Faena de aliño del OAR en su segundo derbi consecutivo, ante el Culleredo, el duelo entre el líder y el colista del campeonato, que los de Marcos Rodríguez dejaron prácticamente sentenciado en los primeros 30 minutos (15-22).

En un choque de extremos, los extremos fueron los primeros protagonistas: los tres primeros goles (1-2) y cuatro de los primeros cinco (2-3) llegaron desde las alas. 

El animoso Culleredo encontró el camino en una laxa defensa del OAR en la zona central. Los pupilos de Fernando Vázqquez aprovecharon el agujero para seguir mirando a la cara al líder (10-10).

La defensa local maniató a Diego Martínez, saltando a presionarle a 9 metros, durante el primer cuarto del derbi. El lateral del OAR no vio puerta hasta casi el minuto 17. 

Ahí llegó el ‘clic’. El OAR subió el nivel defensivo y pasó a controlar un derbi hasta ese momento abierto, desbocado. Parcial de 0-4. que obligó a  Vázqquez a pedir tiempo muerto. No sirvió de mucho, puesto que en la jugada siguiente el OAR anotño, en un contraataque, el 11-16. Los locales ni siquiera supieron rentabilizar la segunda exclusión de Pablo Fernández: parcial de 1-2, con un paradón de Richard en un penalti lanzado por Crecente. Otro parcial, este de 1-3, para cerarr la primera mitad con una renta muy cómoda.

Tal vez por el frío reinante, ambos equipos volvieron a la pista un pelín desangelados. Así, el marcador no se movió hasta pasados tres minutos y medio. Fue el canto del cisne del equipo local, que a partir de ese 16-22 encajó cuatro tantos sin respuesta.

Con la ventaja de dos dígitos, Marcos Rodríguez fue dando paso a la segunda unidad, aunque manteniendo en pista a un Mauro Jaureguiberry letal: 11 tantos, con perfecto 5 de 5 de los 7 metros.

Con el pescado vendido y los brazos visitantes ya a media asta, el Culleredo maquilló el marcador, e incluso atacó largo en su última posesión, supuestamente para no dejar al OAR tiempo para llegar a 40 goles. Un minitriunfo para los ayer locales.