El Balonmano Triana borró del mapa a un irreconocible Attica 21 Hotels OAR Coruña, que se desmoronó al final de la primera mitad (37-21).

A pesar del calor que hacía en Sevilla, el partido comenzó con mucho ritmo. Quizás demasiado para los intereses de ambos entrenadores.

Golpeó primero el Triana, pero tuvo que esperar más de un minuto y medio para anotar. El OAR, en cambio, necesitó mucho menos para darle la vuelta al marcador gracias a una buena defensa guiada por Miguel Simón y a la precisión de Diego Martínez en ataque (1-3).

Sin embargo, una mala ayuda para detener al pesado pívot sevillano Julio Morgado y una pérdida, propició que el conjunto local empatase el encuentro.

Esto no afectó al cuadro coruñés, que ahora dependía de Mauro Jaureguiberry, para retomar el liderato (4-5). Una renta que logró conservar en defensa, pero que no fue capaz de aumentar en ataque fruto de las intervenciones de Jorge Oliva.

Estas paradas espolearon a sus compañeros y, en un abrir y cerrar de ojos, lograron un parcial de 4-0 para ponerse tres arriba (11-8), cuando apenas habían transcurrido 15 minutos de partido. 

Lo que nadie sabía es que ese parcial destrozó al OAR. No sólo en la parte deportiva sino en la mental.
A partir de aquí, el equipo entrenado por Marcos Rodríguez entró en barrena. Las cosas no fluyeron en ataque y en defensa empezaron a haber muchas lagunas. En parte por la presencia de Morgado y por los lanzamientos de Dilan Belacazar. 

El espigado central no falló ni un disparo. Dio igual que estuviese a seis metros que a diez. Su potente lanzamiento encontraba la manera de perforar una y otra vez la meta defendida por Iago Gómez.
Mientras tanto, en el otro lado de la cancha, cuando Oliva no detenía un balón –poco habitual de aquí al final del primer tiempo–, el OAR conseguía marcar por medio de Pablo Martínez y de Mauro, pero a cuenta gotas.

Aun así, a pesar de estas malas sensaciones, el Triana sólo se fue cinco  arriba al descanso (17-12), lo que daba una oportunidad para soñar con una remontada.

De mal en peor

Pero nada más lejos de la realidad. El conjunto herculino volvió de los vestuarios con una versión aun peor de la que mostró al final de la primera mitad del duelo.

En apenas cinco minutos, la diferencia con el club sevillano creció en cinco goles. No sólo fue por una mayor puntería, sino por los errores que siguió cometiendo en ataque. Todos los jugadores oaristas empezaron a perder balones, a cometer pasos o que les pitasen infracciones de área. Errores que se pagan muy caros en este tipo de competiciones.

Marcos Rodríguez trató de reactivar a los suyos y pareció que funcionó pues estrenaron su casillero, pero no pudieron cerrar los huecos en defensa y ni El Paraguas -nombre del pabellón- consiguió salvarlos de la lluvia de goles.

El Triana, con su público volcado, se gustó con y sin balón. Siguió aumentando su ventaja sin importar el resultado. Querían ganar por la mayor cantidad de goles posibles, ya que puede ser un factor decisivo. El OAR lo intentó con todo, pero no fue capaz de descontar nada. Nadie dijo que fuera fácil, pero esta no es la mejor forma de empezar la fase. Mañana tendrá la oportunidad de resarcirse contra el Cantera Sur (19.30 horas).