El Leyma Basquet Coruña tiene este viernes (21.00 horas) una cita con la historia: ganar en el pabellón Javier Imbroda, feudo del Melilla, vale por un billete directo a la ACB. Pero también se lo daría su derrota combinada con el triunfo del Lleida, en casa, contra un Menorca que no se juega nada. Independientemente de lo que haga el Burgos, único equipo del top-5 de la tabla con el que pierde el averaje particular.

El equipo catalán no puede ascender directamente, ya que en caso de triple empate lo haría el plantel entrenado por Diego Epifanio, que suma tres victorias y una una derrota en los enfrentamientos directos, por un balance de 2-2 tanto el Lleida como el Miraflores.

Un escenario del que apenas se habló en las semanas previas, donde el Burgos aparecía como la gran amenaza. Y, en principio, lo era, puesto que, hace tres jornadas, después de la derrota naranja en Alicante, en todas las combinaciones posibles de empates múltiples con cinco equipos involucrados, el Leyma sólo dejaría de ascender directamente en una: la igualada final con el Burgos.

La paradoja del Melilla

Su rival de hoy se mueve en las antípodas. Ha perdido 10 de los últimos 11 partidos, sólo ganó, hace dos jornadas, al ya descendido Clavijo (91-68). Y su situación es de lo más peculiar y paradójica: podría descender aun ganando (si Castelló supera a Estela Cantabria, porque sería el perjudicado del triple empate con estos dos equipos) y mantenerse aun perdiendo (si Castelló también lo hace). Resumiendo: no depende de sí mismo. 

Es muy importante no pensar en otra cosas que no sea cómo vamos a defender (Diego Epifanio)

El Club Melilla Baloncesto, único equipo que ha disputado las 28 ediciones de la LEB Oro, ya perdió la categoría la pasada temporada en la cancha, al finalizar la fase regular en la antepenúltima posición, aunque poco después la recuperaría en los despachos gracias a una renuncia de un ascendido de LEB Plata, el CB Almansa, con el que permutó la plaza.

El ala-pívot Bryce Douvier y el escolta Parker van Dyke encabezan la nómina de peligros del Decano. El austriaco, cuarto máximo anotador de la competición, promedia 16.0 puntos –49.3% de acierto en triples–, 5.6 rebotes y 1.3 asistencias, por 14.6 –39.0%–, 2.4 y 1.9 el estadounidense, noveno en la lista de anotadores. 

El ‘4’ Hasan Varence (10.0 tantos y 7.4 rechaces, cifra que le coloca como líder del ránking liguero) es el otro que alcanza los dobles dígitos en anotación, guarismo que roza el escolta Guillem Arcos (9.6), quien ha jugado como director de juego los dos últimos partidos, en los que no estuvo el titular, y máximo asistente de la liga, Óscar Alvarado (7.4 puntos y 7.1 pases letales). 

La situación es la que es y ha sido una semana muy dura para todos (Rafa Monclova)

El plantel de la ciudad autonóma presenta el décimo cuarto ataque de la liga (sólo los ya descendidos Clavijo y Cáceres, el Ourense y el Menorca anotan menos) y la cuarta peor defensa. 

Otra de sus principales debilidades está en el rebote, una de las bases sobre las que el Leyma, que podría tener la baja de Olle Lundqvist, dañado de nuevo en su hombro maldito, debe empezar a construir un triunfo que lo ponga a salvo de sustos y lo deposite por méritos propios en la cima del baloncesto nacional.  

Evitar al máximo las pérdidas de balón, marcar el ritmo y tener un acierto como mínimo aceptable desde el arco son otros de los puntos importantes. 

Porque de nada sirve mirar atrás; ni al balance naranja en la cancha melillense, ni a un cara a cara que es el más largo del Leyma contra un equipo de LEB Oro, ni a un partido de la primera vuelta donde los de Epi se impusieron con holgura (97-82). Todo ello es historia pasada. La nueva, la más brillante, está por escribir. Y está a sólo 40 minutos.