“Teño as mesmas sensacións que na volta ao cole”. Habla Alicia San Martín, ferrolana criada en el barrio de Los Rosales, talonadora del CRAT Rialta y una de las cinco supervivientes del equipo que ganó el segundo título de División de Honor en el 2019. Ali vivió entonces un cambio de ciclo y ahora le toca otro. Diez jugadoras de la plantilla que jugaron las últimas finales de la Copa RFER y la Liga Iberdrola no continúan en el equipo coruñés. Cinco más están lesionadas. Un éxodo sin precedentes.
Con una plantilla renovada, joven e inexperta y sólo tres semanas de entrenamientos, el CRAT afronta este mismo domingo en Avilés el partido que abre el curso en el rugby nacional. Y no es un amistoso, es el primer título en juego: la Supercopa. Enfrente estará el Majadahonda, rival que le privó por partida doble, en abril y en mayo, de levantar un trofeo.
“¿Ganas de revancha? Me gustaría decir que sí, pero la situación ha dado un vuelco increíble. Ha sido un verano muy difícil, con lo que tenemos y empezando tan pronto es directamente imposible competir”, se sincera Pablo Artime, que repite como entrenador del Arquitectura junto al argentino Juan Pablo Chorny.
El técnico avilesino, también campeón con el CRAT en 2019 y que volvió el año pasado al club, no quiere parecer pesimista, pero entona un discurso realista ante la desbandada del equipo subcampeón de todo hace sólo unos meses. Leyre, Ichi (Getxo), Miriam, Valle (Cocos), Alborota, Ceci (becadas por la Federación para jugar con la selección española de seven), Claudia Barrio y Pimi (dejan la práctica del rugby) son las ocho jugadoras que no siguen en el CRAT. A ellas se podrían sumar Elsa y Judit (el club espera una respuesta), diez bajas de todos los colores, en la delantera y las tres cuartos, la mayoría titulares habituales.
Aún hay más: tampoco estarán en la Supercopa otras cinco jugadoras por lesión. La primera línea Maica, operada de rodilla, no volverá hasta octubre o noviembre; la tercera Maria Morant, con una rotura de ligamento cruzado, estará en el dique seco hasta primavera; la zaguera y capitana Mariana, con otra rotura de ligamento posterior, pero que ya se entrena con el grupo, y las tres cuartos Alejandra e Inês, son otras ausencias destacadas.
“Veremos dónde somos capaces de llegar con la gente nueva y las promesas del club, tenemos un grupo muy joven y con poca experiencia en División de Honor”, asume Artime, que contará en Avilés con siete de las caras nuevas: Cata, una internacional con Colombia, Antía, ala procedente del Lalín, Hannah, primer centro internacional neerlandesa, Idaira, segundo centro proviniente del Atlético Portuense, Ana, pilier con minutos en División de Honor llegada del Girona, Victoria, ex del Palencia, y Claudia.
Tampoco está para echar cohetes el Majadahonda, bicampeón de la Supercopa y campeón de la Liga Iberdrola y la Copa RFER la última temporada, que ha perdido a cinco de sus veteranas: Silvia Hernández-Vaquero, Diana Guerrero, Paula Hernández, Macarena del Valle y Cristina Cueto. Además, no estarán disponibles el domingo las tres convocadas con la selección española de XV: Lucía Díaz, Zahía Pérez y Claudia Pérez. Otras cuatro llegarán con el tiempo justo tras diez días de concentración con el equipo nacional de seven: Denisse Gortázar, Marta Cantabrana, Marta Fresno y Jimena Blanco-Hortiguera.
Ali, curtida en la División de Honor y también en la mejor liga del mundo –la Farah Palmer Cup de Nueva Zelanda que disputó el verano del 2023–, se agarra a su carácter competitivo y al espíritu de revancha para contagiar a la plantilla: “Sempre hai ganas de revancha, queremos romper esa etiqueta de subcampioas, e comezamos pola porta grande, pelexando por un título nacional, aínda que nos vemos as caras nunha tesitura distinta”.
La coruñesa guarda recuerdos de “impotencia” y “frustración” de las dos finales perdidas, sobre todo la de la División de Honor, con una patada a palos del Majadahonda en la última jugada: “Se tiveramos pechado o partido antes...”.
Como veterana y voz autorizada en el vestuario, reconoce que el paisaje ha cambiado bastante desde hace unos meses hasta hoy. “Non é un cambio xeracional, é estructural. Seguimos unhas cantas veteranas, pero hai moita rapaza nova e novas incorporacións que se teñen que adaptar desde xa”, avisa la talonadora, una de las pocas jugadoras que no se ha bajado del barco en la espantada del CRAT.