“Estamos un poco dolidas. Ha sido un año de segundonas”. Habla Elsa Porto, una de las veteranas del CRAT Rialta, que cerró la temporada con otro subcampeonato, el tercero en una temporada que acarició de nuevo un título que se le resiste desde 2019. El equipo coruñés, finalista en la Copa RFER y la Liga Iberdrola en la modalidad de 'XV', finalizó las GPS de la Copa de la Reina de 'seven' en la segunda posición general.
“Estamos contentas, pero con la espinita de no haber ganado”, insiste Elsa, que achaca a las lesiones, los viajes y la consecuente fatiga el bajón de rendimiento en la última sede del torneo, que se disputó en Villajoyosa (Alicante) con triunfo del Majadahonda y el título para el Sant Cugat, verdugo del CRAT en las semifinales (31-7).
“En las semifinales tuvimos bastantes fallos en defensa. Sant Cugat supo cómo atacarnos, muy regular y equilibrado”, reconoce Porto, bicampeona con el CRAT en División de Honor y que militó precisamente en el equipo catalán cuando logró su primer título de la Copa en 2022.
El Arquitectura se tuvo que conformar con la cuarta plaza en Villajoyosa tras perder también en el encuentro por el tercer puesto contra el Eibar (0-14). “Era un partido muy ganable, pero ahí se notó mucho la fatiga”, lamenta Elsa.
Y es que el CRAT viajó a la localidad alicantina con numerosas bajas para torneo decisivo. “Partíamos en inferioridad. Con once jugadoras y una de ellas lesionada, en este tipo de torneos y en la modalidad de ‘seven’ acabas con mucha fatiga, sin cambios”, detalla la jugadora del CRAT.
Su entrenador, el asturiano Pablo Artime, se expresó en la misma línea: “Estamos muy contentas por la segunda posición del torneo teniendo en cuenta todas las dificultades: además de haber jugado la final de la Copa RFER y la de la Liga Iberdrola, con las consiguientes lesiones y el cansancio extra, en algunos torneos no hemos podido contar con nuestras mejores jugadoras de ‘seven’, convocadas con sus selecciones”.
Con orgullo y una plata de ley, la tercera de la temporada, el CRAT Rialta regresó a casa en furgoneta, un viaje de diez horas por carretera, otro hándicap indiscutible para las subcampeonas de todo. El titular lo escribieron ellas como un mantra para volver a reinar la próxima campaña en el rugby femenino nacional.