Ellas son el orgullo del Club del Mar
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Ellas son el orgullo del Club del Mar

Sara del Castillo, Inés Poncela y Maia Freire acaparan títulos nacionales de la categoría sub-19 a la sub-13
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Sara del Castillo, Maia Freire e Inés Poncela, con su entrenador Rubén Espinosa, en el Club del Mar | Quintana

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“Es algo inusual y un éxito histórico para el Club del Mar”, afirma Rubén Espinosa, entrenador de la sección de bádminton del equipo de San Amaro. Los dos últimos meses transcurrieron para ellos entre éxito y éxito en los Campeonatos de España. Hasta trece medallas, prácticamente la mitad de las 31,5 (se cuenta por mitades en el caso de que una pareja no esté formada por dos jugadores de la misma comunidad) ganadas por Galicia, y solo entre tres de sus más jóvenes jugadoras: Sara del Castillo, de 15 años; Inés Poncela, de 14 y Maia Freire, de 12, que monopolizaron desde la categoría sub-19 hasta la sub-13. “¡Cómo suenan esas medallas!”, les dice una de sus compañeras mayores mientras se sacan unas fotos con sus premios colgados del cuello. Son el orgullo de un club de tradiciones arraigadas y que con ellas mira hacia el futuro con ambición y optimismo.


“Empezaron de muy pequeñitas jugando aquí en el club. Las tres son de familia de club. De hecho, los abuelos y los padres de Inés y de Maia ya jugaban también. Los de Sara no, pero también es gente con arraigo en el Club del Mar”, explica Espinosa. “Por eso empezaron muy pronto y fueron adquiriendo experiencias y destrezas, sobresaliendo por encima del resto, y poco a poco fueron marcando pasos. Empezaron en campeonatos territoriales, después fueron a Campeonatos Gallegos. Y por último, a las grandes citas, Campeonatos de España y circuitos nacionales y ahora han explotado deportivamente hablando”, añade. 

 

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Sara del Castillo | Qiuintana


La mayor es Sara del Castillo. Tiene 15 años y cogió la raqueta por primera vez con siete. El bádminton le ganó el duelo al fútbol sala, que en su caso era la tradición de una familia de campeones sobre el parqué, hija de Manuel del Castillo, que triunfó como jugador en el Chaston y como entrenador en el Sal Lence, y de Sonia Ramos, una de las pioneras del mítico equipo fundado por Víctor Sieiro y que arrasó en los 90. “Me quedé con el bádmiton porque me lo paso muy bien, por el deporte en sí y porque tengo muchos amigos”, dice ella. Pero también inclinó la balanza la posibilidad de marcharse a Pontevedra a entrenar en el Centro Gallego de Tecnificación Deportiva, donde ya cumple su segundo curso. “Quería ver cómo era la experiencia de estar allí y ver cómo me iba”, comenta del Castillo.


Mal no le está yendo. Hace unas semanas que conquistó uno de sus mayores logros al proclamarse campeona de España individual sub-19 (contra jugadoras hasta tres años mayores que ella). Añade a su palmarés de 2024 una plata en dobles femenino sub-19 (con su compañera Inés Poncela) y un oro en dobles (de nuevo con Poncela) y un bronce individual en sub-17.


“Sara es una jugadora trabajadora, pero aún hay que apretarle a veces”, comenta sobre ella el entrenador del club. “Y técnicamente este año está mejorando y se está también afianzando en diferentes tipos de entrenamiento”, continúa. “Me salió un buen torneo y no tenía en mente ganar porque eran mayores. Salió todo bien y me alegro”, resume la jugadora. “Estaba muy nerviosa porque no pensaba llegar a la final tampoco. Jugué muy bien y gané”, dice en pocas palabras y señala ya a sus próximos objetivos: “Para el año hay un Campeonato de Europa y me gustaría ir con Inés (Poncela) para jugar el dobles. Y el individual también”.

 

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Inés Poncela | Quintana


“Estaría bien, sí”, contesta su compañera Inés que, de hecho, ya ha estado con la selección este mismo año en el Europeo sub-15, logrando buenos resultados. Ella siguió esta temporada a Sara a Pontevedra y entrenan juntas allí. Su botín en los Campeonatos de España asciende a cinco medallas en tres categorías diferentes: oro y plata con Sara en sub-17 y sub-19 respectivamente; y oro en dobles femenino, bronce en individual y en dobles mixto en el sub-15. “Inés es una luchadora incansable. Es un poquito tozuda en las cosas, quiere que le salgan bien. Se esfuerza mucho en los entrenamientos y poco a poco vamos mejorando técnicamente”, la define Espinosa. 


“Gané tres en el sub-15, pero casi me hace más ilusión las medallas en sub-17 y sub-19 porque las otras son más mayores que yo”, confiesa ella y explica sus comienzos: “Empecé a jugar porque venía con mi padre. Me gustaba mucho y me apunté a las escuelas. En verdad, yo probé de todos los deportes... Pero en el fondo siempre fue el bádminton”.

 

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Maia Freire | Quintana


La más pequeña es Maia Freire, pero su palmarés no se queda atrás: campeona sub-13 en individual y en dobles femenino y bronce en mixto; y bronce en dobles en sub-15. Otras cuatro medallas. “Maia de momento es una jugadora aún un poquito joven y como todos los jóvenes tiene que mejorar mucho a nivel físico y por eso estamos haciendo un plan especial con ella para que sus piernas cojan un poquito de fuerza. Pero técnicamente es muy buena”, destaca el entrenador.


Un talento temprano que le viene de familia. “Mis padres y mis abuelos jugaban y cuando iban a los torneos yo les acompañaba”, comenta y recuerda que era habitual verla jugando con la raqueta por fuera de la pista. “Es un deporte muy entretenido y conoces a mucha gente también en los torneos”, responde a por qué se quedó. Primero se dejó arrastrar por la familia y ahora no le importaría seguir el camino de sus compañeras y marcharse a Pontevedra, que aunque implica un mayor sacrificio y tener que irse fuera de casa, lejos de su familia y amigos, le abre un abanico de posibilidades para seguir progresando.


“Allí lo tienen muy cómodo para estudiar y para entrenar. Porque todo es en el mismo sitio, no tienen que salir de allí para nada. Tienen sus horas de estudio, luego van al entreno de mañana. Salen a las dos últimas horas y después vuelven por la tarde al entreno. Es un sitio cómodo, donde están controlados. Y donde pueden entrenar un determinado número de horas que en club no podrían”, confirma Espinosa.


“Nosotros sí que hemos trabajado mucho con las categorías inferiores, pero ahora también vamos de la mano con el CGTD. En el caso de Maia que aún no está, va algún día a entrenar allí, ve cómo funciona y se va preparando para ir en el futuro. Tenemos la suerte de que el entrenador de Pontevedra está mano a mano con los clubes y por eso también se notan los resultados”, opina. 

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