El calendario no da respiro al Liceo, sobre todo desde el arranque de la competición continental. Los verdiblancos descansaron el pasado fin de semana después de encadenar dos semanas y media con partidos prácticamente cada cuatro días. Y ahora inician una nueva serie de dobletes, con solo un compromiso en el Palacio de los Deportes de Riazor (con lo que eso significa de desgaste en viajes) hasta que se produzca el parón por las vacaciones de Navidad. Eso sí, este año el descanso llega antes, a mediados de mes (15 de diciembre) en vez del siguiente fin de semana, reservado para que los jugadores elegidos acudan a los controles de la selección española (César Carballeira, Ignacio Alabart, María Sanjurjo y Laia Juan con la absoluta; Jacobo Copa, Bruno Saavedra y Nil Cervera con la sub-23 y Hugo Mareque y Dani Garea con la sub-19).
Le quedan por tanto al Liceo solo dos semanas, pero bien concentradas con cuatro partidos y tres desplazamientos. Hoy mismo el primero, con destino a Francia, para jugar mañana contra el Quévert la tercera jornada de la Liga de Campeones, un partido crucial para sumar puntos de cara a la clasificación para la siguiente ronda, los cuartos de final. El viernes los coruñeses volverán a casa, donde afrontan el domingo el encuentro correspondiente a la décima jornada de la OK Liga contra el Caldes.
La siguiente semana, repiten fórmula aunque con diferentes escenarios. El jueves, viaje a Portugal para otro encuentro crucial en su devenir continental frente al Valongo, rival directo en la lucha por un billete para los cuartos. Y después, para terminar ya la serie, desplazamiento a Cataluña para enfrentarse al Vilafranca, último partido de 2024, y antepenúltimo de la primera vuelta con el que podría dejar sentenciada su clasificación para la Copa del Rey después de perderse la edición del año pasado.
El calendario no ha sido benévolo con el equipo coruñés en este inicio de curso en el que ha tenido que estar hasta dos semanas fuera de casa, como cuando encadenó un partido en Lleida un martes y otro un sábado en Vic, por lo tanto no regresó a A Coruña entre uno y otro; y recientemente jugó un jueves en Italia, la primera jornada de la Liga Europea en Trissino, y el domingo en Noia. Además del complicado regreso de Igualada, cuando la expedición liceísta se vio afectada por las lluvias torrenciales provocadas por la DANA que cancelaron su vuelo, lo que les obligó a volver por carretera.
El Liceo es uno de los dos equipos de fuera de Cataluña de la OK Liga (el otro es el Alcoi, en el mismo litoral mediterráneo) y también está solo en Europa, ya que es el único equipo español en el grupo. En el otro, hay tres representantes de la OK Liga, Barça, Reus y Noia, lo que hace que salvo cuando tienen que desplazarse a Francia (Saint Omer) o a Portugal (Porto y Barcelos), las jornadas intrasemanales sean menos complicadas a nivel logístico y de cansancio.
Otra vez el Liceo en desventaja, pues a los 30.000 kilómetros que completará en sus quince desplazamientos de la fase regular de la OK Liga (además de Copa y playoffs) añadirá los 4.000 de ida y vuelta a Trissino (Italia); los 2.800 a Quévert (Francia); y los 600 a Valongo, 700 a Oliveira de Azemeis y 1.200 a Lisboa, los tres viajes a Portugal, curiosamente, de menos kilómetros que cualquiera de los que hace cada quince días en la liga nacional.