El Reus se proclamó campeón de la Copa del Rey de hockey sobre patines disputada en Calafell después de ganar por 5-4 al Lleida en una final en la que el protagonista principal volvió a ser Martí Casas. El delantero rojinegro marcó los cinco goles de su equipo, a los que hay que sumar los cuatro que anotó solo unas horas antes en las semifinales en las que había sido el verdugo del Liceo. Nueve tantos en los dos partidos decisivos. Con poca sorpresa fue designado MVP del torneo que el conjunto tarraconense levanta por octava vez en su historia, todavía por detrás de los 26 títulos del Barça, los 11 del Espanyol y los 10 del Liceo.

El Lleida plantó cara con más suerte y acierto de cara a portería que los coruñeses el día anterior. El guión fue similar, salvo que en la final fueron los ilerdenses los que se adelantaron en el marcador con un trallazo del portugués Nuno Paiva (0-1), jugador que estuvo un año en A Coruña en las filas del Compañía de María. Allí también se formó su ahora compañero Chino Chino Miguélez y los tres se unieron con Fran Torres, Tombita, que llegó a la ciudad con 16 y juega allí cedido por el Liceo. Conexiones coruñesas de un Lleida que también fue víctima del efecto Martí Casas.

El delantero de Mataró marcó para empatar (1-1) y en la recta final de la primera parte anotó otros dos goles en solo treinta segundos (3-1). Aunque reaccionó el Lleida con un tanto de Tombita (3-2), Casas, a un suspiro del descanso, volvió a sacar la varita mágica (4-2). En la segunda parte el Lleida estuvo mejor, pero Chino vio azul y permitió el quinto de Casas desde la directa (5-2). Se repitió el guión de semifinales, cuando el Liceo había achuchado. Pero esta vez el Lleida sí encontró el gol. Dos en su caso, ambos de Paiva, el primero de penalti. E incluso falló una directa de Darío Giménez para mandar la final a la prórroga.