El Deportivo Liceo recuperó su mejor versión justo cuando más lo necesitaba, en un partido sin red de seguridad donde los de Juan Copa se hartaron de perforar la red de Blai Roca (7-2) y defendieron la suya mucho mejor que en los dos primeros duelos de la semifinal, ambos  en el Ateneu Agrícola de Sant Sadurní d’Anoia.

Tardó en despuntar el tercer capítulo de la serie. Tanto que el primer disparo por dentro no llegó hasta que el cronómetro se acercaba a los tres minutos. Ejecutó Bargalló, rechazó Serra. Unos poco segundos más tarde, ejecutó Dava Torres y rechazó Roca.

El capitán verdiblanco fabricó la primera acción de peligro real, pero su certero servicio al segundo palo no lo empaló bien Carballeira con todo a favor. Acto seguido, Ciocale robó a media pista y se fue directo hacia Roca. Literalmente, pues se echó casi encima del meta y le facilitó el trabajo.

La genialidad

Y en estas afloró la genialidad. De don David Torres Pastoriza. Culebreó entre tres rivales, picó la bola y aguijoneó a Roca. Todo ello casi a cámara lenta, para que todos pudiéramos ver bien su maravilla.

No menos maravilloso fue el 2-0. Carballeira se fue por detrás de la portería, aguantó la carga de un defensor, hizo un envoltorio perfecto, levantó la redonda y voleó a la red. Sólo habían pasado 42 segundos.

Sin embargo, la doble alegría pasó a simple 4 minutos después, cuando Xavi Costa sorprendió a Serra con un tiro pegado a la base del tubo derecho. Este tanto asentó al Noia, que empezó a tener posesiones más largas, aunque las mejores ocasiones siguieron siendo verdiblancas. Como una primorosa media vuelta de Dava que abortó Roca con un brazo y un trallazo de Saavedra que salvó con el casco.

Una tarjeta azul a Mendes, por encarararse con un rival, dio al Liceo una primera superioridad numérica que no desaprovechó. Tombita cazó una bola suelta en el corazón del área y anotó el 3-1. Pero Bargalló, tras una incursión por la derecha, volvió a descontar.

La vuelta al parquet de los de Juan Copa fue explosiva. A los 68 segundos, Ricart se hizo con buena bola huérfana en la frontal del área y fusiló por alto. Tan sólo 28 segundos después, un pase de Dava lo tocó un defensa, la bola se levantó y quedó flotando, Carballeira la domesticó y la alojó en la red por encima de la cabeza del meta del Noia.

A diferencia de la primera mitad, en esta ocasión no hubo respuesta. Lo que sí hubo fue las primeras protestas potentes contra la pareja arbitral. Arreciarían a siete minutos de la conclusión, cuando Saavedra recibió su tercera azul en esta eliminatoria (una en cada encuentro), en esta ocasión por protestar. 

El Liceo afrontó su primer inferioridad del encuentro con cuatro goles de renta, ya que siete minutos antes Dava Torres se había recorrido todo el costado izquierdo y batido con sutileza en el cara a cara con Roca. Los de Juan Copa mostraron en esa inferioridad, saldada con apenas un par de sustitos para Serra, que habían aprendido la lección defensiva de los dos primeros partidos de la serie. Después llegaron las décimas faltas, ambas desaprovechadas, por Dava Torres y Gabarró, con sendos lanzamientos altos. No perdonaría el capitán del equipo verdiblanco a 2:19 para el final. Dos amagos y tiro alto para convertir la décimo quinta infracción visitante en el 7-2.

Un triunfo, convincente, contundente y brillante, que otorga una vida más al Liceo. La matinal de mañana domingo dirá si la historia de esta eliminatoria continúa.