El 0-0 es uno de los resultados menos frecuentes en el mundo del hockey sobre patines. Tanto, que el Liceo a lo largo de su historia, solo había empatado sin goles en una ocasión anterior. La de ayer contra el Benfica, en la quinta jornada de la Liga Europea, supone la segunda vez, la primera en el Palacio de los Deportes de Riazor, en los 46 años desde que el conjunto coruñés ascendió a la División de Honor en los que ha disputado 1.801 partidos (cuatro no oficiales de la Golden Cup de 2022).

La anterior fue un 14 de octubre de 2008 con el Lloret de Iván Tibau como rival. En el conjunto liceísta, que por aquel entonces contaba con el apellido de Coinasa y estaba dirigido desde el banquillo por José Querido, jugó Jaume Llaverola en la portería acompañado por Joan Manuel Grasas, Josep Lamas y los argentinos Reinaldo García y Pablo Álvarez, entrando desde el banquillo Chus Gende, Martín Payero y Jordi Bargalló. 

La portería del Lloret la defendía Ferrán Serra, mientras que Quim Casalí, Xavi Lladó, Marc Tibau y Jordi Rodríguez formaron el quinteto inicial con la suplencia de Josep Martos y Carlos Cortijo (ahora entrenador del Noia). El partido estuvo marcado, sobre todo, por la pareja arbitral, que expulsó con roja a Grasas y que amonestó con azul a Jordi Bargalló y Reinaldo García. Los coruñeses resistieron, pero no pudieron evitar el 0-0, el primero de su historia, que le mantenía invicto en la sexta jornada de la OK Liga, pero le alejaba del liderato, puesto que ocupaba el Barcelona.

Pocas veces, además, el Liceo ha dejado su marcador a cero. A lo largo de su trayectoria de más de cuatro décadas en División de Honor solo fueron 41 veces, la última la temporada pasada en la pista del Reus (4-0). En el caso contrario, sí que dejó su puerta a cero en más ocasiones, hasta 127. Esta misma temporada ya lo había hecho contra el Sant Just (1-0).