El Deportivo Liceo se tomó ayer un día de descanso después de caer en la final de la Copa del Rey contra el Barça (2-4), una derrota que Juan Copa valora positivamente: “Creo que hemos acelerado el proceso muy rápido y podemos estar orgullosos de lo que hemos hecho”, declaró el técnico coruñés, que lamenta “perder la oportunidad de ganar un título que no teníamos en la cabeza cuando empezamos la temporada con tantos cambios”.
El paso de las horas ha cambiado la perspectiva del entrenador liceísta, que reconoció una dura tarde de domingo: “Cuando pierdes una final siempre pasas momentos jodidos porque llegar a las finales es muy difícil y porque pierdes la opción de ganar un título. Somos un equipo ganador y queríamos traernos la Copa para casa”.
De la decepción pasa a una reflexión más analítica de lo que se vio sobre el terrazo del Joan Ortoll, nada que ver con la derrota ocho días antes en el Palau (1-6): “Era una competición diferente y, como siempre digo, la Copa del Rey es un torneo de emociones. Todos en la misma sede, con una pista, entre comillas, neutral y muchos partidos seguidos en pocos días se igualan las cosas y el físico”.
“Cambiamos ciertos aspectos del juego y estuvimos mejor que en el Palau. Creo que lo estábamos haciendo bien porque estábamos llegando, pero la diferencia en las áreas fue definitiva”, destaca.
“Para ganarle al Barça no podemos encajar tantos goles –diez en los dos últimos Clásicos–. Y algunos fueron evitables”, detalla Copa, que no se olvida del partidazo del guardameta azulgrana Sergio Fernández: “Sabemos que es un portero que condiciona los partidos. Cuando está como ha estado estos días, te obliga a hacer un esfuerzo increíble a nivel mental”.
El equipo azulgrana ganaba 0-2 al descanso y alcanzó una renta de 0-4 en la segunda mitad: “La pena fue que se marchasen en el marcador porque la sensación que teníamos es que estábamos jugándoles de tú a tú. Las sensaciones son positivas y cogeremos el partido para prepararnos en el caso de que juguemos otra final contra ellos”.
Sin tiempo para el descanso, el Liceo volverá el jueves a la pista para medirse al Calafell (20.30 horas, Palacio de los Deportes de Riazor) en la jornada 4 de la Liga de Campeones, un duelo clave para las aspiraciones de clasificación: “Es otra final para nosotros. Hay que cambiar el chip, descansar bien y trabajar duro para conseguir los tres puntos. Nos hemos metido en la cabeza que queremos estar en la Final 8”, avisa el técnico.
Copa pide el apoyo de la afición: “Sé que es un día por semana en un horario complicado, pero este grupo se merece que venga mucha gente a Riazor, para recibirlos y apoyarlos después de este calendario tan duro, con tantas noches y partidos fuera de casa”
El del jueves será el partido número 12 del Liceo en 42 días, una carga importante para el físico de la plantilla: “Creo que nos afecta más la derrota en una final que el desgaste físico. Hemos llegado muy bien, Marc (Godayol, preparador físico) ha hecho un gran trabajo y los jugadores están currando como cabrones. Estamos a tope”, arguye Juan, que ha preparado dos sesiones “más cortitas” para hoy y mañana.
“Esto es el Liceo y ya sabíamos que nos íbamos a enfrentar a un calendario así. Luchamos por todo y el jugador que no esté preparado no tiene por qué estar aquí”, avisa Copa, que en el torneo del KO contó con nueve jugadores de rotación, aunque la presencia de Fabri Ciocale, Fran Tombita y Sito Ricart fue testimonial: “Los minutos hay que ganárselos, no se regalan”, advierte.
Solo unos días antes de la Copa del Rey, los medios especializados portugueses lanzaron dos rumores que afectan al Liceo: Àlex Rodríguez, en su último año de contrato, estaría preparando su regreso al Voltregà y Bruno Di Benedetto, comprometido hasta 2024, ficharía por el Oliveirense.
“Nos aislamos de estos temas durante la semana, pero si hay algo cierto los jugadores deberían dar un paso adelante y decirlo. Tienen que tomar una decisión: o se quedan o se van”, zanja Copa, que ya baraja posibles incorporaciones: “Nosotros también estamos trabajando en el mercado, sabemos que está difícil porque luchamos en inferioridad y que siempre vienen a por los nuestros, pero todavía hay muchos jugadores que quieren vestir la verde”, confía el técnico.