Bilal Belkalcha fue uno de los grandes protagonistas de la jornada en Tercera Federación por dos motivos. El primero porque marcó uno de los mejores goles de la temporada. El segundo porque fue pieza clave en la primera victoria del Paiosaco en casa esta temporada con el 2-1 al Estradense.

Bili, como se le conoce tanto en el vestuario como en la grada de A Porta Santa, explicó que "hicimos un partido bastante completo. En la primera parte fuimos bastante mejores y en la segunda, a partir del 2-1, sufrimos un poco". Para él, las claves de la victoria fueron que el Paiosaco estuvo bien "a nivel defensivo y en las transiciones ofensivas. El equipo estuvo junto en todo momento: atacamos bien y replegamos bien".

En cuanto al plan de partido, Bilal comenta que "la idea era no precipitarnos con balón como nos había pasado en otros partidos en casa en los que estábamos como nerviosos con balón. Esta vez no nos precipitamos y nuestros ataques era largos".

Además de para alejarse de la zona de peligro de la clasificación, el triunfo fue más que importante por tratarse del primero en casa esta temporada. "Estábamos en deuda con la afición. Somos un equipo que siempre hemos ganado más o menos partidos en casa pero no llevábamos ninguno y nos dolía porque en cada partido en A Porta Santa notamos el apoyo y el aliento de nuestra afición".

A pesar de que no llegaban las victorias, Bili asegura que "la gente nos seguía apoyando desde el minuto 1 de la misma manera que si llevásemos tres victorias seguidas en casa. El ambiente ha sido siempre el mismo".

En el minuto 10 de la segunda parte llegó el momento. "Recuerdo que fue en un córner y que hubo varios despejes hasta que uno de ellos mandó el balón bastante fuera del área. Estaba cerca del círculo central, me adelanté e intenté tirar a puerta lo mejor posible. No podía esperar poder enganchar tan bien el balón para que acabara en la red. Fue increíble. Sabía que iba en dirección portería, pero todo fue muy rápido y no pensé que podría marcar ese golazo. Una vez la vi dentro, imagínate. Eufórico".

Habría sido una pena que la desviase el portero o que no cogiese portería. "Lo primero que hice fue pensar en quitarme la camiseta pero me vino a la cabeza la tarjeta amarilla. En la grada estaban mi hermano y el grupo de amigos. Cada domingo que pueden, vienen a apoyarme. Era justo ir a celebrarlo con ellos y también se lo dediqué a toda la grada con un puño arriba".

Los tres puntos fueron importantísimos para un Paiosaco que acumulaba cuatro jornadas seguidas sin ganar. "Los necesitábamos para darnos un respiro porque hubo partidos en los que jugamos con bastante presión. El míster nos decía que no miráramos la clasificación y que disfrutásemos pero cuando perdíamos o empatábamos siempre estábamos pendientes de que nos pudieran pasar uno o dos equipos".

Bilal, que jugó diez partidos como titular en toda la temporada pasada, lleva ya 17 y no ha hecho más que comenzar la segunda vuelta. "La confianza que tengo ahora no la tenía antes. La temporada pasada no estaba al nivel físico que le gustaría al míster. En cambio, empecé bastante bien la última pretemporada, el míster me dio confianza y he trabajado para ser importante en el equipo".

El lateral derecho del conjunto verdiblanco tuvo ofertas para marcharse del Paiosaco tanto en el pasado mercado de invierno como al final del pasado curso, pero decidió quedarse. "El ambiente que hay en el vestuario y el sentimiento de familia que se respira es otro rollo. Es entrar por la puerta del vestuario y todo el mundo te apoya juegues o no juegues. De todos clubes en los que he estado, no he visto ninguno como el Paiosaco en cuanto a vestuario, directiva y afición".

Por último, en cuanto a objetivos, Bili lo tiene claro. "La permanencia, no pensamos en nada más. Esta temporada hay bastantes diferencias de presupuesto entre clubes y la mayoría son más altos que el nuestro. A nivel personal, mi objetivo es mejorar cada domingo. Siento que estoy aportando al equipo, que mis compañeros confían en mí y yo en ellos".