A Coruña manda en el planeta hockey. Ignacio Alabart, autor de dos goles, incluido el de la victoria, y César Carballeira, con un tanto y una asistencia, guiaron a la selección española hacia la primera plaza del grupo B con un sufrido triunfo ante la anfitriona Italia (4-3). En cuartos de final del Mundial espera la débil Suiza. Será este jueves a las 11.15 horas.
El combinado nacional dominó en los primeros minutos del encuentro. Avisó con dos llegadas de Marc Grau y Carballeira. A la tercera ya no perdonó: el exliceísta Pau Bargalló aprovechó un resbalón del italo-argentino Ipiñazar, encaró la portería y definió con un palazo por encima de Gnata.
Minutos después llegó el primer gol 100% coruñés del campeonato, el segundo de España en el encuentro. César encontró a Ignacio, que se perfiló hacia el interior y definió raso en el primer poste, cogiendo al portero italiano a contrapié.
El 2-0 fue un espejismo. Italia espabiló y apretó los dientes hasta el descanso. Faccin se topó con el tubo, Carles Grau salvó un palazo de Pozzato con el casco y un arrastre de Cocco en el área de meta.
España aguantó la portería a cero tras los primeros 25 minutos, pero Cocco halló el premio a los cuatro del segundo acto. El capitán azzurro cazó un rechace en la misma línea de gol y se la coló por encima al portero español.
Se creció la Italia y su gente, que se volcó con la mejor entrada del Mundial en el Pala Igor de Novara. Y Cocco logró el empate con un penalti discutido por los españoles. Estrelló el lanzamiento al larguero, pero aprovechó el rechace para batir a Grau con una picada.
Con 2-2 a falta de solo diez minutos el partido enloqueció. Nada más sacar de centro, Sergio Aragonès se internó por el carril y César aprovechó una bola muerta para definir a la media vuelta, duro y arriba, imparable para Gnata.
La alegría por el 3-2 no duró mucho más, lo que tardó Malagoli en llegar al área y ceder para Compagno, que rebañó prácticamente en la línea. Tres goles en 44 segundos y un nuevo empate.
En los últimos minutos volvió a irrumpir la figura de Bargalló, el jugador mejor pagado en la historia del hockey. Aceleró, fintó y centró toda la atención de la defensa. Entonces sirvió para Alabart, en el lado contrario del área, que definió de primeras, otra vez una bola a la base del poste, un golazo que vale el liderato del grupo.