Puesta de largo del Attica 21 OAR Coruña 2024-25, con un ambicioso salto de calidad en la plantilla que el club pretende que suponga también el ascenso de categoría, a la División de Honor B, el objetivo final. Crecimiento por arriba, pero también por abajo, sin olvidarse nunca de una cantera que tiene que convertirse en la base de un proyecto con vistas de futuro. Entrenador nuevo, diez fichajes y ocho jugadores que se mantienen del pasado curso son los ingredientes de un equipo que, según su técnico, partirá como el rival a batir de su grupo en una Primera Nacional que arranca el próximo 22 de septiembre con un derbi frente al Culleredo.
“El nuestro es un grupo competitivo”, analiza Fernando González, que apunta a los equipos canarios, “muy peligrosos en su casa”, y a los gallegos “Teucro y Carballal” como los principales rivales por las dos primeras plazas que dan acceso al play off de ascenso. Sin embargo, recalca que el rival a batir es el OAR: “Por eso no nos van a dar tregua y tendremos que salir a competir al 100% desde la primera jornada y durante los 60 minutos”.
El conjunto oarista ya lleva cuatro semanas de entrenamientos. Se calzó las zapatillas el pasado 1 de agosto porque cuando hay tantas piezas nuevas en un grupo siempre es necesario un tiempo de aclimatación. Después de tres años seguidos clasificándose para la fase de ascenso, pero sin lograr el premio final, el OAR está dispuesto a cambiar la historia. La apuesta es fuerte a todos los niveles. Primero, hubo que decir adiós a jugadores que ya llevaban unos cuantos años en la disciplina del club. Solo que quedaron ocho, con los capitanes Diego Martínez y Kevin Dacosta a la cabeza. Llegan diez. Once si se tiene en cuenta al entrenador Fernando González.
“Ha sido un mercado estival muy completo, con ocho renovaciones y diez fichajes, así como la incorporación de Fernando González como entrenador. Hemos decidido mantener una base sólida de jugadores que han sido importantes en temporadas anteriores y reforzar la plantilla en todos los puestos para formar un bloque fuerte que consiga el ascenso”, valora Jacobo Nóvoa, director deportivo, que resalta la importancia de mantener la esencia a través de los que continúan en la plantilla: “Contaremos con los dos capitanes Diego Martínez y Kevin Dacosta, que junto con su gran aportación a nivel deportivo representan al oarismo dentro del terreno de juego. También continúan Juanka Ortiz, Pablo Martínez y Iago Gómez así como los jóvenes Joel Rábade, Adrián Pérez y Juan Pereira, que poco a poco se han hecho un hueco en la primera plantilla, siendo a día de hoy piezas importantes y un espejo para los niños que vienen apretando fuerte desde la cantera”.
Se unen diez caras nuevas para cubrir prácticamente todas las demarcaciones, desde la portería, con Israel Marín y David Arnedo; pasando por el extremo izquierdo Pepe Mora: la defensa con Álex Conde; los centrales Diogo André Martinho y Beltrán Bedia; y para el pivote se incorporaron Diogo Freitas y Marley Fernandes. Además, suma talento joven de la mano de Luisma de Goya y Pablo del Moral.
Todos ya se han podido testar sobre la pista. De momento el equipo ha jugado cuatro partidos. Dos amistosos en Pontevedra en el Trofeo Peregrina, con victoria clara frente al Santo Tirso y derrota por tan solo un gol frente al Cisne, equipo de categoría superior y que el próximo 6 de septiembre será ante el que dispute el encuentro de presentación ante su afición. Los coruñeses también se midieron al Balonmano Línea 21, con otra victoria contundente. Y este mismo lunes se enfrentaron al Luceros en los cuartos de final de la Copa Galicia, clasificándose para las semifinales, que le enfrentarán al Carballal, con fecha todavía por determinar. Para lo que sí ya trabaja el club, de la mano de la Federación Gallega de Balonmano, es para que la final, tanto la masculina como la femenina, se celebre en A Coruña, sobre todo en el caso de que el OAR se meta en la final.
“Hemos combinado las sesiones físicas con las técnico-tácticas con el objetivo de llegar al período competitivo en óptimas condiciones. El equipo está trabajando duro y bien. Están muy motivados y seguimos trabajando para acoplar a todos dentro del sistema y la idea de juego que queremos”, explicó el técnico, que llegó procedente del Mallorca motivado por los grandes retos que se le presentaban en A Coruña tanto con el primer equipo como con la cantera, con la que trazará las líneas de actuación. “Hemos generado sinergias entre ellos y la evolución está siendo positiva”, añade y, como psicólogo titulado que es, ahonda en los fundamental que es crear vestuario para que el equipo fluya fuera y dentro del terreno de juego: “Estamos en el proceso de paso de grupo de jugadores a equipo, ya que somos muchos nuevos y este proceso está siendo muy, muy positivo y rápido. Puedo decir sin riesgo a equivocarme que tendremos un vestuario muy sano, comprometido, solidario, resiliente y profesional”.
El ascenso es un objetivo que para el OAR va más allá de una simple categoría en la que jugar. Es una piedra angular sobre la que construir un crecimiento social y deportivo del club y del balonmano en general en la ciudad. “El primer equipo del club debe estar al menos en la segunda categoría del balonmano español para generar interés de la empresa privada, aumentar nuestra masa social”, confirma el presidente Carlos Resch, que también se estrena en el cargo.
“El reto ha comenzado confeccionando una plantilla de jugadores semiprofesionales capacitada para conseguir el objetivo, pero que debe ir acompañada de un aumento de la base, incrementando el número de niños que practiquen balonmano y generando un sentimiento oarista que nos haga crecer a nivel social”, añade sobre la base del trabajo que han realizado en los últimos meses. “Hemos mantenido reuniones con diferentes clubes y organizaciones llegando a acuerdos que servirán para promocionar nuestro deporte en A Coruña, como el colegio Liceo, Balonmano Línea 21 y la Federación Gallega de Balonmano”, matizó el mandatario.
En septiembre empezarán también las jornadas de puertas abiertas en el pabellón de San Francisco Javier, supervisadas directamente por Fernando González. “Y cuando comience el curso realizaremos captaciones en diferentes centro educativos con la ayuda de la Federación. Somos conscientes de que el trabajo con la cantera es una carrera de fondo que requiere paciencia, pero es un pilar básico”, reconoce y pone un nuevo condimento para que la receta funcione: “Asumir los retos desde la prudencia y la humildad”. l