Más de 100 personas, 12 tráilers, 8 camiones grandes, 13 camiones ligeros, 7 furgones grandes, 30 coches y 70 motos son sólo una parte de todo lo que mueve O Gran Camiño durante las cuatro etapas que pasarán por las cuatro provincias y 44 ayuntamientos de Galicia.
La caravana de la organización –estos datos no incluyen a los equipos participantes– cuenta además con un potente equipo de producción de televisión, que utiliza un avión para el repetidor de la señal y un helicóptero para los planos aéreos. Sí, esas imágenes tan bonitas de A Coruña que se vieron en medio mundo durante la transmisión de la etapa.
Además de los vehículos rodados y más de 100 personas de la organización, el montaje de la carrera cuenta con una capacidad para desplegar 1.200 metros en vallas, los arcos de salida y meta, una pantalla gigante y decenas de letreros que señalizan la carrera en puntos clave o peligrosos.
Por la normativa municipal de A Coruña, O Gran Camiño se encontró con una dificultad añadida. No estaba permitido atornillar nada al firme de la ciudad, asfalto o loseta, ni mucho menos en el área de la Torre de Hércules, Patrimonio Mundial por la Unesco. Solución: la empresa organizadora se sirvió de 600 pesos a prueba de borrasca para amarrar el montaje.
La caravana nunca descansa. Organizada en diferentes grupos, que trabajan en horarios escalonados según su tarea y responsabilidad, está diseñada para montarlo y desmontarlo todo en dos-tres horas. Y en cuanto acaba una etapa, un transportista se encarga de llevarlo todo a su próximo destino. Cosas del ciclismo, un deporte itinerante.
Rabuñal, la mano derecha del director técnico en las metas |
Pocos recuerdan el último relevo de Gonzalo Rabuñal (1 de agosto de 1984) a Ezequiel Mosquera en las rampas de La Pandera, final en alto de la Vuelta a España 2009 en la etapa 14. Eze fue cuarto y arañó tiempo en su pelea por el podio (acabó 5º) y Zalo terminó octavo (su mejor resultado en una grande) llegando desde la fuga.
Profesional entre 2007 y 2010 en el Xacobeo-Galicia, ahora es el encargado de la jardinería en la sede central de Inditex, pero sigue ligado al ciclismo por su amigo Mosquera, impulsor director general de O Gran Camiño.
Durante la carrera, Rabuñal trabaja en uno de los equipos que monta y desmonta la infraestructura de meta. “A Ezequiel gústalle ter todo controlado, para ben ou para mal, e chámame para saber se hai algo que pode ser perigoso”, detalla el exprofesional arteixano, una suerte de asesor y que piensa como un ciclista.
A Ezequiel gústalle ter todo controlado, para ben ou para mal
El arteixano sufrió en sus carnes la desaparición del último equipo profesional gallego y destaca la importancia de O Gran Camiño para nuestro ciclismo y también como escaparate turístico: “Penso que 100 euros investidos nunha proba deportiva funcionan mellor que 100 euros nun anuncio de televisión”, razona.
Zalo insiste en el poder mediático del ciclismo: “É un deporte globalizado, que ten un nexo de unión coa bicicleta e o Camiño de Santiago. Fai unha gran labor de promoción para Galicia”.
Rabuñal también pone en valor la figura de Mosquera: “Antes de organizador, Ezequiel foi un prestador de servicios coa súa empresa [EME Sports] e creo que é a persoa cos pes mellor pousados para organizar eventos”. Rabuñal, la mano derecha del director en las llegadas |