El Liceo arañó un valioso punto en la ruidosa y siempre difícil pista del Reus. Segundo y tercero de la OK Liga no defraudaron en un auténtico partidazo que tuvo de todo: vértigo, goles, polémica y emoción hasta el último segundo.

La reedición de la última final se pareció más a un partido de eliminatoria que a una jornada cualquiera de fase regular. Reus y Liceo no se dejaron nada. Tienen la maquinaria bien engrasada, con duelos directos en la OK Liga, la Champions en proceso y la Copa del Rey a la vuelta de la esquina.

Y eso que los locales se presentaron en el Palau d’Esports con la importante baja de su goleador Marc Julià. El equipo coruñés salió con los cinco de (casi) siempre y exhibió una rotación cada vez más asentada.

Los palos juegan

El otro Clásico de la OK Liga arrancó con ritmo alto y ocasiones en las dos áreas. Respondieron Càndid Ballart en la portería local y Martí Serra en la del Liceo. Los palos también juegan: el larguero repelió una cuchara de Checco Compagno y el poste escupió un palazo de Àlex Rodríguez.
 

El primer gol llegó a bola parada. Los árbitros señalaron penalti por un derribo de David Gelmà sobre Bruno Di Benedetto y la grada lo protestó. César Carballeira, ajeno al ruido, no falló desde el punto fatídico.

El partido se calentó (y ya no se enfrió más) con un enganchón entre Bruno y Compagno que los árbitros solucionaron por la calle del medio con una tarjeta azul para cada uno. Otra azul, la primera de Àlex, acabó en el 1-1, obra de un brillante Diego Rojas en la directa.

Lección a la contra

El Reus discutió la posesión a los verdiblancos, que por momentos lo aprovecharon para salir como balas. Así fue en el 1-2, ya en la segunda mitad, una clase magistral: César lanzó el contraataque, Pol Manrubia abrió para Dava Torres y éste buscó a Àlex, que definió en el segundo palo.

La segunda azul de Àlex devolvió el empate al marcador, otra vez con una exquisitez del chileno Rojas en la directa. Con 9-9 en el marcador de faltas, Ballart se ganó una azul con un derribo sobre Àlex y el ‘27’, que falló la directa pero no desperdició el rechace, adelantó de nuevo al Liceo.

Una de capitanes

Llegó la décima infracción coruñesa y Rojas no falló en la directa (Serra tendrá pesadillas con él) y, poco después, el 3-4 del capitán Dava tras una pared con César. La alegría liceísta duró 20 segundos, lo que tardó en empatar el otro capitán, Joan Salvat.

La décima del Reus pudo cambiar el signo, pero Àlex estrelló un palazo en el larguero. Los locales tuvieron una más, casi sobre la bocina. Y ahí estaba Serra. El empate, tercero consecutivo, no sabe mal. El Liceo sigue segundo y mantiene las distancias. El jueves toca Champions.