El Leyma Básquet Coruña no logró darse una (muy necesaria) alegría antes del largo parón por la Copa del Rey y las ventanas FIBA de selecciones, aunque no anduvo nada lejos de convertirse en el tercer equipo que gana en Badalona en el presente curso liguero (107-104). En un choque donde los árbitros, un día más, perjudicaron notablemente a los naranjas. 

Unos minutos después de que el alero dominicano Ángel Núñez tomase tierrra en Alvedro, su nuevo equipo saltó al parqué del Olímpic de Badalona con el cinco titular clásico de inicios de curso. Pero con uno de los problemas clásicos en el debut entre los grandes: encajar triples. Cuatro de siete sumó el Joventut para abrir la primera brecha (18-9).

Poco antes, con el 12-5, Diego Epifanio había pedido tiempo muerto y metido en cancha a Diagne y a Heurtel. El efecto de los cambios llegó en diferido. El galo asistió al senegalés en sus dos primeras acciones (firmó media docena de pases de canasta en sus primeros nueve minutos de juego). Y no sufrió atrás como lo hizo en el inicio Taylor contra la velocidad extrema de Dotson. Y dio ritmo al ataque naranja. Por ahí empezó la mejoría.

Un triple de Jakovics cerró el primer acto con 21-16. Y en el segundo fue el letón quien entró en pista por Heurtel, en vez de Taylor, que además de ser superado por su par se había jugado un par de triples que no tocaban. Y dos dianas lejanas seguidas, de Thompkins y Jakovics, redujeron el hueco a la mínina expresión (27-26), obligando al tiempo muerto de Dani Miret. 

Los triples siguieron marcando el paso. Dos de Hanga y uno del inevitable Dekker –verdugo del BC en el duelo de la primera vuelta– estiraronn de nuevo el chicle (37-31) y llevaron a Epi a parar de nuevo el partido. 
 

A la vuelta de la banda, Thompkins enroscó desde el arco. Pero no hubo continuidad. Sí la tuvo la Penya, que aprovechó la fragilidad defensiva, en forma de falta de velocidad, de Huskic para anotar cerca del aro y poner otra vez más de dos canastas de distancia (43-36). 

Barrueta, con su primer acierto lejano, la dejó en dos (43-39) a falta de 4,9 segundos para el descanso. Tiempo suficiente para que el Joventut armase una jugada y Robertson errase un tiro lateral bien defendido. Solo cuatro puntos de déficit, fruto de la mejoría naranja en toda la pista. Y también del horroroso 2 de 9 de los verdinegros desde los 4,60 metros, faceta en la que son el segundo peor equipo de la competición. El peor, el Básquet Coruña, se fue al descanso con 6 de 6. Con 28 puntos de los reservas. Con la cuenta de triples igualada a siete convertidos. Y con Taylor sin anotar. 

El de West Hollywood inauguró su marcador particular en los primeros compases del tercer periodo. Con un triple, el único alimento que los naranjas se echaron al coleto en los cuatro minutos iniciales. Por nueve puntos de los locales, ocho de ellos de Tomic. Tiempo muerto de Epi con una nueva máxima diferencia (52-42). 

En estas regresó Heurtel al rectángulo. Y de nuevo con dos asistencias seguidas. En esta ocasión con Barrueta como beneficiario. Entre ambos cocinaron un parcial de 0-5 que condujo a Miret a emular a su homólogo llamando a los suyos a 60 segundos de reflexión.

El Leyma aguantó un nuevo arreón verdinegro con tres grandes generadores en cancha: Heurtel, Taylor y Huskic. Entre ellos hilaron varias acciones de passing game para seguir más o menos a rebufo. El periodo concluyó con una canasta a la contra, y casi sobre la bocina, de Jakovics (64-61). Gracias la undécima asistencia de su compañero francés. Y después de un pequeño carrusel de tiros libres.

Heurtel siguió a lo suyo. Las cinco primeras canastas del Leyma llevaron la firma previa de un pase ganador suyo. Catorce, su tope ACB, en 17 minutos en pista. La sexta canasta la hizo él mismo desde el arco para el empate a 73. Y su décimo quinta asistencia la convirtió Jakovics en la primera ventaja visitante (75-76). 

A partir de ahí, el Joventut se nutrió de tiros libres, y el Leyma de la inspiración del galo, que con dos libres convertidos devolvió la delantera a los naranjas (84-86), con dos minutos por delante. Ya no estaba Diagne, un día más maltratado por los árbitros. El senegalés se había despedido con cinco faltas cuando todavía restaban casi cuatro minutos.

Esos últimos 120 segundos del tiempo reglamentario fueron drama tras drama. Faltas discutidas, libres fallados, rebotes ofensivos y canastas al límite. Con una así hizo Thompkins el 90-92, antes de que Dotson aprovechase un missmatch con Huskic para igualar a falta de 9,9 segundos. Heurtel se adueño de la naranja y se la jugó desde cinco metros. Agua. Y posible falta a Barrueta en el rebote. No hubo instant replay. Y sí prórroga. 

Y no tardó en caer el Gordo. En forma de escándalo. Tras anotar dos libres Tomic, Huskic sacó rápidamente de fondo y los colegiados señalaron, presuntamente, que el serbio pisó la cancha al soltar el balón. Algo que la repetición de la TV desmintió. Y de la que la Penya sacó dos puntos. Para colmo, con dos libres de Dekker tras la quinta falta de Thompkins, precedida de un manotazo del local en la cara del visitante. Que el trío del silbato no consideró penalizable.

Scrubb y Dotson intercambiaron dianas lejanas para mantener el marcador en un triple de margen, paridad rota con una canasta cercana y dos libres de Tomic. La puntilla la puso una pérdida de balón de Burjanadze, a quien se le escapó de las manos tras recibir de banda de Taylor. 

Otra derrota de las que hacen pupa. Porque el Leyma compitió como (casi) nunca y perdió como siempre en las últimas nueve jornadas. Tres semanas por delante para acoplar al nuevo fichaje y afrontar con un mayor arsenal el cada vez más relevante mes de marzo.