“Venga, que tenemos prisa”, avisa Paula ‘Alevín’ Medín nada más empezar una charla que se alarga media hora. La cambresa y la boirense Vanesa Rial, históricas del CRAT A Coruña y la selección española de rugby, recuerdan con ilusión su experiencia en los Juegos de Río 2016. “Cuánto tiempo sin hacer esto”, ríe la primera durante la sesión de fotos en el campo de Acea da Ma (Culleredo).
El encuentro de las dos jugadoras estaba pactado: Paula acaba de sacarse la plaza de profesora de Educación Física. “Sigo los pasos de Vanesa, ella me abre el camino en todo: el seven, la retirada... Cuando lo dejé me dijo ‘ahora vas a estar un poco triste una temporada, pero no te preocupes, que luego te sacas la plaza’. Me va guiando”. Rial también ejerce la docencia y no ha vuelto a jugar al rugby, pero es seleccionadora gallega M16 y M18. Maestras y pioneras, formaron parte del primer torneo olímpico de seven y volvieron a casa con un diploma.
“Cando se achegan os días previos penso ‘Deus, estivemos aí’ e venme todo o que vivimos á cabeza. Foi un soño cumprido”, recuerda la barbanzana. “Nos clasificamos un mes antes de los Juegos y el bombardeo mediático fue bastante importante, nos llamaban para entrevistas y salíamos en portadas, estábamos en una nube. Pero no me di cuenta de que estuvimos en Río hasta que volvimos y vi a Rafa Nadal por la tele”, añade Paula. “Non me din conta de que todo o que conseguimos foi de verdade ate anos despois”, coincide su compañera y amiga.
Las exjugadoras del CRAT e internacionales con las Leonas (Alevín alcanzó las 43 caps con la selección española de XV y Vanesa, 30) reiteran el impacto que tuvo la inclusión del rugby 7 en el programa olímpico. “Tiñamos unha compañeira e amiga, Berta García [ex del CRAT y otra histórica del equipo nacional], que desde que chegou ao rugbi dixo ‘este deporte vai ser olímpico e vou ir a uns Xogos’. E así foi. Cando no 2009 nos deron a noticia [el COI integró el seven en el programa olímpico] todas quixemos entrar”, rememora Rial.
“Empezó a ser más real a tres años vista, cuando ya hicimos el grupo para los Juegos. Me acuerdo de un rondo cuando aún no estábamos clasificadas y el presidente de la Federación Española nos dijo ‘ser olímpico es para toda la vida’. Fue una manera de apretarnos las tuercas. Eso me marcó”, remarca Alevín, que se sintió “importante en el momento” pero no tuvo esa sensación de olvido, quizá porque se considera “una deportista fuera de lo normal”.
“Cualquiera que haya ganado un diploma olímpico lo tendría enmarcado en el salón de su casa y yo lo tuve casi un año en el maletero del coche. Pensé que lo había perdido. Soy un poco desastre”, ríe la cambresa, que ni siquiera recuerda el número exacto de títulos Europeos (cinco) que conquistó con la selección española de XV.
La transición del XV al rugby 7 fue un paso lógico para las dos. “Foi unha mágoa renunciar ao XV, pero o seven era a única maneira de meter o rugbi nos Xogos, de promocionar o noso deporte”, asume Vanesa. “Estábamos focus en el seven. Había becas del CSD y los torneos de XV eran menos importantes. De hecho, el Mundial se dejó para un año después de los Juegos”, añade Paula.
No es oro todo lo que reluce. Las dos coruñesas tuvieron que rascarse el bolsillo para costearse una habitación junto al Central (habitual campo de entrenamientos y partidos de las selecciones españolas) durante el último año del ciclo olímpico: “Nos obligaron a vivir en Madrid, pero no nos consiguieron beca para dormir en la Residencia Blume, que un año antes de los Juegos estaba petada. Tuvimos que pagar una residencia al lado, en el momento no le dimos mucha importancia”, desvela Alevín. Todo por el sueño olímpico.
La experiencia de las coruñesas en Río 2016 fue un visto y no visto. Llegaron unos días antes de la ceremonia inaugural y jugaron seis partidos entre el 6 y el 8 de agosto. Tuvieron el tiempo justo para hacer un poco de turismo y asistir a un partido de hockey hierba: “Mandáronnos pronto para casa”, revela Vanesa.
No olvidan, eso sí, su llegada a la Villa Olímpica. “Es como un parque de atracciones y es todo gratis: zona de masajes, peluquería, comida basura... Nos dejaron una hora libre y apareció una compañera diciendo ‘¡Mira que trenzas!’, otra que si las uñas y dos más en el McDonald’s. Lo recuerdo como algo cómico, pero luego nos pusimos serias porque había que competir”, destaca Paula.
España jugó tres partidos en la fase de grupos (derrotas contra Francia y Nueva Zelanda y una victoria ante Kenia), alcanzó los cuartos de final (perdió frente a Australia, a la postre la campeona) y el ansiado diploma olímpico (cayó de nuevo ante Francia y venció a Fiyi por el séptimo puesto). “Al menos creo que podíamos haber terminado quintas o sextas”, reflexiona Alevín. “Ou sacar unha medalla”, interviene Rial. “Ella sí lo pensaba y lo decía en todas las entrevistas”, se ríe la cambresa.
Después de los Juegos y del Mundial 2017 en Irlanda, Vanesa dejó el rugby por las lesiones. “A nivel mental supuxo moito desgaste, o seven era unha loita continua”, explica la barbanzana. “El seven implica mucho tiempo y es imposible de compaginar con la vida laboral y personal. Estábamos agotadas. Hubo épocas de mierda, en las concentraciones y los entrenamientos, era una relación de amor-odio con el deporte”, se sincera Paula, que aguantó seis temporadas más en el XV.
El año pasado se reencontraron en una quedada con todas sus compañeras del equipo olímpico que todavía mantienen vivo el grupo de Whatsapp. “Volvimos al pasado, a recordar las coñas con mucho cachondeo y amistad”, celebra Alevín. “Iso quedará aí para sempre”, remata su amiga. Y se van a seguir celebrando la vida.
“Nos encontramos a Nadal probándose una camisa” |
“Nos encontramos a Rafa Nadal probándose la camisa del desfile inaugural. Fuimos a cambiar las tallas de nuestro uniforme y de pronto salió Nadal de un vestuario: ‘Hola, chicas. ¿Qué talla creéis que me queda mejor?’ Así lo conocimos, quitándose la camisa y midiéndole la talla”, recuerda entre risas Paula Alevín.
“Eu flipei. Era un dos meus ídolos e pareceume súper cercano”, agrega Vanesa Rial. “Luego nos lo encontramos de camino al comedor y estuvimos hablando con él, pero casi no podía dar un paso sin que le pidiesen una foto o un autógrafo”, rememora la cambresa. “A nós tamén nos pasaba o mesmo”, bromea la boirense. Las coruñesas del seven español no pudieron participar en el desfile de inauguración porque el torneo olímpico empezaba al día siguiente por la mañana: “Nos vestimos y nos quedamos en la Villa casi llorando”, lamenta Alevín.
En la residencia para deportistas también tuvieron su momento con la selección española de baloncesot masculina: “Nos encontramos a Pau Gasol y a otros jugadores de la selección, empezamos a hablar de rugby y de cómo se hacía una touch. Pau sacó el móvil, allí nos levantaron y lo grabamos, pero el entrenador les echó la bronca y se tuvieron que marchar a entrenar”, ríe Paula.
Entre las estrellas del deporte internacional, las dos rugbiers lo tenían claro, querían su foto con la selección de Nueva Zelanda de seven masculino. Y la consiguieron: “Nos cruzamos con los ‘All Blacks’, que iban en bici, y les paramos para hacernos una foto”, relata orgullosa la tercera línea. Momentos para el recuerdo de su paso por el parque de atracciones de Río 2016.
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