“Mi sueño desde pequeño era jugar en el Liceo”. Suena a tópico, pero Àlex Rodríguez Dalmau (10 de septiembre de 1993 – Sant Hipòlit de Voltregà, Barcelona) lo dice de verdad. Su padre, originario de una aldea de Ourense, le inculcó su amor por el Depor y el Liceo.
En su segunda temporada de verde y blanco, es el máximo goleador del equipo (23 dianas) pese a sus problemas de espalda. Acaba contrato y no ha aclarado su futuro, pero está centrado en ganar un título más con el Liceo. En la vóragine de la Champions y la OK Liga, el sábado regresa a Reus, su casa durante cinco temporadas.
Vuelves a Reus.
Es cierto que pasé allí cinco años de mi carrera y estuve muy bien, pero el recuerdo más reciente que tengo de Reus es el de ser campeón de la OK Liga allí con el Liceo (ríe). Es el destino, pero en líneas generales tengo muy buenos recuerdos.
¿Cuáles son tus mejores momentos allí?
Tengo la suerte de haber ganado una Champions con el Reus (2017). Y el año pasado la OK Liga en Reus. No sé con cual de los dos me quedaría. Poca gente puede decir que haya ganado una OK Liga y una Champions sin estar en el Barça. Y yo tengo la suerte de tener las dos. Es un orgullo.
¿Esperas ganas de revancha por la final de los últimos ‘playoffs’?
No sé si habrá tantas ganas de revancha. Es un partido de liga regular, muy distinto a los ‘playoffs’, aunque nos jugamos mucho. Es un rival directo y está a solo cuatro puntos. Sería bueno sacar los tres puntos o, al menos, no perder para mantener la distancia. Para nosotros es muy importante acabar segundos para tener el factor cancha en los cuartos de final y las semifinales.
Si le plantamos cara al Benfica, que es el mejor equipo del mundo, podemos ganarle a cualquiera
¿Qué ambiente os aguarda en el Palau d’Esports de Reus?
Viniendo de la final de la OK Liga del año pasado creo que el pabellón va a estar a tope. A los jugadores nos gusta vivir este tipo de ambientes. Siempre es mejor jugar en una pista llena que en una vacía.
¿Cuáles son los puntos fuertes del rival?
La suerte que tienen es que mantienen un grupo muy trabajado durante años por Jordi García. Tienen las ideas muy claras y hacen un hockey muy directo, sobre todo en su casa. Creo que van a ir fuertes, pero nosotros estamos en una muy buena línea y vamos a competir como siempre.
El Liceo no ha podido mantener el grupo campeón de la última OK Liga, ¿cómo has vivido los cambios en la plantilla?
El año pasado disfrutamos de un equipazo y de los días que nos quedaban juntos sabiendo que se iba a partir el grupo. Este año también hay gente muy buena, aunque son más jóvenes. Con tantos cambios se necesita un proceso de adaptación, pero el Liceo siempre mantiene ese ADN de equipo competitivo, sean cuales sean las circunstancias.
Decía César Carballeira en una entrevista para este diario que ya eres un liceísta y un coruñés más.
Tuve la suerte de que mi padre era gallego y, aunque se marchó a Catalunya muy pequeño, siempre se sintió de aquí –la cuna paterna de Àlex está en Vilar, una pequeña aldea de Ourense–. Tenía sentimiento por el Depor y, cuando empezamos a jugar al hockey, también le cogió un cariño especial al Liceo. Mi sueño y el de mis hermanos desde pequeños era jugar aquí. Y cuando llegué, como dice César, me empapé de ese ADN del Liceo. No hay un equipo mejor en la manera de competir.
Y ese ADN salió a relucir contra el Benfica, ¿crees que le podéis ganar a cualquiera?
Después de la derrota en Oliveira (5-1 en la primera jornada de Champions) nos dijimos que no podíamos permitirnos otro partido igual y contra el Benfica competimos muy bien. Si le plantamos cara al mejor equipo del mundo, jugador por jugador, creo que podemos ganarle a cualquiera.
Benfica, Noia, el sábado Reus y luego Calafell y Barça.
Sin menospreciar a ningún rival, firmaría competir todo el año contra los mejores equipos del mundo, en pabellones llenos y con aspiraciones de ganar títulos. Disfruto de este momento, con muchas ganas e ilusión.
Tengo la espalda jodida, pero cuando salgo a la pista no me acuerdo del dolor
Y el primer título en juego ya está a la vuelta de la esquina: la Copa del Rey (el Liceo debuta el jueves 2 de marzo contra el Caldes).
Es cierto que no queda nada, pero no podemos pensar todavía en la Copa cuando nos estamos jugando la segunda plaza del grupo en la Champions y también el segundo puesto en la OK Liga. Tenemos antes tres partidos muy importantes y después unos días para preparar la Copa.
Es el único trofeo que te falta en el palmarés.
Sí, es el único, pero no me importaría volver a ganar la Champions o la OK Liga (ríe). Me conformo con ganar uno.
Acabas contrato con el Liceo, ¿ya tienes claro tu futuro?
No tengo nada decidido todavía y tampoco es el momento. Es un tema que está ahí y estamos en una época que se mueven estas cosas, pero no es la primera vez que termino contrato y no me distrae. Estoy centrado en ganar un título más con el Liceo.
Has tenido problemas de espalda los últimos años, ¿cómo te encuentras?
Tengo la espalda jodida: una hernia, desgaste en la columna y más problemas por la posición del hockey. Aguanto como puedo y con la ayuda del preparador físico cuidamos mucho mi espalda. En el Reus y en el Liceo tuve varias crisis, pero lo solucionamos. Cuando salgo a la pista no me acuerdo del dolor porque soy muy competitivo, pero después de los partidos acabo fastidiado.
Un gol y una asistencia contra el Benfica y dos goles contra el Noia, ¿es tu mejor momento de la temporada?
Ya no solo de esta temporada. Nunca me había sentido tan, tan bien. En los últimos años he estado a un muy buen nivel, pero ahora estoy a mi nivel más óptimo. Y también es gracias a Juan (Copa), a los compañeros y a todo lo que rodea el club. Estando a gusto saco lo mejor de mí. Espero no gafarlo (ríe).