Sergio García: "Tenía este día marcado desde que se sorteó el calendario"
lll
17º-23º

Sergio García: "Tenía este día marcado desde que se sorteó el calendario"

Entrevista con el extrenador del Leyma Básquet Coruña que este sábado visita el Coliseum como ayudante del Bilbao Basket
Sergio García: "Tenía este día marcado desde que se sorteó el calendario"
El entrenador donostiarra, durante su última campaña al frente del Leyma Coruña | Quintana

Usuario

Sergio García Martín (Donosti, 1983) vuelve este sábado a la ciudad donde pasó la pandemia y donde nació una de sus tres hijas. Entrenador del Leyma durante tres temporadas (2019-2022), guarda un buen recuerdo de su paso por el club y se dice enamorado de A Coruña. El técnico vasco se siente partícipe del proceso que ha terminado con el equipo en la ACB y regresa como ayudante del Bilbao Basket  (18.00 horas, Coliseum). Será un partido tan especial para él como importante para los dos equipos, rivales directos en la zona baja de la tabla y empatados con cuatro victorias y ocho derrotas.

 

¿Es su primera vez en A Coruña desde que dejó el Leyma?
Sí. Es la primera vez que vuelvo para jugar un partido o para cualquier otra cosa. Tengo mucha ilusión de ver a tanta gente con la que estuve muy a gusto, trabajando y compartiendo la vida. Es una ciudad de la que estoy enamorado y tengo ganas de disfrutarla como hacía. Tenía este día marcado desde que salió el calendario.

 

¿Cuál es el primer sitio al que le apetece volver?
Tengo ganas de dar una vuelta por la Marina, el Paseo Marítimo e ir a María Pita. Es una plaza muy bonita y que me trae muy buenos recuerdos, donde solía ir a pasear con mi mujer y mis hijas.
 

¿Cómo resumiría su paso por el Básquet Coruña?
Fue una etapa muy, muy importante para mí. Tuve la suerte de llegar a un club que estaba en un cambio, sobre todo desde que entró Roberto [Cibeira, ya expresidente], con la idea de prepararse para llegar a la élite. Creo que colaboré en lo que pude con mis conocimientos y mi trabajo para acercarnos a la exigencia que hay en la ACB y dos temporadas después lo remataron.

 

Creo que colaboré en lo que pude para acercarnos a la exigencia que hay en la ACB

 

Rozó la élite en aquel playoff de 2021 contra Granada.
Nos tocó el rival más complicado para nosotros porque el último partido de liga regular fue un drama: perdimos contra Castellón en la prórroga, y de poder acabar primeros terminamos cuartos. Eso hizo que nos cruzáramos en el camino con Granada. Tengo un recuerdo dulce y amargo de aquel playoff: fuimos capaces de ganar allí con un muy buen partido allí, pero nos pudo el nerviosismo en casa y el tercero fue un thriller en el que tuvimos a una canasta de meternos en la final por el ascenso. El grupo se veía optimista ante un posible cruce contra Breogán, pero eso ya es baloncesto ficción.

 

¿Son sus mejores recuerdos en A Coruña?
También tengo muy buen recuerdo de la primera temporada, que por desgracia fue la de la pandemia. El equipo iba para arriba y teníamos todos el optimismo de conseguir algo iportante. En la tercera fuimos más irregulares y ese playoff nos tocó Girona, que montó un equipo alrededor de Marc Gasol y que estaba fuera del alcance de los demás.

 

Y ahí se acabó su historia.
Es ley de vida. Tres temporadas son muchas para el ciclo de un entrenador. Me siento muy orgulloso y contento de haber tenido la confianza de la directiva. Fue una etapa de la que veo todo positivo. Desde la distancia pude ver como se produjo un incremento muy grande de presupuesto y el club pudo acceder a otro tipo de plantillas. Como se ha visto con el ascenso a la Liga ACB, ha sido un éxito.

 

¿Dónde estaba y cómo vivió el partido por el ascenso?
Estaba en un viaje con el Bilbao Basket y lo pude ir siguiente. Por suerte, para mí fue un partido muy cómodo, aunque en A Coruña tendrán otro recuerdo. Es la foto de lo que fue la temporada del Leyma: el mejor equipo de la competición. Me alegré mucho porque todos los demás miembros del staff, aparte de Epi, ya estaban conmigo y además de grandes profesionales son amigos. Hay muchas personas a las que les tengo mucho cariño en el club.

 

Me alegré mucho del ascenso porque hay muchas personas a las que les tengo mucho cariño

 

Hablemos del presente, ¿qué le dice el proyecto del Básquet Coruña en la ACB?
Es un proyecto en la línea del club: con mucho sentido común y que da continuidad al grupo. Las incorporaciones son de mucha calidad, aunque LJ Figueroa no ha terminado de funcionar bien. Tiene jugadores de gran trayectoria y conocidos para rodear a ese grupos de renovados que tan bien funcionó en la LEB Oro. Es un bloque consolidado, con hábitos de años atrás y que sabe jugar.

 

¿Cuáles sus puntos fuertes?
Es evidente que Taylor lleva el equipo muy bien sujeto y consigue que muchos partidos vayan a su ritmo. Tendremos que tener cuidado con jugadores como Barrueta, que puede ser muy desequilibrante, Thompkins, que cuando tiene buenas sensaciones ofensivas es casi imparable, o Huskic, con el juego sin balón que genera desde su pase. El Básquet Coruña tiene muchos argumentos para ponérnoslo complicado.

 

¿Le ha sorprendido Taylor tras un año con un rol menor en Manresa?
Ya era un jugador que nos gustaba, pero en Manresa no tenía el protagonismo que tiene aquí. Sabíamos de su capacidad para desequilibrar en el uno contra uno y que era muy buen pasador, pero sí que nos ha sorprendido con un nivel de anotación tan importante y ese liderazgo que tiene en el juego. Su fichaje es todo un acierto de la dirección deportiva.

 

¿Esperaba tanto impacto de Atoumane Diagne con tan pocos minutos en la cancha?
Todo lo que le salga bien a Atou es una alegría para mí. En su día apostamos por traerle en unas condiciones físicas que no eran buenas. El club tuvo mucha paciencia y el crecimiento ha sido lo que en aquel momento soñábamos: un jugador que tiene capacidad para ser significativo en la ACB. Su juego de bloqueo directo es de primer nivel, por su continuación y los mates que puede hacer. Defensivamente también marca diferencias.

 

¿Cómo explica el papel de Álex Hernández?
Álex es un fenómeno. Sabe de baloncesto para aburrir y es una de las mejores personas que me he encontrado en este mundillo. Siempre está para ayudar en lo que haga falta y es el primero en ponerse a trabajar. Está haciendo un papel que no luce, pero que seguro que es importante para su equipo.

 

El Palacio de Riazor se llenó durante su última temporada en aquel partido contra el Girona de Marc Gasol. ¿Se podía imaginar un aumento tan brutal de la masa social?
Era el sueño de Roberto. La temporada que llegué yo, el Deportivo estaba jugando aquel partido de playoff contra el Mallorca y Riazor estaba lleno. Me mandó un vídeo del estadio y me dijo “tenemos que acabar consiguiendo esto”. En aquel momento pensé “qué ambicioso”. Y mira, han pasado los años, veo el Coliseum con siete mil y pico socios y un ambiente que era la imagen que Roberto tenía en aquel momento. A Coruña es una ciudad del deporte, que respalda a sus equipos y responde cuando hay momentos destacados. Le hacía falta un proyecto ganador. Tengo muchas ganas de disfrutar ese ambiente del Coliseum, aunque me toque como rival.

 

"En Bilbao son buena gente pero no hay que recordárselo mucho"

Sergio García recibió la oferta del Bilbao Basket en 2022 para el puesto de ayudante nada más dejar el banquillo del Leyma Coruña. Lo que parece un escalón inferior en su estatus como entrenador es también un paso adelante, de la LEB Oro a la Liga ACB. El técnico no se lo pensó mucho pese a su condición de donostiarra y realista en Bilbao. 

 

¿Cómo cambia su rol de primer entrenador a ayudante: menos exposición, más trabajo?
Trabajo siempre hay mucho (risas). Es una situación que explico como con los jugadores. Antes hablábamos de Álex, que fue protagonista durante años y ahora tiene otro rol. Con los entrenadores es parecido: ahora me toca otro papel, lo he asumido con naturalidad e intento desempeñarlo al máximo de mis posibilidades y capacidades. Estoy contento y, si en el futuro, me toca hacer de primer entrenador, encantando de la vida.

 

Es un paso atrás en estatus, pero un paso adelante en la categoría. ¿Le acerca a la posibilidad de dirigir un banquillo en la ACB? 
Tal y como está el básquet, para ser primer entrenador de la ACB, casi todos los casos son de técnicos que ascienden con su equipo. En su día tuve la mala suerte con Palencia porque acabamos primero pero el equipo no subía. Perdí esa oportunidad. Ya veremos si llega alguna vez en la vida. Son cosas distintas. Me siento importante con el trabajo que hago aquí y creo que estoy bien valorado por Jaume Ponsarnau, uno de los mejores entrenadores que hay en España.

 

¿Qué hace un tipo de Donosti trabajando en Bilbao?
Toca sufrir un poco (risas). Es verdad que Jaume es catalán y el preparador físico es argentino [Christian Lambrecht], pero los demás son de Bilbao. Y del Athletic, para más señas. Siendo de la Real y guipuzcoano ya te puedes imaginar. Además he tenido la mala suerte de coincidir aquí con el primer título del Athletic en 40 años. En este club hay mucho sentido del humor, con muchos piques y vaciles, pero yo los encajo bien. Son buena gente en Bilbao, pero no hay que recordárselo mucho porque se vienen muy arriba (risas).

Sergio García: "Tenía este día marcado desde que se sorteó el calendario"

Te puede interesar