Lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible. Por mucho que el Baskonia esté lejos de su mejor momento, la precariedad laboral inhabilita al Leyma Básquet Coruña para otra cosa positiva que no sea un milagro. Lo acarició el domingo pasado, nada más y nada menos que ante el líder, el Valencia Basket. Pero una cosa es jugar en casita, calentito al amparo de los tuyos, y otra muy distinta hacerlo en un casoplón enemigo.
El virus que la pasada semana mandó al dique seco a Ingus Jakovics y a Alex Hernández, afectó en los inicios de la presente a otros jugadores. Uno de ellos, Beqa Burjanadze. El base letón sí estuvo ayer en el Buesa Arena, aunque no en las mejores condiciones físicas, pero no su homólogo murciano. Demasiado hándicap para encarar al gigante dormido que gobierna Pablo Laso, quien ni siquiera tuvo que lamentar la ausencia de su ‘pichichi’, Markus Howard, dañado en un rodilla en el duelo del lunes ante el Real Madrid.
Sin embargo, el club vitoriano sí ha podido reforzarse. Contra el vigente campeón liguero debutó, con nota muy alta, Luka Samanic. Porque hay que recordar que, sin contar los efectos del maldito virus, el Leyma sigue sin dos de los jugadores que empezaron la temporada, el lesionado Gus Lima y el ‘fugado’ LJ Figueroa, cuyo reemplazo debería estar al caer. Phil Scrubb volvió a entrar en convocatoria después de tres semanas fuera. Pero no llegó a pisar la pista.
Aun así, tantos factores no justifican la pésima actuación de ayer de un equipo desangelado, en las antípodas del volcánico que miró a los ojos al Valencia hasta el minuto 40.
Jugaba ayer el Baskonia con su último cartucho para estar en la Copa del Rey, un objetivo que la derrota del Barça en Girona impidió que se alejase casi definitivamente. Una inesperada inyección de moral y esperanza para un equipo sin margen de error y con necesidad de ganar por el mayor número de puntos posible. Y se notó desde el salto inicial.
También se notó la furia de Chima Moneke, una de las estrellas de este Baskonia, tras pasarse sentado en el banquillo todo el último periodo del encuentro del lunes. El nigeriano entró al parqué sin cadena. Y aprovechó que Barrueta no es precisamente un dechado de virtudes defensivas para anotar desde todos los sitios. Suyos fueron 10 de los 16 primeros puntos de su equipo (16-9).
En un inicio de emparejamiento defensivos asimétricos y defensas alternativas del Leyma, la puntería marcó el camino. Y el rebote. Y la defensa naranja. Los de Epi volvieron a estar muy mal desde el arco. Buenos tiros, pero escaso tino: dos aciertos, ambos de Barrueta, en ocho intentos.
El segundo de ellos, a 2:52 para el final del acto inaugural, que acabó con 22-12. La canasta del Papi fue la única visitante en casi siete minutos. Cuando Taylor volvió a taladrar el aro baskonista, los de Laso ya dominaban por 23 puntos (35-12), tras un 2+1 de Rogkavapoulos que redondeó un parcial de 19-0.
El Leyma era un barco a la deriva. Llegando tarde un segundo, o dos, en defensa, mientras que al otro lado de pista no solo seguía fallando triples, sino también varios tiros cerca del aro.
Los locales, en tanto, hacían gala de una tremenda puntería lejana. Un acierto de Rogkavopoulos puso en el +25 en el marcador (41-16). En este momento, la paliza no era solo en el electrónico, también en el apartado reboteador: 19-6. El Leyma, tercero en el ránking ACB de capturas totales y ofensivas, se fue al descanso con únicamente una decena, solo una de ellas en el aro de un rival que bajó 27, media docena ofensivos.
La carta de tiro de los pupilos de Epi tambien era una película de terror: 6 de 18 en lanzamientos de dos y 2 de 12 en los de larga distancia. Con todos estos datos negativos, los del marcador no podían ser menos: 55-23. El Básquet Coruña se quedó a 7 puntos de los que el pasado domingo anotó contra el Valencia Basket..., en el primer cuarto.
Veinte minutos pesadillescos en los que los naranjas solo anotaron una vez en dos posesiones consecutivas. Tres puntos, desde los 4,60 metros, firmados por Huskic, con Burjanadze y Barrueta los menos desentonados del conjunto herculino en el encuentro.
Para los segundos 20 minutos quedaron, pues, tan solo un par de enigmas: si el Leyma podría hacerlo todavía peor y hasta dónde llegaría la brecha en el marcador.
El triple inicial de Taylor y un buen movimiento de Huskic al poste no fueron más que espejismos. El Leyma siguió encajando demasiados puntos, anotando poquitos y fallando tiros cómodos. Y su déficit acarició la cuarentena (81-42), tras el enésimo triple del Baskonia, antes de que Diagne acertase desde casi seis metros para cerrar el tercer acto (81-44).
Barrueta, con dos triples casi seguidos en los primeros compases del episodio final, alejó bastante la posibilidad de un hueco de cuatro decenas, pero al final llegó. Después de un parcial de 13-0 (101-56). Y llegaron los 50, con dos triples de Savkov, último jugador de la rotación de Laso. Burjanadze, sobre bocina, acertó desde el arco para dejar en 48 la diferencia final.
Un correctivo severísimo a cuatro días del primer derbi con un Breogán que cotiza al alza y que contará con el factor Pazo Provincial. Donde, si la directiva naranja cumple con lo que prometió el pasado viernes, podría estar el sustituto de Figueroa.
Con él o sin él, el Leyma tiene que mejorar un mundo la pésima imagen exhibida en Vitoria. Porque la de Lugo es una carta de valor doble.
Baskonia, 114-Leyma Básquet Coruña, 66 |
Baskonia (22+33+26+33): Raieste (0), Luwawu-Cabarrot (24), Baldwin (17), Hall (4), Moneke (20) –cinco inicial– Savkov (6), Jaramaz (1), Forrest (2), Rogkavopoulos (20), Khalifa Diop (9), Samanic (11). Leyma (12+11+21+22): Huskic (9), Lundqvist (4), Taylor (9), Barrueta (18), Burjanadze (9) –cinco inicial– Thiam (0), Jakovics (4), Diagne (4), Aleix Font (7), Thompkins (2). Árbitros: Conde, Castillo, González. Eliminaron por cinco faltas a Aleix Font. Incidencias: Partido de la jornada 14 jornada de la ACB disputado en el Buesa Arena ante 7.072 espectadores. |