“Me encanta A Coruña y todo lo bueno que le pase a esa ciudad me satisface porque he ido muchísimo, he compartido mucho con la gente de allí y lo siento un poco como mío, así que me parece fenomenal”, afirma José Ignacio Tornadijo (Valladolid, 1965) sobre la designación de la capital herculina como sede del Mundial 2030. Lleva en la Cadena SER desde 1985, emisora en la que desempeña el cargo de jefe de deportes de Castilla y León y también de Radio Valladolid. Aun así, narró cerca de 200 partidos en Riazor durante la época dorada del Dépor.
Gozó de la mejor era herculina.
Tuve dos épocas en el Deportivo. La primera fue cuando llegaron Bebeto y Mauro Silva, que estuve haciendo al Dépor en Riazor, aunque no viajaba fuera con ellos. Hacía el Dépor y el Compostela. Luego tuve una época muy fuerte que fue la de Irureta, esos cinco años de la Champions, que viajé con ellos, tengo gente muy conocida allí y tengo muy buenos recuerdos. Han pasado años, pero fue increíble... es que les he visto ganar en Manchester, en el campo del Arsenal, en el del Bayern Múnich... Me tocó una época muy buena del Dépor y disfruté mucho con ellos.
Cuando echa la vista atrás, ¿cómo valora aquella era dorada de la escuadra coruñesa?
El primer partido que yo cubrí en Riazor fue de cuartos de final de la Copa del Rey contra el Mallorca, en el año 1989. Fíjate lo que te estoy diciendo. Ese año estaban en Segunda, ganaron al Mallorca y se metieron en semifinales, donde se enfrentaron al Valladolid. El Dépor ganó la ida en Riazor y estuvo a muy pocos minutos de meterse en la final de la Copa, pero el Valladolid remontó aquí con un gol muy polémico. Era un equipo de Segunda, modesto, pero luego llegó Lendoiro, fichó a los brasileños y ahí empezó un poco el despegue. Y a partir de ahí, todo lo que sabemos, la Liga que perdieron, la que sí ganaron, los años de Champions, el Centenariazo... Pero yo he visto al Dépor en Segunda siendo un modesto. Entre Liga, Copa y Champions habré hecho en Riazor cerca de 150 o 200 partidos, no te exagero nada. Eso lo sabrá Rafa Carpacho, que era quien me daba las acreditaciones.
¿Qué es lo primero que le viene a la mente cuando piensa en aquel Dépor?
Lo primero que pienso es todo lo que he podido vivir con ellos, pero también el hecho de ser un modesto, como pueden ser el Valladolid o el Mallorca, que llega a tocar el cielo, porque se codea con los grandes jugando al fútbol de maravilla. Tanto en la primera época de Arsenio, como cuando gana la Liga ese Dépor jugaba al fútbol de cine. Y la época posterior, con Irureta, en Champions, creo que se le escapa la posibilidad de ganar una Champions, porque el Dépor tenía plantilla y juego para, con un poco de suerte, haber ganado un título, sobre todo en aquella eliminatoria famosa con el Oporto. Lo que se me viene a la cabeza es que una ciudad como A Coruña, con un club modesto, donde nunca se sospechaba que pudieran tocar el cielo, lo tocan y de una manera tremenda. Para una ciudad como A Coruña es bestial lo que vivieron. Lo que disfrutó la gente de la ciudad del fútbol en aquellos años no se lo va a quitar nadie. Luego les ha tocado vivir un momento duro, pero ahora ya están en Segunda y en vías de volver a la Primera, pero aquello que lograron fue algo inaudito en el fútbol español, es que no se recuerda. Se puede asemejar algo el Villarreal, pero lo del Dépor, de pasar a ser un candidato clarísimo a ganar la Liga, incluso a ganar la Champions, es un contraste muy fuerte que no es habitual en el mundo del fútbol.
¿Qué jugador blanquiazul le sorprendió más?
Valerón. Era fantasía. Su calidad tocando el balón, dando asistencias... jugaba parado. Si fuera un torero, estaría dentro del ruedo, sin moverse y haciendo maravillas. Ha habido jugadores del Dépor que me han encantado, recuerdo un partido de Djalminha contra el PSG, que el Dépor perdía 0-3 al descanso y en la segunda parte ganó 4-3, con un Djalminha increíble. Tenía una calidad salvaje. Valerón era talento puro, era magia. Aquellos pases que le dio a Makaay en el Olímpico de Múnich para dejarlo solo delante del portero tres veces. Me quedo con Valerón, pero no puedo dejar de recordar a jugadores como Djalminha, Fran, Tristán, Makaay... es que eran futbolistas de un nivel. Y de la primera etapa, Mauro. Por supuesto también Bebeto, pero Mauro Silva fue un jugador que le dio muchísimo al Dépor durante muchos años. Quizá me quedaría con Mauro y con Valerón, fíjate lo que te digo.
Me quedo con Valerón, que era fantasía, talento puro. Y de la primera etapa, con Mauro Silva, que le dio muchísimo al Dépor durante años
¿Cómo ve al cuadro coruñés ahora, después de esa travesía por la 'C', en su retorno al fútbol profesional?
Creo que está en un proceso de conseguir de nuevo irse consolidando primero en el fútbol profesional, que yo creo que es donde hay que estar. De ahí no te puedes marchar nunca. Si estás en Segunda, hay que apretar, trabajar y luchar para volver a la Primera División, pero el Dépor no se puede ir del fútbol profesional. Ahí se tiene que agarrar bien, sentar las bases, tiene jugadores con talento, chicos que están demostrando calidad y va a ir para arriba. Es un proyecto bonito, pero que hay que consolidar con dificultad porque viene de donde viene, pero tiene afición, estadio, ciudad detrás. Creo que los propietarios dan seriedad ahora mismo y es un proyecto que va a ir para arriba. Incluso ahora hay jugadores que tienen ofertas muy interesantes que pueden permitir al club crecer económicamente. Me da la sensación de que el Dépor va por el buen camino, pero la Segunda División no es fácil. Yo la conozco muy bien por el Valladolid y es muy difícil salir de Segunda porque son 22 equipos que solo suben tres, directos dos, y siempre hay ocho o nueve candidatos claros a pelear el ascenso y es una lotería. No deben tener prisa, pero tienen que hacer bien las cosas, sentando las bases para que en un momento dado sea un candidato para volver a Primera. Yo creo que volverá y no tardando.
El Deportivo puede perder en este mercado de invierno a su jugador más desequilibrante, Yeremay. Algo similar le sucede al Real Valladolid con su principal perla, Raúl Moro, ¿Está a favor o en contra del mercado de invierno?
Creo que el mercado de invierno está bien porque hay equipos que pueden corregir errores. Equipos que se equivocan en la planificación en verano o que han tenido problemas por lesiones o porque simplemente los jugadores no van tienen una segunda oportunidad. Estoy a favor de ese mercado y es la ley de la oferta y la demanda. Es decir, si un jugador tiene un equipo que le ofrece cuatro veces lo que gana y al Dépor le puede llegar una cantidad de millones muy importante, lo que tiene que hacer el Dépor es valorar si eso le destroza deportivamente o si puede soportarlo y, además, ese dinero que va a recibir reinvertirlo de forma que se te va un Yeremay, pero puedas fichar a tres que en el futuro te hagan lo mismo. Ese es el tema. Lo que tiene que hacer es comprar barato para luego vender caro. Esa es la clave del éxito y es lo que ha hecho el Ajax toda la vida, tirar de cantera, sacar jugadores y poder venderlos. Que te lleven a un jugador como él te puede hacer mucho daño, pero son cosas que se evalúan y se valoran. Pero si el club acepta es porque entiende que ese dinero le va a ayudar a muchas más cosas, aun perdiendo a un jugador de ese nivel.
¿Qué tal el Burgos, al que el Dépor visita el domingo, con el exblanquiazul Luis Miguel Ramis al frente?
Le está costando. Está acostumbrado estos últimos años a rondar la zona alta y ahora mismo está ahí a ver si arranca con el proyecto de Ramis, tras la marcha de Bolo. En principio, creo que es un buen rival para el Dépor porque es un equipo al que le está costando y creo que su objetivo este año debe ser ese también, mantenerse en Segunda División, sin caer más abajo. Tiene un buen proyecto por los propietarios, ha llegado gente de fuera que hace bien las cosas, pero es que la Segunda es muy dura y te puedes ver en problemas, aun haciendo las cosas bien porque hay tanta igualdad y tantos equipos fuertes de grandes capitales que quieren estar arriba y tienen la necesidad de pelear el ascenso, que equipos como el Burgos, el Huesca o el Córdoba pueden tener un buen año o dos y al siguiente verse en apuros.
Quizá me quede con ese verano de 2008, las finales que narré de Roland Garros y Wimbledon entre Nadal y Federer en las que Rafa ya explotó del todo
Ha cubierto, para la SER, los siete últimos Juegos Olímpicos, casi nada, aunque le ha faltado el Mundial de fútbol.
Sí, empecé en los Juegos de Sidney 2000 y ya he ido haciendo consecutivamente todos, Atenas, Pekín, Londres, Río, Tokio y París. Los de Tokio fueron unos Juegos muy cerrados, con muy poquita prensa, era muy difícil entrar, por la pandemia del covid. Fue muy complicado, atípico. No he hecho ni un Mundial ni una Eurocopa, por las circunstancias, y eso que he estado en Juegos Olímpicos, he hecho el Tour de Francia, La Vuelta, el Giro, Roland Garros y Wimbledon. Ya te digo que la experiencia olímpica me ha compensado, el haber hecho siete Juegos, que es el evento más grande al que se puede acudir, el Mundial de los mundiales y estoy contento de haber cubierto todo eso. Aunque también uno va haciendo lo que le va tocando... he narrado muchísima Champions, el Atlético de Madrid durante varios años, el Dépor... Me llena todo, tanto hacer unos Juegos como narrar un Huesca-Betis. Disfruto haciendo un partido en Zorrilla o si vuelvo algún día a Riazor. He tenido momentos que no cambio por un Mundial de fútbol.
Con una trayectoria tan extensa como la suya, ¿con qué partido o evento se queda?
Difícil. Hombre, me tengo que quedar con la final del Roland Garros de 2008, que narré y en la que jugaban Nadal y Federer y se resolvió en menos de dos horas. Rafa apabulló a Federer y es un partido que nunca olvido. Un mes después narré Wimbledon por primera vez, con esa gran final entre Nadal y Federer. Quizá me quede con ese verano de 2008, con esos dos encuentros en los que Rafa ya explotó del todo y demostró que llegaba para ser el número 1 durante mucho tiempo. Me quedaría con eso, porque con el tenis he vivido grandes momentos. Y después hay un día que tampoco olvidaré nunca, que es muy reciente, y es el ascenso del Real Valladolid este último año. No he vivido jamás en un campo de fútbol una locura como esa. El Valladolid tenía que ganar, no le valía el empate, y el Eibar tenía que perder en Gijón, y todo eso no salía. Es más, el Valladolid estaba perdiendo el partido en el descuento. Pues en tres minutos metió dos goles, en ese momento llegó la noticia del gol del Sporting contra el Eibar y el Valladolid pasó de un desastre, la grada gritando contra el entrenador y con un bajón terrible, a verse en Primera División. Jamás viví un carrusel de emociones como en ese partido.
Con Riazor remozado y el ambiente de fútbol que hay allí, me parece una maravilla que A Coruña sea sede del Mundial 2030
¿Cómo ve la designación de A Coruña como sede del Mundial 2030?
Me gusta mucho porque me encanta A Coruña y todo lo bueno que le pase a esa ciudad me satisface porque he ido muchísimo allí, he compartido mucho con la gente de allí y me alegro mucho porque lo siento un poco como mío y me parece fenomenal. Ya fue sede del Mundial del 82 y ahora mismo con ese estadio de Riazor remozado y con el ambiente de fútbol que hay allí, me parece una maravilla que A Coruña sea sede del Mundial. Y que nadie lo ponga en duda, entiendo.