilla. “El partido estaba muy igualado y era complicado entrar. Lo quieres dar todo y das de más a veces”, bromea.
Con lo que no está nada conforme es con la forma en que se gestionó su marcha del Deportivo el pasado verano. “Me quedaban dos años de un contrato profesional bastante bueno y rescindieron sin hablar conmigo ni nada. Me sorprendió bastante cuando me lo dijeron y no contaba con ello tras nueve años allí. No creo que las formas que tuvieron fueran las adecuadas”.
“No creo que las formas que tuvieron en mi salida del Dépor fueran las adecuadas”
"Después de un partido ante el Atlético de Madrid, me llegó la propuesta del Dépor y me dijeron que por el año que estaba haciendo, que era bastante bueno, me ofrecían un contrato. Tenía unas condiciones muy buenas”, recuerda sobre un acuerdo del que solo cumplió dos de los cuatro años estipulados.
Reconoce que fue un día difícil. “Pasó en las oficinas de Riazor, que además ves el campo y todo. Por suerte ya había entrenado allí, pero me dijeron que no seguía y que me buscara equipo”, recuerda.
Explica que no se contempló en ningún momento la opción de una cesión. “Por lo menos a mí no me la dieron, pero sería lo normal con dos años más de contrato”, apunta.
También cuenta que lo tuvo muy complicado para cerrar acuerdos durante el verano. “En el momento en el que salgo del Dépor, mi representante me intenta buscar equipo por la zona de Andalucía, Mallorca y Extremadura. Y lo que se escucha ya de más compañeros míos que salieron es que, teniendo contrato delante para firmar, llegan cosas de aquí que echan para atrás a los equipos. No sé si es verdad, no sé si es mentira, pero que se te caigan ocho equipos en un mismo mercado de fichajes es un poco complicado”.