El HC Coruña empató a un gol contra el Voltregà en el Palacio de los Deportes de Riazor, un punto que no sirve al conjunto de Stanis, que ve cómo el Manlleu, en la quinta plaza que marca la clasificación para la WSE Champions League, se escapa ya a seis puntos. Precisamente el conjunto catalán será este sábado el próximo rival en visitar A Coruña en un duelo vital para las coruñesas. En peligro de quedar en tierra de nadie en liga, las locales piensan también en la Copa de la Reina, cuyo sorteo de cuartos de final se producirá el próximo día 21.

El partido de la primera vuelta en Voltregà se había decidido por un solitario gol de las catalanas y los primeros minutos demostraron el por qué entre dos equipos que les cuesta mucho hacer gol y que centran la mayor parte de sus esfuerzos en defender. Sobre todo, las de Sant Hipolit, con un planteamiento completamente de encerrarse atrás y esperar a salir a la contra. En ese escenario, el HC Coruña necesitaba paciencia y no cometer errores. Y fue precisamente uno de los fallos propios lo que facilitó que las visitantes se adelantasen en el marcador con una directa anotada por Esther Vistós tras una controvertida azul a Bea Gaete.

Si la consigna de las catalanas era defender, más después del 0-1. Así que a las coruñesas llevaron todo el peso del juego en el tiempo que quedaba hasta el descanso y tardaron cinco minutos en lograr el empate, obra de Laia Juan, que sigue en un gran estado de forma como demuestra también su llamada por parte del seleccionador español para la segunda concentración del curso del combinado femenino.

El guión se repitió en el segundo tiempo. Parecía que el Voltregà se conformaba con el empate mientras que el HC Coruña no, porque no quería dejar escapar el tren de la Champions. Varió sistemas Stanis, intentando darle otras alternativas a su ataque, que chocaba una y otra vez con la muralla de jugadoras con la que el conjunto blanquiazul defendía su portería. Inês Severino tiró de acciones técnicas, Alba Garrote de chut, pero faltaba ritmo y fueron pasando los minutos mientras aumentaba su frustración de cara a puerta hasta el sonido de la bocina.